Plantada en el escenario, haciendo presentación de su vida, y quizás también la última. Estaba cansada, nerviosa y emocionada. Con el corazón en la mano, una emoción indescriptible recorría cada centímetro de su cuerpo, y de la nada, comenzó a recordar el primer día que la danza tocó su corazón.
Todo comenzó una mañana nublada de Julio, y también día de graduaciones. En su institución, no solo significaba despedir a los egresados, sino que también una serie de eventos, como discursos o entrega de diplomas a los alumnos destacados de cada grupo. Alejandra era, sin lugar a dudas, destacada, no solo tenía las mejores calificaciones de su grupo, la mayoría de veces también de la escuela. Sus habilidades con las palabras no se quedaban atrás, tenía una facilidad asombrosa para expresarse, eso solo la convertía en la persona perfecta para los discursos de fin de año.
Ese día no era la excepción, debía dar un discurso y recibir su reconocimiento. Era por naturaleza ordenada, la noche anterior había arreglado su uniforme y su discurso lo había preparado una semana antes. Ella pensaba que sería un día rutinario de graduación, pero claramente no esperaba lo que sucedería ese día. Continuó alistándose, y luego de unos minutos, bajó a la cocina, y le dijo a su madre con voz cálida.
- Ya estoy lista
- Bien - Contestó su madre - en 10 minutos nos iremos, aún debes desayunarAlejandra se sentó a la mesa, dispuesta a disfrutar de una plática con su madre, acompañadas de un delicioso desayuno. Pese a que no era la primera vez realizaba este evento, le entusiasmaba mucho el hacerlo, se sentía orgullosa de sus palabras de despedida, para ella cada discurso era diferente. Compartió con su madre su sentir ante esa situación, que no era para menos, había escuchado que en esa ocasión no recurrirían al coro de la escuela como parte del entrenamiento, le causaba intriga saber que harían ese año. Su madre escuchaba atentamente a su hija, entendía que se sintiera de ese modo, y con palabras reconfortantes ella la calmo.
El tiempo transcurrió de manera imperceptible, de pronto era la hora de irse, tomaron las llaves del automóvil y se dirigieron al colegio. Dado que era parte las personas que participarían en la ceremonia, debía llegar con anticipación. En realidad, los movimientos eran muy rutinarios, así que ese tiempo lo usaba para leerse a sí misma su discurso o platicar con sus profesores. Pronto, la sala se llenó de todos los estudiantes. Alejandra tomó su lugar mientras escuchaba atentamente las palabras de la directora del colegio, quien dirigía la ceremonia.
Se encontraban a la mitad de la misma, lo cual solo significaba una cosa, era momento de develar el misterioso intermedio. Anunciaron a un "Ballet Folklórico", ella jamás había escuchado algo parecido, si bien, tenía interés en en mundo de la danza, solo conocía a la danza clásica. Así que solamente decidió a apreciar tal actuación, la música comenzaba a sonar, de inmediato se dio cuenta que era algo totalmente diferente a la danza clásica, las piezas no era lo que conocía como "música culta", más bien se trataba de melodías que se escucharían en cualquier fiesta de algún pueblo.
Los bailarines empezaron a aparecer a escena, primero fue posible apreciar un grupo de alrededor de 5 mujeres, vestidas con vestidos enormes, grandes faldas que sostenían y movían lentamente al compás de la música, pronto un grupo de hombres entro, y jugaban con movimientos en pareja, individuales o separados por género. Con sus pies producían un único sonido, que cambiaba y sincronizaba con las armoniosas notas de las piezas musicales.
Tal espectáculo la maravillaba más cada segundo que pasaba, hipnotizada por los brillantes colores, Alejandra no podía hacer más que admirar. Para su desgracia, aquel sublime espectáculo debía terminar tarde o temprano, justo después de este, debía dar su discurso. Se escuchaba en su voz un tono de ilusión inigualable, un hermoso sonido que jamás nadie había escuchado en ella antes. Al término de tal evento, la directora de la escuela exhortó a aquellos que quisieran formar parte del grupo a pedir informes, en ese momento no sabía exactamente que es lo que le causaba interés, pero sin lugar a dudas tenía un nuevo objetivo, comenzaría a bailar Folkor.
Se reunió de inmediato con su madre y entusiasmada dijo:
- Mamá, ¿Viste como bailaron?, ¡Fue increíble!
- Si mi amor, me gustó que al fin cambiaran de actividad para el intermedio.
- Mamá, quiero bailar.
- ¿Qué?- Preguntó algo confundida.
- Sí, mamá. Imagina pensar que puedo llegar a hacer eso, ¡Es simplemente magnífico!
- Está bien, Ale. Si quieres, podemos pedir informes.Dijo su madre con una sonrisa tierna en el rostro. A Alejandra jamás había tenido intereses que no fueran académicos, así que pensó que al pasar un par de días perdería el interés. Pero su madre no podía simplemente no apoyar a su hija, no importaba que tanto creyera que fuera un sentimiento pasajero.
Durante el camino de regreso a casa Alejandra no paraba de hablar acerca de tan asombrosa presentación.
- ¿Viste como sus faldas movimientos impecables y coordinados?
- Si, se veían muy lindas.
- No solo eran lindas, ¡eran grandiosas!. Aquella parte que hizo la chica sola, no entiendo cómo pudo hacer tantos giros y luego continuar sin mostrar mareo.
- Supongo que es práctica.
- ¡Exacto!, Eso solo demuestra lo que todo es posible si eres persistente.La alegría era un común denominador en sus palabras, cualquier persona que la conociera sabría que jamás se le había escuchado hablar así. Pronto, llegaron a su casa, y comenzó a platicar con su padre acerca de su gran día.
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El Nacimiento De La Pasión
RomanceAlejandra es una joven de 14 años sobresaliente en la escuela, ella era la chica perfecta, pero todo se vino abajo el día que los secretos que la rodeaban se descubren. A la par, su carrera en el mundo del folklor comenzaba, pero, ¿será esto sufici...