La señorita Mcgonagall no es perfecta

61- Irlanda es mejo-or

Luego de habernos quedado como tontos viendo el campamento, nos encaminamos a nuestra tienda, al inicio miré a todos con cara de "¿Oh Merlincito que está pasando?" pero cuando los padres de Jake la abrieron para nosotros todo cobró sentido al ver el gran lugar, y después de inspeccionarlo, desempacamos un par de cosas, luego comimos y más tarde, nos pusimos en modo fanáticos del quidditch, el señor Aigner junto a Orión y Jake consiguieron muchos tarritos con pintura de los colores de Irlanda y Bulgaria, mientras que yo y la señora Aigner compramos un par de sombreros y bufandas rojas y verdes, y Miles banderas, también, de ambos equipos.

Acercándose la hora para el comienzo del partido, los seis corrimos a alistarnos, entre Miles y yo nos hicimos líneas horizontales en ambas mejillas, figurando la bandera de Irlanda, yo me puse un sobrero y Miles una bufanda, Jake y Orión, por el contrario se pintaron la mitad de la cara roja y la otra mitad de la cara negra, me morí de la risa al verlos, además que el castaño se puso una bufanda y el pelinegro un gorro, luego, la señora Aigner se puso un sombrero con los colores de Bulgaria y se hizo una bandera pequeña en el cachete y por último, el señor Aigner se pintó la cara verde y blanco, se puso una bufanda y un sombrero, de tal palo, tal astilla me decía yo mientras subíamos las escaleras hasta nuestros lugares, que debo decir, nos tocaron hasta arriba, mientras no dejaba de escuchar a la señora Aigner recriminarle a su esposo la elección de su equipo

-no puedo creer que enserio lo hayas si quiera pensado – miré a Miles, ambos nos tapamos la boca para que nuestras carcajadas no salieran tan estruendosas – por suerte Jake sí está por buen camino – me mordí el labio de solo pensar en que si mi madre estuviera aquí le diría a ella como "Amanda cálmate, es solo un partido" Y tal vez y solo tal vez, ella se enojaría mucho más de lo que está – chicos no crean que estoy molesta con ustedes, todos tenemos nuestras opiniones – sonrió amable viéndonos a los dos adolescentes de verde y banco en toda esta pequeña familia – el asunto aquí es que ALGUIEN – grito el alguien- se... - la interrupieron

- ¡oh por Merlín! Chicos miren – y así el señor Aigner salió arrastrándome junto a Miles, dejando a una Amanda echando humo por las orejas, llegamos a nuestros lugares – gracias Merlín por ser tan bueno y evitar este desastre – y con eso, ahora si estallamos a carcajadas, luego de unos minutos llegaron los demás, todos nos sonreímos y luego nos sujetamos de la baranda mientras esperábamos el espectáculo, la señora Aigner, como si nada hubiera pasado, se puso justo al lado de su esposo, este le dio una mirada tímida y ella simplemente sonrió y luego se abrazaron. Sonreí enternecida al verlos.

- hey Torum – Miles me codeó, lo miré mal por despertarme del bello momento, sin embargo, él me sonrió travieso – mira quien está ahí – miré en la dirección en la que estaban sus ojos, y casi muero al ver a casi toda la familia Weasley, Harry y Hermione a unos metros de nosotros, sonreí al verlos, pero algo en mi interior se movió cuando vi a Fred Weasley sonreír y gritar emocionado, inclusive llegué a sentir mi cara caliente cuando sus ojos voltearon y me vieron, medio sonreí y alcé mi mano para saludarlo, sus ojos brillaron mientras sonreía abiertamente, sin embargo, quité mis ojos rápidamente al sentir un movimiento en mis hombros, alcé la vista y me topé con los ojos de Jake, le sonreí muy grande y él me lo devolvió, pasé mi brazo por detrás de su espalda y apoyé mi cabeza en su cuerpo, ¡Que bien se sentía! Posé mis ojos de nuevo en Fred, pero él estaba gritando de nuevo, y unos segundos después, los irlandeses y los búlgaros hicieron sus entradas triunfales mientras todos en el estadio los victoreaban, y en un abrir y cerrar de ojos, el partido comenzó.

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-¡Irlanda es mejo-or, Irlanda es mejo-or! – cantábamos Miles y yo dando vueltas agarrados de las manos como un par de niños, mientras escuchábamos los bufidos indignados por parte de Orión y Jake, ya que llevábamos casi 20 minutos celebrando desde que habíamos entrado a la tienda, después de haber estado festejando y bailando un buen rato con los demás fanáticos irlandeses, el señor Aigner, por otro lado, se había puesto a celebrar con nosotros, pero cuando vio la expresión seria de su esposa decidió ir a preparar la cena junto a la señora Aigner