Capitulo 27

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Si había algo de lo que Harry se sintiera orgulloso de todo lo que había logrado hasta ahora sería la Escuela Formación Mágica Aequoreal, nombrada como EFMA por Sirius, uno de los edificios más grandes y más laboriosos hechos hasta ahora.

Por el momento sus pasillos estaban vacíos, pero el edificio estaba listo para recibir a sus futuros residentes, más que un edificio fue construido como múltiples edificios conectados por pasillos hasta un punto en común.

Eran cinco edificios puestos uno frente al otro que formaban un pentágono perfecto. El primero de la izquierda era el edificio más pequeño que había, Atspere, el inicio del ciclo y representaba la primavera, el edificio de los más jóvenes, hecho para los infantes; el segundo a la izquierda era Aestas, el verano, la calidez y fuerza de un niño en desarrollo, el edificio de los niños; el primero a la derecha, Dayrta, el fuerte y perseverante otoño, la época del cambio, el edificio de los preadolescentes; el segundo a la derecha, Gaeaf, representaba a los adolescentes, la transición de los últimos indicios de la niñez y el paso a la adultez, la preparación para el cambio; y en la punta Caelum, el último edificio y el más grande, el cielo del conocimiento, el experimentado e imponente futuro.

Harry invirtió mucho tiempo en los preparativos para la escuela que tendría su reino, luego de tanta insistencia por parte de las chicas Harry había comenzado a llamarlo de ese modo, se reunió con el John Fazzi, su actual profesor, para hablar de  programas de estudio idóneos, se basó en los programas de estudios públicos que cada escuela de magia tiene y al final logró su objetivo.

La Escuela de Formación Mágica Aequoreal contaba con un promedio de 13 años de estudios, 2 niveles preescolares, 4 primarios, 4 secundarios y tres de formación superior. Luna, Hannah y Hermione se habían basado en los programas educativos muggles y mezclaron los conocimientos de la magia para dividir los años en cada edificio.

— Rey Potter, la familia Patil ha sido acomodada tal y como lo ordeno, señor. – dijo el elfo domestico que había sido encargado de tal tarea.

— Gracias Prist. – dijo Harry antes de suspirar ante el tamaño descomunal de trabajo que había aumentado con la familia de las gemelas. — ¿Podrías decirle a Sirius que estaré la comida en el castillo?

— Si rey Potter. – en un chasquido desapareció el elfo.

— ¿Qué harás con ellos Harry? – preguntó Luna quien se había mantenido al margen mientras observaba a su esposo admirar su escuela.

— Rav es joven, todavía sus enseñanzas influyen en su comportamiento social y un cambio en su entorno puede influir para bien. – explicó Harry antes de acercarse a Luna con una sonrisa. — El padre de las gemelas está criando un niño como un hombre abusivo.

— Por acciones como estas es que me pregunto si no tienes una obsesión por ser el caballero de brillante armadura. – dijo Luna aceptando el brazo del pelinegro. — Deberías tener cuidado o muchas chicas caerán a tus brazos.

— Dudo que a mi esposa le disguste, ella después de todo busca activamente mujeres para coquetearme. – dijo Harry haciendo reír a su rubia esposa. — Además las únicas mujeres que necesito ya están a mi lado, mi reina.

— Eres tan galante...Sirius debe estar esperándonos para comer, es hora de irse.

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Andrómeda observó el castillo del ahijado de su primo con asombro, ciertamente esta decorado de forma elegante sin llegar a ser presuntuoso que era como lo preferían los sangre puras, pero ella de nueva cuenta se tuvo que recordar que Harry Potter no era un sangre pura que se crío en el mundo mágico.

— La primera vez que lo vi completamente arreglado también me sorprendí. Remus aun se sigue sorprendiendo cada vez que viene. – explicó con diversión Sirius al ver las caras de los Tonks.

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