Era sábado, y tras días desconectada del mundo, caminando sin estar realmente ahí, decidió ir a su clase de danza, esperando descansar de toda la semana que había pasado sin saber como seguir.
Entró al gimnasio y una calma llenaba el lugar, se sentía calmada, relajada, era todo lo que necesitaba para estar feliz y tranquila. Mientras respiraba el aire de libertad y armonía, sentía una presencia conocida, que la obligaba a prestar atención. De reojo, miró a su costado y se encontró con Carlos, aquel chico que, junto con el resto del mundo, intentaba evitar. Él se acercó, pero ella lo ignoraba, hasta que le fue imposible.
- ¡Alejandra! —Exclamó el macho furioso— No me ignores.
- No lo hago —Dijo ella en armonía con la calma que sentía— Intento estar bien.La rebuscada conversación parecía no tener final, era más bien un ciclo que amenazaba jamás terminar. Entre quejidos de Carlos y la calma de Alejandra parecía que no había tema alguno, eran simplemente incompatibles, pero no hubo más tiempo para sus apáticas conversaciones cuando el ensayo comenzó.
Contrariamente con su plática, en la danza mostraban una conexión única e inquebrantable, mágica e instantánea, visible a cualquiera que los mirase. Está práctica resultó esclarecedora para ambos, y el nudo de pensamientos se desenredó al compás de la música que los acompañaba. Entablando de a poco una plática placentera y resolutiva, asertiva, de aquellas que se piensa solo existen en los perfectos cuentos de hadas.
A la distancia, Ximena observaba, navegando en un mar de emociones; al principio de la pelea, sentía satisfacción, pero al verlos danzar en armonía, una ola la atacó, que se calmaba al recordar su plática minutos antes, pero la tormenta se desató al ver que su conversación lograba una reconciliación. Algo decaída, se acercó a Karen, y recostádose sobre su hombro, dijo con suavidad:
- Me está quitando todo por lo que siempre he luchado —Karen suspiró y respondió:
- Jamás te lo podrá quitar porque es tu trabajo, eso jamás te lo podrán arrebatar.
- No lo entiendes, era la mejor en este grupo, pero ahora solo soy una sombra; era su novia, éramos la pareja perfecta, pero ahora estoy sola; era una reina, y ella, en su capricho de superioridad, me destronó.
- Una reina no deja de ser reina por perder la corona —Decía Karen intentando que su amiga no estuviera triste— ella algún día se irá, pero tú estarás aquí.Ximena no dijo nada, hacía caso que omiso a las palabras de su amiga, ya que su atención se centraba en aquella pareja que esperó ser.
Carlos se veía comprensivo, como si fuera capaz de entender su responsabilidad, aceptarla y prometiera cambiar; se veía como el caballero que todos veían, el caballero que ella siempre quiso tener, pero del cual solo obtuvo la armadura.
El mundo que era rosa, ese mundo que Ximena había forjado con trabajo, se destruía poco a poco por la antagonista de su historia, Alejandra. Hasta cierto punto, el dolor era menos que la decepción que sentía. ¿Su mundo se derrumbaba? Probablemente, pero esa es la historia de la chica que así dejó que pasará.
Mientras Ximena presenciaba el hundimiento de su pequeño mundo, la reconciliación entre Carlos y Alejandra llegó cuál río cauteloso y calmo, que aguardaba la llegada del desemboque, era una relación con fecha de expiración, destinada al fracaso, pero que se mantenía a flote gracias a la mezcla de la inocencia y la terquedad de dos almas.
- Perdóname, no lo volveré a hacer... Prometo no hacerte enojar —Decía Carlos.
- También lo lamento, seré mejor, por ti. Esa es mi promesa —Profesaba Alejandra.Una vez terminado el ensayo, se dirigió a su casa, con el corazón cálido, calmo, un poco más libre que esa mañana, pero de nuevo se encontró en su casa, su prisión, su armadura; la pintura que marcaba el claro contexto de su realidad, de lo que ignoró pero no podía evitar enfrentar. Suspiró pesadamente y entró.
- Tenemos que hablar.
Dijo Ruth con lágrimas en los ojos y el sentimiento a flor de piel, sin ser capaz de enmascarar lo que tanto tiempo ocultó.
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El Nacimiento De La Pasión
RomanceAlejandra es una joven de 14 años sobresaliente en la escuela, ella era la chica perfecta, pero todo se vino abajo el día que los secretos que la rodeaban se descubren. A la par, su carrera en el mundo del folklor comenzaba, pero, ¿será esto sufici...