•Retorno•

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México-Jalisco.
08 de Agosto del 2021

Han transcurrido tres días desde el incidente, donde la muerte y la desesperación fueron protagonistas. Tantas vidas perdidas y sangre derramada, sin justificación alguna, habían dejado vulnerables a todos, tanto física como mentalmente, estaban agotados, haciéndolos reflexionar sobre el futuro que les esperaba.

Ya no había lugar seguro a dónde regresar, pues si tenías la suerte de no ser devorado vivo, por algún infectado o mutación, tenías que preocuparte por no ser arrestado por los cobras, los cuales te llevarían con ellos, asegurándote protección, pero que no era más que una fachada, porque la verdad era que terminarías siendo sujeto de prueba, para cualquiera de sus experimentos.

Sentado en el suelo de aquel departamento, Hunter recordaba lo que Beatriz le contó en una ocasión, luego de regresar del bosque, y de estar pegada cual chicle a Bestian por algunos días. Si todo lo que ese chico, que fue eliminado por el Aniquilador, era cierto. Entonces no quería imaginar lo que podía estar sufriendo Lizabeth en esos momentos, mientras ellos estaban en esas cuatros paredes sin hacer nada.

Pensar solamente en eso, lo llenaba de impotencia y desesperación.

Habían intentado irse hace tres días, justo después de haber encontrado a Mike, y asegurarse de que no había más supervivientes, o de que las chicas no estuvieran muertas. Pero entonces una oleada de infectados abarcó las calles en una sola noche, haciéndole imposible la huida ese día.

No era seguro después de todo, tenían heridos, y no podían arriesgarse a perder a más miembros del equipo.

Sintió algo frío en su mano, regresando al mundo real, lejos de sus pensamientos. Al bajar la mirada, se percató que solo se trataba de Mike. El pastor alemán que fue un buen compañero mientras se encontraban con el AISAN. Y siempre lo acompañaba en sus entrenamientos en solitario.

Al menos el pequeño canino había sobrevivido al desastre. Mientras miraba como el resto se encontraba disperso por el departamento, buscando una solución para salir del edificio, comenzando a aventurarse en el rescate de Lizabeth.

Sabía que Vector no estaba muy contento con la decisión de todos, de dejar que Kai se uniera nuevamente a los ángeles exterminadores. Según lo que le contó Azul, ellos no se llevan muy bien, aunque sigue sin saber exactamente por qué.

Ella cree que es por una rivalidad que tienen entre ellos, pero prefieres no preguntar, porque Vector se pone más gruñón de lo que ya es.

Por otro lado Blanca, se encontraba en la cocina esperando que el agua se calentará. Había encontrado unas bolsas de té de manzanilla, aún había gas en la cocina del departamento, así que no dejaría pasar la oportunidad.

Pensaba en todo lo que había ocurrido en pocos días, y como un viaje de tan solo 10 horas, ni siquiera había invitado por culpa de una horda de infectados. Realmente tenían que encontrar la forma de avanzar, de lo contrario quedaría atrapado en una zona roja, y así sería más complicado comenzar con la travesía.

Cuando los tés estuvieron listos, coloco las tazas en un plato de vidrio, que tenía un estampado de flores azules en los bordes. Comenzando a avanzar hacia la sala de estar donde sabía que estaba Aiden con su hermana y el resto del trio dinámico.

Al cruzar el marco de la puerta, lo primero que aprecio fue como Valeria, Victoria, Robin, Geobels e Ivar, estaban cuáles niños sentados en los muebles, apreciando como Aiden cantaba una canción poco conocida de un clásico animado.

El rubio quien noto a la pelirroja, se acercó a ella aún cantando, Que duro es ser una deidad, era una canción de la película, Camino Hacia El Dorado. Era la película favorita del rubio desde que era un niño pequeño.

【✜ Escapando De La Muerte ✜】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora