Capitulo 31

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La frangancia dulce y relajante de la lavanda inundaba el salón, el ambiente aun así se sentía tenso, los presentes se mantenían quietos intentado no provocar al león que los vigilaba que descansaba junto al aguila, el perro y por alguna razón la serpiente.

El hurón y la flor se sentían acorralados, el hurón había sido obligado a dar la dirección de la flor y ahora ambos se encontraban a merced del león, no sabían porque estaban allí pero no quería averiguarlo.

— Esto es demasiado tenso. – dijo Sirius luego de rato de observar a su prima observar la habitación buscando una salida.

— Solo un idiota como diría lo obvio Black.– escupió Snape.

— Mira Quejicus... – Sirius fue interrumpido a mitad de su frase.

— Es suficiente Sirius, Severus. – dijo Harry viéndolos con dureza, no era momento para peleas. — Severus estás aqui como padrino de Draco y conocido de Narcissa, estás aquí para relajarlos. Sirius, Narcissa es miembro de la familia Black hasta que diga lo contrario y su hijo por lo consiguiente, la familia es lo primero, las riñas tontas pueden ser después.

Ninguno de los mencionados habló, Harry por algún motivo esta enojado, tal vez se debía a la constante presión mágica que estaba sucediendo en su núcleo, una presión que había hecho crecer la isla al doble de su tamaño y que aun golpeaba para que dejara salir su magia.

— Henry... – intentó Luna.

— Ellos deberían estar en California. – señaló Harry tensando a madre e hijo. — ¿Podrías decir que hacen en Draiocht? Los únicos que pueden ingresar gente sin que Daiana me lo reporte son Fleur y tu, y ella fue a Egipto con Bill.

Narcissa intento no mostrar el pánico que sentía cuando Potter mencionó la ubicación en donde se estaban escondiendo, si él sabia donde estaban no había garantía de que nadie más lo supiera, debian escapar y mudarse a otro lado, los mortifagos seguian libres y ellos eran traidores, debía huir y mantener a salvo a Draco aunque le costara la vida.

Un plan se instaló en su cabeza, ella era una Black, su fuerza mágica tal vez no era igual a la de sus hermanas y primo, pero por su hijo se volvería cualquier cosa con tal de mantenerlo a salvo. Sirius y Lovegood serían faciles de bloquear, estaban cerca de un librero y podía transfigurarlo rápidamente, ella era buena en eso. Severus era un problema, Severus podría ponerse de su lado por su ahijado pero no podía confiar en que eso sucediera debía posicionarse rápidamente entre el sillón, los hechizo de Severus eran contundentes y siempre directos por lo que un buen escudo físico podría ser suficiente para conseguir una via de escape para Draco. Potter era de lejos el más peligroso y no podía subestimarlo, necesitaría distraerlo lo suficiente o ponerlo en un aprieto para que el resto se fijaran de ella e ignoraran a Draco para que el pudiera salir, había un traslador de emergencia en su bolsillo por lo que solo necesitaba alejarse del castillo en donde estaban que impedía que dicha magia funcionara y activarlo para después aparecer en distintos lugares, eso último ya había sido discutido con Draco por lo que él sabría que hacer, ella solo necesitaba distraerlos dos minutos mínimo para darle oportunidad a su hijo.

— La barrera anti-aparición se extiende por toda la isla por lo que tendrá que llegar al mar para que funcione tu plan. – dijo Harry controlando su temperamento luego de que los pensamientos de Narcissa le llegaran como si los estuviera gritando, el pánico la había hecho bajar su escudos mentales. — Cuando Dobby me dijo que lo enviaste a vigilarlos no te detuve Luna, lo consideraba como una buena opción en caso de que mis talismanes fallaran y quedaran al descubierto, pero... ¿Traerlos en contra de su voluntad?

— El ministerio se volvió loco. –comentó Luna haciendo que Harry elevara una ceja. — Más de lo que ya está... Están arrestando y eliminando a todo aquel que se considere oscuro, tomé a Malfoy antes de que los aurores ingresaran al callejon Knocturn.

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