•El Principio Del Fin Parte II•

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México-Mexico
24 de Diciembre 2021

—Arriba patita, tenemos que movernos...

Aquella mano extendida a la altura de su rostro era la carta de invitación, que le ofrecía dejar todo atrás, igual que aquella vez, igual que cuando inicio aquel desastre. Ella no se había movido de su posición desde que aquellos hombres ingresaron a la sala con rostros enmascarados, y tal vez metafóricamente seguía estancada en el mismo lugar, aunque estuviera lejos de las cuatro paredes insípidas que servían de jaula. Tal vez jama había escapado realmente, y aunque el panorama cambiaba, seguía atrapada en esa habitación, asustada de la atrocidades que se cometían fuera, pero era demasiado cobarde como para enfrentarla, y solo decidía quedarse oculta, sin intentar hacer algo para evitarlo, tal vez todo aquellos intentos de buscar una cura, solo eran una forma para no sentirse tan culpable de todo, para redimirse por sus pecados, pecados de los cuales no se iba a poder deshacer nunca, y debía aprender a enfrentarlos y afrontarlos.

Podía reconocer aquella voz donde fuera, sabía que no era un truco de Verónica, no, aunque la mente de la mujer era retorcida, en lo poco que había aprendido de ella, es que jamás iba a poder doblegar a aquella bestia. Y Eso la mujer lo sabía muy bien, por eso, decidió que ya era un estorbo, que de nada servirá tener a la mano, una criatura que jama seguiría órdenes, un peón que en cualquier momento, se podía volver en tu contra. Un ser que aunque usaran todos los métodos de tortura, jamás flaquearía en seguir... no los ideales de la persona, ni lo que todos pensarían que era lo mejor, si no sus propios ideales, su propio pensamiento, él hacia todos a su modo, cuidaba a todos como él le apetecía y los planes los ejecutaba de una forma, que el resto no entendía.

Aquel chico que con cada día que pasaba se convertía en un hombre, uno con los ojos tan oscuros y llenos de penas y tragedias, que no bastaría todo el tiempo del mundo para contarla, pero que en segundos se podían convertir en un par de gemas preciosa color carmín. Que debajo de esa coraza que el virus había creado existía un corazón noble que aún luchaba por seguir existiendo, que su deseo era salvar a las personas que apreciaba.

—Lord murciélago... —Aquellas palabra fueron similar a un tintineo de campana lejanas.

Pero no dudaría en posicionar su mano sobre la del hombre frente a ella, sus dedos sintieron la textura áspera de los guantes negros. Vector notaria lo maltratada que esta estaban, pequeña roseta y curitas en sus dedos eran visibles, aquello lo molestaba, como era posible que pudieran lastimar a una chica tan maravillosa como lo era, su daba de los ojos grises. La sujeto con firmeza, un toque rápido y firme con la fuerza suficiente como para que ella se sintiera respaldada. No pensaba soltarla de nuevo. La había perdido una vez, estuvo cuatro largos meses lejos de la persona que lo supo comprender, siempre lo intentaba hacer reír y le cantaba para dormir. Y en esos cuatro meses que estuvo lejos de ella, esos cuatros meses donde no podía pegar el ojo, pensando en las atrocidades que podían estarle haciendo a ella y a su hermana, frustrado por no poder hacer nada, por ser tan débil y no poder protegerlas, comprendió que no podía estar lejos de ella, que El hombre sin sentimientos, Se habia enamorado de la hermosa científica.

Y No dejaría que la apartaran de ella de nuevo.

El repentino saltar de chispas la hizo producir un grito alterado, encogiéndose en el suelo, claro que en ningún momento soltó la mano del hibrido. Apreciando como una daga se había en el lente de la cámara, destrozando el objeto al acto. Apena podía ver lo que ocurría, pues el cuerpo de Vector la cubría un poco, ocultándola del Angulo de la cámara que estaba detrás de ellos, o bueno, estaba, porque ahora no era más que un montón de chatarra y cables que no funcionaban.

Parado en la puerta estaba el responsable de tal hazaña, quien se retiraría es casco buscando aire, pues realmente el objeto no lo dejaba respirar con comodidad, algo que realmente lo irritaba. Algunos mechones de su cabello negro, estaban pegados a su frente debido al sudor, mientras que su mirada miel, apreciaba con fastidio la escena, algo romántica que tenía frente a él.

【✜ Escapando De La Muerte ✜】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora