Era un Viernes por la tarde, Alejandra regresaba de la escuela y notó que no estaba el vehículo de su padre, desconcertada, entró a su casa y le pregunto a su madre si todo estaba bien.
- Mamá, ¿Dónde está mi papá?- Preguntó con angustia- Salió por un momento hija, no te preocupes por él.
- Pero él jamás se va sin avisar— Su madre guardó silencio, suspiró, y le dijo con calma.- Todo está bien, Alejandra. Iré al albergue, pero estaré aquí para la cena.
- Está bien, mami. Cuídate.Su madre solía frecuentar el albergue, pero eso solo lo hacía cuando tenía días duros en el trabajo, o discusiones con su familia, ya que gracias a eso se sentía cálida y feliz. Alejandra no sabía porque de repente su madre iría al albergue y su padre no se encontraba en casa. Supuso que había sido alguna emergencia de cualquier índole, no se le ocurría alguna otra razón para explicar su repentina desaparición.
Gracias a la soledad a la que ahora se enfrentaba, decidió ir a su habitación y se dispuso a hacer su tarea del colegio, comió algo de fruta y fue al patio de su casa para practicar los ejercicios que su maestro le había encomendado. Las horas pasaban, y su madre regreso a su casa para la cena como había prometido. Con ella tenía la pizza favorita de Alejandra, la cuál, era también la que su madre aborrecía.
- Hija, traje la cena.
- Hola, mamá, ¿Cómo te fue?
- Bien, querida. Gracias por preguntar.
- ¿Aún no sabes algo sobre papá?Ella se veía claramente enojada, cambió su estado de serenidad a enojo en segundos.
- No, no sé nada de él.
Alejandra la miró algo confundida, pero guardó silencio esperando que su madre dijera algo más.
- Hija lo siento, estoy algo cansada. Me voy a dormir, termina de cenar y ve a descansar; mañana tienes clase.
- Si mamá, descansa.Su madre se fue sin decir nada más, Alejandra no entendía todo lo que había sucedido ese día; su padre no estaba, su madre hizo una repentina visita al albergue y además trajo la pizza que detesta. Se sentía como si quisiera decirle algo y como disculpa intentará consentirla, la confusión era notable.
Esa noche había sido bastante complicada, las dudas la acomplejan y no podía dormir. Esperaba que, en cualquier momento, su padre llegara y le explicará lo sucedido, pero esto no fue así. Pequeñas lágrimas de angustia brotaban de sus ojos, no podía evitar pensar lo peor. Así, sin darse cuenta,terminó por quedarse dormida.
Era la hora de levantarse y prepararse para su clase, su padre aún no llegaba, pero su madre se veía tensa, así que simplemente eligió no hacer pregunta alguna.
- Hija, vengo por ti cuando la clase termine. Por favor llámame.
- Está bien, yo te marco más tarde.Alejandra bajó del carro y entró al gimnasio, estaba perturbada por lo que había pasado recientemente, pero decidió que eso no le afectaría, en ese momento solo quería disfrutar de la música y dejarse llevar por el momento. Sus clases eran ese pequeño descanso del mundo, esperaba ansiosa cada momento para regresar y continuar intentando. La práctica comenzó rutinariamente con el calentamiento, de la nada el maestro tomó la palabra.
- Chicos, tenemos una presentación pronto y debemos estar preparados. Repasaremos el repertorio de Veracruz, es en el que hay más errores— Todos se acomodaron y el maestro añadió con amabilidad y calma— Alejandra, ven aquí. Te enseñaré una secuencia para que la practiques y pueda comenzar a integrarte.
Alejandra asintió y se posicionó en algún lugar en el que no le estorbara a alguien. Germaín, su maestro, puso la música y se dispuso a mostrarle la secuencia para que la practicará. Su gran memoria logró recordar los movimientos, sin embargo, para su cuerpo, era difícil de ejecutar. Pasaron unos minutos intentando realizar tal actividad, pero era complicado lograrlo. Estaba mirando sus pies para ver cómo lo estaba haciendo, de pronto, escuchó una voz suave y amable.
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El Nacimiento De La Pasión
RomanceAlejandra es una joven de 14 años sobresaliente en la escuela, ella era la chica perfecta, pero todo se vino abajo el día que los secretos que la rodeaban se descubren. A la par, su carrera en el mundo del folklor comenzaba, pero, ¿será esto sufici...