59- Tarde de Cuatro

1K 81 15
                                    

Julio se había ido, y con él, la madre de Orión. Fue una semana muy difícil, Miles, Jake y yo nos comunicamos con nuestros padres y les contamos todo lo que sucedió, al día siguiente estaban los señores Onisse, Aigner, mamá y padrino en el cementerio junto a nosotros cuatro. Todos estábamos en silencio mientras observábamos a Orión despedirse junto a Kreacher, por lo que había entendido, Clare y el elfo habían pasado muy buenos momentos juntos, cuando Orión estaba muy pequeño y a Sirius se lo habían llevado a Askaban. Al final del día, todos los adultos se reunieron para discutir algunos asuntos, y cuando terminaron, nos informaron que entre todos habían concretado, que si era del agrado de Black, que se fuera con los Aigner a pasar lo que quedaba del verano, sin embargo él prefirió quedarse en su casa, así que lo acompañamos hasta ahí todos juntos, nos despedimos y cada quien se fue por su lado, y así fue como volví a casa, mamá trató de hablar con migo, pero todo me había alcanzado tan rápido que solamente me iba a refugiar en mi cuarto junto a Lady Clarisse.

Todos los días escribía cartas a los chicos para saber como estaban, y en especial a Orión, pero él nunca me respondía, no hasta que Agosto se adentró bastante, me dirigía a la mesa en donde usualmente comía con padrino y mamá, cuando una hermosa lechuza me interceptó de medio camino, era Shrill la cual dejo caer tres cartas por encima de mí y luego se alejó, me fije quienes eran los emisores de ellas mientras me acercaba a mi familia. Pegué un brinco y chillé como loca cuando en una leí "Orión Black" rápidamente la abrí y devoré su contenido de la misma manera

Hola Torum, lamento no haber mandado respuestas ni señales de vida en todo este tiempo, espero que logres entender que no me sentía de la mejor manera. Pero ahora eso no importa, tengo que contarles a los tres muchas cosas, y si la profesora McGonagall te deja, quiero que nos reunamos en el Caldero Chorreante hoy a las 3 de la tarde ¿está bien?. Te espero

Tuyo por siempre, Orión.

Rodé los ojos indignada por lo último que leí, pero luego me emocioné por ello, él volvía a ser la diva que era, y eso era muy buena señal

- ¡Mamá debes dejarme ir! – dije tirándomele encima mientras restregaba la carta en su cara, padrino se rio

- ¡Torum Gabriell McGonagall quita eso de mi cara en este momento! – ¿que?

- ¿QUÉ?- grité pestañeando sin entender

- que te corras- y me, básicamente tiró en mi silla

- auch- me sobe el trasero, o las nalguitas, como me había acostumbrado a decirles -no mujer- me miró con ojos asesinos- no me refiero a eso – susurre tratando de evitar su mirada y el echo de que le dije mujer – jamás me dijiste que tenía segundo nombre – agarré la cuchara y la señalé

- y no lo tienes, pero bien que suena bonito ¿verdad? – le dio un mordisco a su tostada, lo pensé por unos momentos y asentí

- sí, suena bonito – y por unos momentos me imaginé a todos llamándome Gabrielle, sin embargo, esa fantasía se esfumó cuando recordé por qué estaba tan animada - ¡mamá! – me miró – Orión quiere vernos – abrió sus ojos enormemente

La señorita Mcgonagall no es perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora