60 - Es una sorpresa

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-hora de levantarse chicos – decía la señora Aigner mientras nos movía tratando de despertarnos, los cuatro nos habíamos tirado en el suelo de la pieza de Jake con cobijas y sacos para dormir bien envueltos y con almohadas regadas por todas partes, ya que la noche anterior, Orión tuvo la fantástica idea de hacer guerra de almohadas. Frunzo el ceño al recordar el gran golpe que me di con la esquina de la cama de Jake en el labio, y todo fue por culpa de Black, el muy inteligente agarró la almohada que estaba debajo de mis pies, la jaló y luego yo caí, ¿perfecto no? - ¡Oh Torum cariño! – alcé la cabeza de mi almohada, justo enfrente estaba Amanda, la madre de Jake, sonriendo muy grande – perdona que te esté despertando tan temprano – negué con la cabeza

-no se preocupe – hablé con vos ronca y bostecé, al instante me sonrojé al ver como la señora Aigner me veía

- muy bien, levántate y báñate, que ya estamos cortos de tiempo- asentí y volví a bostezar, ella se rio y siguió tratando de despertar a los demás, froté mi cara con mis manos unos segundos y luego me levanté, con los ojos medio cerrados me dirigí a mi baúl, saqué mi ropa interior, un vestido largo y liviano, un short, un chaleco y me fui para el baño, pero eso de seguir durmiendo no me sirvió de mucho

- ¡ay! – exclamé cuando sentí a mi dedito pequeño del pie chocar con un mueble

- ¡con cuidado niña! – dijo riéndose el señor Aigner, se acercó un poco, tomó mis hombros y me dirigió hasta el baño – espero que hasta aquí puedas manejarte sola – me miró a los ojos mientras me dejaba frente a la puerta del baño – o podría pedirle a Amanda que te ayude- me sonrojé al instante y negué muy rápido, él se rio de nuevo - ¡Bien! – se alejó un poco, me volteó a ver y sonrió – será mejor que te enjuagues primero la cara, no valla a ser que enserio te caigas en el baño – asentí, ahora con los ojos más abiertos él asintió y se volteo para ir a las escaleras, asentí un poco atontada y me metí en el cuarto, al instante sentí una corriente helada de aire chocar con migo, temblé por unos segundos hasta que cerré la ventanilla, luego voltee hacia el lavabo para despertarme un poco más, y por cosas del destino, miré el pequeño reloj que había junto a los cepillos de dientes, solo por curiosidad

- las seis y media de la mañana...- dije abriendo los ojos aterrada por lo que veía, tomé mis cosas y me voltee a la puerta con una cara un poco más relajada, y justo cuando iba a tomar el picaporte de este, se escucharon unos golpes

- Torum cariño apúrate, no es broma, ya estamos muy cortos de tiempo – dijo la señora Aigner con vos apurada, así que, creyéndole a ella, dejé mis cosas de nuevo donde estaban y me comencé a desvestir

_._

-Muy bien Amanda, como lo hablamos – decía el señor Aigner mientras a todos nos empujaban dentro de esta carroza gigante, eeehh... en la que nos fuimos una vez los cuatro juntos... ¡Empezaba con b! Yo lo sé be..., be..., ¡Bus! Si, eso, nos fuimos en el bus todos juntos mientras escuchábamos al señor Aigner hablar. Los padres de Jake nos sacaron de su casa a eso de las ocho de la mañana maso menos, todos con mochilas preparadas por la señora Aigner, muy bien desayunados y con un pésimo ánimo, nos habíamos puesto a caminar casi por una hora, hasta que llegamos al... bus, y bueno aquí estamos, por el momento, llevamos un viaje de 20 minutos – nos bajamos en la siguiente cuadra y luego caminamos hasta la otra estación de buses – me quede en el aire "¿estación?" - pero los que están abajo verdad- y movió sus manos señalando el piso, la señora Aigner estrelló su mano en su frente suavemente mientras negaba divertida, y luego de unos segundos, le codeé a Jake, quien estaba a mi lado

- como que tus padres saben mucho de cosas muggles – le guiñé el ojo y él sonrío con las mejillas sonrosadas

- es muy útil a veces – decía mientras se rascaba la nuca

La señorita Mcgonagall no es perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora