Hermione y Neville fueron los primeros en irse, Neville quería darles a sus amigos un poco de tiempo a solas, mientras que Hermione dijo que vería que los gemelos no se volvieran locos con la fiesta.
Las cuatro miniaturas de dragones salieron de los bolsillos de Harry, Luna sonrió feliz de poder tocarlas a pesar de que no podía entenderles.
— ¿Has hablado con Sirius? – preguntó Luna sin dejar de acariciar las miniaturas.
— No. – dijo Harry antes de comer otra galleta. — Le he enviado cartas regularmente, pero no me siento preparado para verlo otra vez.
— Tienes que verlo Harry, estás a casi ocho meses de que acabe el año y creo que deberías prepararlo para su pronta libertad y tú emancipación. – Luna lo vió a los ojos, preparada para hacerlo entrar en razón.
— ¿Y qué le diré? Sirius prepárate al final del curso tendré a Colagusano y podrás ser libre, por cierto ¿Eres leal a Dumbledore? Porque me está criando para después morir. – gruñó Harry mientras escuchaba a sus nuevas amigas hablar entre ellas.
— No necesitas estar a la defensiva conmigo Henry. – señaló Luna antes de volver a hablar con tranquilidad. — Chantaje emocional.
El pelinegro frunció el ceño ante las palabras de Luna, ¿Qué quería decir con eso?
— Volver a la vida no te hizo más inteligente, el chantajea a Sirius y a Remus... Las mujeres ocupamos el chantaje emocional todo el tiempo, "¿Ya no me quieres?", "¿Te amo, pero...?". Ocupalo con ellos, sabes que te quieren, sacrificaron sus vidas por tí, ahora debes obligarlos a abrir los ojos de ser necesario. – dijo Luna.
Harry sabía que Luna tenía razón, su padrino y tío honorario estaban demasiado apegados a Dumbledore y necesitaba que se dieran cuenta que aquel viejo barbón solo buscaba el bien mayor sin importar que.
— Lo haré, pero tú tendrás que acompañarme. – dijo Harry levantando su vaso dónde un whisky de fuego reemplazaba a la cerveza de mantequilla.
— Siempre cariño. – contestó Luna chocando su vaso con el mismo contenido con el de su prometido.
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La fiesta de los Gryffindor se extendió por un largo rato, aunque el campeón no llegó hasta la mitad de la fiesta ignorando las preguntas de los leones sobre dónde se encontraba.
Hermione se acercó a su amigo pelinegro con la intención de platicar con el cuando los gemelos Weasley interrumpieron la fiesta.
— ¡Vamos Harry! – habló Lee Jordan, el amigo de los gemelos. — ¡Ábrelo!
— Se supone que tiene que resolver la pista por sí mismo. – objetó Hermione. — Son las reglas del torneo...
— No seas amargada Hermione, todos tenemos curiosidad. – dijo George mientras pasaba su brazo por los hombros de la nombrada.
Harry solo rodó los ojos antes de abrir el huevo, sabiendo que todos escucharían los gritos de las sirenas en lugar de su canto.
Dónde nuestras voces suenan ven a buscarnos, que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos. Y estas palabras medita mientras tanto...
— ¡Cierralo! – los gritos lo sacaron de sus pensamientos, era exactamente el mismo acertijo cosa que Harry esperaba, esta vez podría formar una alianza con la merpeople y no necesitaría las branquialgas para esta prueba.
Todos en la sala común hicieron especulaciones acerca del siguiente reto, Harry evitó que Neville se volviera un canario gigante y se retiró a la comodidad de su cuarto con Neville a su lado.
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Hechicero Supremo
FanfictionLas frases de los grandes hombres son plasmadas en el alma de las personas ordinarias. Harry siempre lo dijo y ahora siendo apuntado por tres varitas de los que creyó eran su familia se dio cuenta de cuanta razón llegaban a tener los malditos. ...