He creado este capítulo explicar algunos momentos importantes en la vida de Harry y Luna, sucesos que marcaron sus personalidades a como las que he narrado.
Siento que era importante conocer algunos datos y pues esto fue lo que salió.
Además es el regalo por mi cumpleaños para ustedes.
¡Feliz cumpleaños a mí! (Adelantado por unos minutos)
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Capítulo especial, memorias que no se deben olvidar.
Año 1992, segundo curso.
Era casi la hora del toque de queda y Harry había terminado su castigo con Snape, sus dedos adoloridos por fregar los calderos que habían servido como su detención por lo que había pasado al inicio del curso.
El pelinegro de 12 años se sentía cansado y lo único que quería era regresar a su sala común, darse un baño y dormir tanto como fuera posible.
El trayecto de las mazmorras hasta la torre de Gryffindor era algo larga, pero aún tenía la fuerza suficiente para llegar a ella.
Harry se detuvo a mitad del camino después de escuchar algunos sollozos salir de uno de los tantos armarios de escobas.
A paso cuidadoso se acercó a la puerta donde provenían los sollozos, la cual estaba cerrada, y con un ligero movimiento de varita quitó el seguro mágico que habían puesto.
Cualquiera estaría asombrado por la hazaña del pelinegro por su magia no verbal, tenía 12 años y era capaz de hacerla sin mucho esfuerzo, pero para Harry cuya voluntad y pensamientos eran fuertes, algo que requería de ambos no era completamente difícil... Ciertamente Harry no tenía problemas para hacer magia, venía a el de forma natural que muchas veces se asustaba al ver cómo todos sus compañeros mayores y menores batallaban para lograr que su magia hiciera lo que los hechizos le pedían.
Él podría fácilmente resaltar entre los demás, pero había sido educado fuertemente (a golpes) que no debía sobresalir, que su deber era permanecer en las sombras sin moverse, sin hacer ruido y fingiendo que no existe.
Dentro del armario descubrió a la causante de los lloriqueos, su cabellera rubia estaba hecha un desastre, su túnica forrada de azul indicaban que pertenecía a la casa de las águilas, sus facciones no le eran familiares de los rostros de los segundos años por lo que aquella pequeña rubia era una de las nuevas estudiantes.
La niña rubia levantó su mirada al ver la luz que se filtraba por la puerta, la cual había estado cerrada por más de cuatro horas, las mismas horas que ella había estado encerrada en ese armario de escobas.
Para la niña fue una gran alegría ver la puerta abierta que interrumpió su llanto y calmó sus sollozos lo suficiente para agradecer a su salvador
— Gracias por abrir la puerta. – susurró la rubia con una sonrisa amable y mejillas sonrojadas por el llanto. — Me llamo Luna Lovegood.
Harry correspondió la sonrisa de la niña.
— Mi nombre es Harry, un placer conocerte Luna.
Un agradecimiento y una sonrisa fue todo lo necesario para que el pelinegro comenzara a vigilar a la pequeña Ravenclaw, no teniendo el valor para preguntarle la razón por la que había estado encerrada en ese armario y después de una semana descubrió lo que pasaba alrededor de la rubia.
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Hechicero Supremo
FanfictionLas frases de los grandes hombres son plasmadas en el alma de las personas ordinarias. Harry siempre lo dijo y ahora siendo apuntado por tres varitas de los que creyó eran su familia se dio cuenta de cuanta razón llegaban a tener los malditos. ...