Capitulo 11

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Harry no sabía como había reunido las fuerzas necesarias para mantenerse despierto después de que llegó a Hogwarts gracias a la copa, pero saber que Peter estaba siendo custodiado por Amelia Bones y que las probabilidades de que Sirius fuera libre fueran reales, hacia que su cuerpo descansara.

Ahora estaba de nueva cuenta en la estación de trenes blanca, Harry sabía que no estaba muerto pero no pudo evitar pensarlo considerando que están en la misma habitación en la que aparecía cada vez que moría.

— Dije que te permitiría ver a tus padres una sola vez. Solo tienes cinco minutos. – la voz de Muerte se escuchó por el lugar y un instante después dos figuras estaban paradas frente a Harry.

James y Lily Potter estaban delante de él, con una sonrisa en sus rostros aunque confundidos, estaban viendo a su único hijo.

— Hola mi niño. – habló Lily con dulzura y nerviosismo. — Estás tan grande.

Harry no habló, solamente abrazó con fuerza a su madre, la última vez que había hablado con ella había sido unos minutos antes de morir en su línea del tiempo original.

— Mamá, Papá... No tienen idea de cuanto los extraño. – dijo en cuanto se separó de su madre y fue abrazado por su padre.

— Nosotros te hemos extrañado aún más Pronslet. – dijo James Potter viendo a su hijo. — Lord Muerte nos permitió verte unos minutos, algo sobre una promesa que te había hecho...

— Muerte siempre cumple sus promesas. – dijo Harry antes de suspirar. — Yo tengo tantas cosas que contarles y tan poco tiempo... Quisiera quedarme para siempre con ustedes, pero he hecho una promesa a Muerte y Destino y, Luna se enojaría conmigo si no vuelvo.

— Debes volver cariño, tus lindas prometidas estarían devastadas si no regresas y lo que menos queremos es que tú nos sigas a dónde estamos. – dijo Lily con lágrimas en los ojos. — Lamento tanto haberte dejado mi niño, pero estoy orgullosa del hombre fuiste y se que serás.

Harry sintió un gran calor extenderse por todo su pecho, era un calor tan hermoso y cálido que no pudo evitar derramar algunas lágrimas.

— Se feliz hijo y vive una vida larga, eso es lo que queremos que tengas y mientras tú seas feliz nosotros estaremos felices. – dijo James. — No seas tan imprudente y obedece a tus esposas, ellas siempre serán las cabezas del grupo y danos muchos nietos, estaremos observandote... Y gracias por ayudar a Rem y a Siri.

— Cuidaré de ellos papá, no dejaré que nada les pase está vez. – dijo Harry con determinación.

— Se que lo harás cariño y no sabes cuánto te agradecemos que cuides de ellos y sé que tal vez no te agrade, pero por favor cuida a Severus, ya ha sufrido demasiado. – le pidió su madre haciendo a Harry suspirar.

— Madre, por tí haría lo que fuera... Buscaré una manera de que sea libre, lo prometo. – Lily abrazó con fuerza a su hijo.

James no estaba del todo contento con el pedido que su esposa le había hecho a su hijo, pero no estaba disgustado, Snape había cuidado a su hijo todo este tiempo a una manera muy extraña y poco ortodoxa.

— Cuídate pronslet y dile al tonto de canuto que acepte sus sentimientos y a Remus que no sea un cobarde. – pidió James antes de abrazarlo por última vez.

El tiempo se estaba acabando, los tres podían sentirlo. James y Lily abrazaron a Harry hasta el último segundo.

— Mamá, Papá... Gracias, gracias por todo. – dijo Harry antes de que sus padres desaparecieron.

La habitación blanca ahora solo aguardaba Harry con un nudo en el estómago, solo fueron cinco minutos los que tuvo con sus padres, cinco minutos que asesoraría en su corazón y recordaría.

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