Capítulo 2

31 3 0
                                    

La noche caía, y en su mente prevalencia una idea, bailar Folkor. Según palabras del director faltaba una semana para que las clases comenzarán, así que ansiosa, esperaba el pasar de los días. Ya eran las vacaciones de Verano, tiempo que antes habría ocupado en leer libros, ahora lo usaba para investigar más sobre está rama de la danza que recién había descubierto. Fue a la biblioteca e hizo una extensa investigación. Descubrió que había muchos tipos de Folkor, cada uno con un estilo diferente, y el que había atrapado su corazón, era el Folklor Mexicano.

Entre más leía, más interés tenía por ser participe de dicha actividad. Sin embargo, un día no había sido suficiente para satisfacer su curiosidad, así que toda la semana que debía esperar para comenzar con los ensayos, la dedicó a estudiar e informarse sobre el tema. La semana pasó tan rápido como la arena en un reloj. Sus clases eran los días sábados por las mañanas. Para cuando llegó su ansiado día, ya conocía toda la historia del Folkor Mexicano, solo hacía falta comenzar a hacer aquello que había anhelado por días, bailar.

El tan esperado día se levantó temprano, tomó la ropa que había preparado la noche anterior y fue a la ducha, desayunó, se peinó y fue con su madre para ir a la cede de las prácticas, ya que no tenía permitido salir sin su madre, o su padre. A su madre le sorprendió que no hubiera perdido el interés que había nacido días atrás, pensó que abandonaría esa idea pronto.

- Lo siento hija, pero hoy debo ir a trabajar, iremos la siguiente semana— Dijo su madre un tanto adormilada.
- Está bien mami, no te preocupes.

Se notaba la desilusión en las palabras y expresiones de Alejandra, en su cabeza puso una y mil excusas para justificar a su madre. Sin embargo, no perdería la ilusión de ir la siguiente semana. Sabía que sería otra larga semana de espera, pero entre más pasaba el tiempo más crecía su deseo de asistir. Esa semana la paso viendo videos de presentaciones de otros grupos, no se cansaba de admirar los hermosos espectáculos, pero al hacerlo solo alimentaba sus ganas de bailar. Le asombraba la sincronía en los movimientos, los sentimientos que se transmitían, la sonrisa en los bailarines era maravillosa, ella sabía reconocer entre una sonrisa fingida y una real, sabía que la de aquellos artistas era real.

Pasó otra semana, y la misma historia amenazó su deseo. Tristemente, no solo afecto esa semana, sino también las semanas posteriores a esta. Ya había pasado un mes y medio desde que su anhelo surgió, era el día ensayo, estaba a punto de darse por vencida, pero un tanto enojada dijo a sí misma:

- Esta será la última vez que lo intente, si aún no obtengo resultados, abandonaré ese tonto sueño.

Hizo su ritual matutino y se dirigió al cuarto de su madre, estaba más segura de obtener la misma respuesta, pero una gota de esperanza brillaba en lo más profundo de su alma, y mientras esa gota brillara, no abandonaría su objetivo. A diferencia de los demás días, su madre ya estaba fuera de la cama, vio entrar a su hija y dijo con dulzura:

-¡Hija!, Que bueno que estés lista, dame 10 minutos más y te llevaré a la clase.
-¿¡Es en serio!?- pregunto con incredulidad.
- Sí, Alejandra. Te llevaré a la clase, así que toma tus cosas y sube al auto.

Alejandra no podía creer lo que pasaba, por fin se había roto ese ciclo de rechazos, comenzaba en su vida una nueva etapa, el comienzo de una nueva historia, estaba por escribirse. La alegría inundaba su alma.

Por fin se encontraba ahí, esperando el inicio de la sesión, tenía una extraña mezcla de emociones; sentía alegría por lograr hacer lo que planeó por meses, nervios porque no sabía que tal lo haría, emoción de ver qué le deparaba el futuro y miedo porque sentía que era un sueño. Estaba aterrorizada por pensar, que de serlo, despertaría en cualquier momento y arruinaría su preciado y anhelado momento. La clase comenzaba, y se sentía un ambiente tenso. Pero Alejandra, dominada por sus emociones, era incapaz de percibirlo. Sin embargo, eso no eliminaba las fulminantes miradas de los bailarines que ahí se encontraban.

Pequeños susurros eran audibles, frases como: "¿Que hace ella aquí?" y "¡Es incapaz de diferir entre derecha e izquierda!", abundaban en la habitación, pero tanta era la ilusión de Alejandra por estar presente en aquel lugar, que fue incapaz de notar tal anomalía. De pronto el profesor dio por terminada la clase, sus padres la esperaban afuera, se despidió de todos con una sonrisa y se fue. Mientras tanto, todos se quedaron hablando con el maestro.

- Pero maestro, ¿Cómo puede dejar que ella baile si no sabe cual es la derecha y cual la izquierda?
- Además no tiene ritmo, ¡No se pudo poner a ritmo en toda la canción!— El maestro algo enojado, contestó.
-¿Y desde cuándo ustedes me dicen quien puede o no bailar en este grupo?
- Nos ha costado mucho llegar hasta donde estamos, y eso no lo conseguimos con personas que no saben nada— Un chico levantó la voz y dijo con seriedad.
- El profesor tiene razón, todos empezamos por algún lado, y nadie en esta habitación llegó sabiendo bailar. Teresa, cuando llegaste aquí apenas podías soportar una canción. Karen, también te era difícil diferenciar entre un lado y otro. No creo que ninguno de nosotros este en posición de enojarse, si les preocupa el grupo deberían apoyarla, no abandonarla.

Un silencio inundó la habitación por unos segundos, el ambiente se hacía cada vez más tenso. De nuevo, el maestro tomó la palabra.

- Carlos tiene razón, si lo que quieren es mantener la reputación de este grupo, deberían apoyarla en lugar de hundirla. Ahora vayan a sus casas la clase ya terminó.

Todos salieron enojados, Carlos estaba a punto de salir cuando el maestro se le acercó y dijo:

- Gracias.
- No hay de que. Ella baila con pasión, sé que tiene potencial.
- Tienes razón.

Ambos se fueron y nuestra querida protagonista, solo pensaba en lo hermoso que había sido ese día, y en el brillo que su corazón emanaba ante el descubrimiento de una nueva fuente de felicidad.

El Nacimiento De La PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora