La señorita Mcgonagall no es perfecta

56- Sirius Black

-¡Lo tengo!- dijo Severus a padrino y a unos cuantos profesores, mi corazón latió con fuerza y fije mi mirada en Orión

- ¿a quién tienes? – preguntó padrino con voz suave

- a Sirius Black – dijo él con asco en su voz, luego, sentí como todo a mi alrededor se congelaba, y luego, yo también...

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Yo nunca podía retener las cosas en el momento, usualmente, cuando las analizaba por aparte con todo en el campo de juego, llegaba a sacar teorías y conclusiones, y hoy justamente me había pasado. En un descuido de libertad me había escapado de los chicos para ver a la profesora Trelawney y mencionarle sobre Bernardus McMahon y si lo conoció, a fin de cuentas, ambos trabajaban en el mismo arte, así que tal vez ella podría contarme más sobre él que lo que el libro o padrino podrían decirme, iba caminando hacia el ático de adivinación, y cuando llegue, por dicha la escalera estaba abajo, así que subí tranquila, creyendo que la profesora tal vez vio mi llegada, sin embargo... 

-El regresará esta noche – escuché decir a la profesora Trelawney algo extraña

- ¿Qué dice? – dijo la voz de Harry, comencé a subir mas rápido la escalera cuando escuché su voz preocupada y algo alterada, luego cuando llegue al final de la escalera me impulsé para sentarme en el suelo del pasillo

- Esta noche, el que mató a sus amigos y los traicionó a muerte llegará por fín – dijo la voz de la profesora ahora más distorsionada – se derramara sangre inocente – caminé rápido hacia el aula – y amo y sirviente volverán otra vez a reunirse aaahh – acabó la profesora tosiendo, me quedé inmóvil en mi lugar al escuchar lo que había dicho – perdóname mi niño – se escuchó ahora la verdadera voz de la profesora Trelawney, ¡había hecho una premonición! Sus palabras flotaban en mi cabeza, esta noche, cosas pasarán esta noche... Mi corazón se aceleró y mis manos comenzaron a sudar, esto no podía ser bueno

Salí de mi estado al escuchar pasos acercarse, así que comencé a correr hacia las escaleras, sin que Harry pudiera verme traté de bajarlas lo más silenciosa posible, pero estaba fallando. Cuando solo me faltaban un par de escalones más me hice tirada al piso, pequeño error, ya que por obras raras del destino no coloqué mis pies bien y terminé torciéndome el derecho, intenté levantarme pero era un fracaso, esta vara dolía más que una bludger en la cara, con cuidado me arrastré hacia la pared y de nuevo intenté levantarme, escuchando como la escalera sonaba, miré hacia arriba y Harry la estaba bajando, tragué en seco, la probabilidad de que me ignorara era de 0.0000001. Y si él me había escuchado en las escaleras, estaba frita, así que con todo el esfuerzo del mundo me levanté apoyada en la pared y comencé a caminar sigilosamente,

-¿Torum?- ¡Por un dementor...!

- Harry- dije volteándome a él muy rápido, ¿mi problema? El condenado tobillo me ardió de una manera...

- espera, espera – decía acercándoseme - ¿estás bien? – dijo cuando me vio mover un poco la pierna

- s-si si – carraspeé – solo hago un poco de ejercicio, ya sabes – dije quitándole importancia y estirando la pierna como si enserio lo hiciera, pero fracasé enormemente cuando  mi cara se desfiguró por el dolor

- ¿quieres ir a la enfermería? – preguntó él con una pequeña sonrisa

- porfis- dije sin aguantar el dolor, ¡Merlín! El muy pendejo era desagradable, el viaje en si era un poco largo, pero por mi falta de equilibrio y un pie malherido nos costó bastante llegar hasta la enfermería, sumándole las desgraciadas escaleras y todo eso, fue un milagro que llegáramos, Harry abrió las puertas y me ayudó a volver a caminar hasta colocarme en una camilla