Cuando salió del banco, el callejon ya estaba lleno de gente, emocionados brujas y magos hablando y seguramente compartiendo chismes o noticias entre ellos.
Varios vieron raro a Harry por su apariencia y el hecho de que había una lechuza en su hombro de los tranquila o tal vez se debía a que emanaba magia por sus poros, cosa que el no debía darse cuenta.
Realmente Harry no se daba cuenta, estaba más ocupado viendo los nuevos colores que rodeaban a todo el callejón, todos tenían distintos colores a su alrededor, algunos eran fuertes, predominaban en los adultos y colores suaves para los niños mostrando su falta de control aún en su magia.
— Lo mejor es comprar algo de comer Hed y después un nuevo guardarropa. Ya he utilizado demasiada ropa de Dudley y es momento de un cambio de look, ¿debería dejarme este color en el cabello? — preguntó Harry a su lechuza.
Hedwig pareció pensarlo un poco antes de contestarle.
"Me gusta ese color, hace que te veas más a tu madre."
Harry asintió a lo que dijo su lechuza caminando hacia el caldero chorreante, Tom siempre tenía el mejor pastel de carne y puré que había probado.
Al ingresar por la parte trasera algunas personas voltearon a verlo antes de ignorarlo, eso hizo a Harry sonreir con gran entusiasmo, desde sus once años había llamado la atención por su cicatriz y ahora todos pensaron que no era nadie interesante.
Con esa nueva sensación pidió de desayunar al cantinero y esperó tranquilamente en la barra con Hedwig a su lado en la barra. En cuanto llegó su desayuno, Harry le dio algunos bocados de tocino que había pedido para su amiga.
Una vez desayunado Harry ingresó al callejón con la idea de comprar un poco de rompa nueva y túnicas para Hogwarts nuevas, al ver las distintas túnicas Harry recordó algo muy importante que ocurría en su cuarto año.
El torneo de los cuatro magos, el evento que desencadeno el renacimiento de Voldemort y que lo tacharan de tramposo, asesino y un montón de cosas más. ¿Participar o no? Sabía que lo meterían a la fuerza, ahora podía evitarlo pero ¿realmente era tan malo?
Los mil galeones no eran importantes, tenia mucho más en sus bóvedas y no lo necesitaba, la gloria eterna era tan efímero que carecía de importancia. No conseguía nada bueno de ese evento en su vida, sin embargo podría conseguir a colagusano y demostrar la inocencia de Sirius y que Voldemort quisiera su sangre podría resultar en algo bueno.
— Quisiera agregar una túnica de gala. — dijo Harry a quien le tomaba medidas, sería un año divertido.
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Los Dursley estaban sentados en la sala esperando que los Weasley llegaran, los pelirrojos venían por Harry quien en ese momento mostraba ropa de su talla y un cabello color rojo oscuro el cual aún ocasionaba muecas furiosas en Vernon y miradas nostálgicas en su tía.
Desde hace dos día que había regresado con su cabello color rojo lo habían visto como si fuera el diablo mismo, en cuanto se puso la ropa de su talla los gritos de Vernon no se esperaron diciendo que les había robado, acusación totalmente estúpida.
El sonido de un fuego prendiéndose alertó a Harry de que los Weasley iban a llegar muy pronto, desde que había tomado la forma de águila, todos sus sentidos se habían alterado, su vista que desde que despertó era buena ahora era excelente, su oido era más agudo y se encontraba nervioso si estaba en un lugar demasiado pequeño.
Una pequeña explosión y el sonido de una voz que Harry identificó como el señor Weasley en la cocina le dijo que era momento.
— Debe ser un error... ¡Ay, George! Dile a Fred que... No ya no hay espacio... Regresen y diganle a Ron...
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Hechicero Supremo
FanfictionLas frases de los grandes hombres son plasmadas en el alma de las personas ordinarias. Harry siempre lo dijo y ahora siendo apuntado por tres varitas de los que creyó eran su familia se dio cuenta de cuanta razón llegaban a tener los malditos. ...