·Fugitivos·

26 2 2
                                    

Estados unidos-Texas
04 de Mayo 2021

La noche estaba cerrada en esa ocasión, ni la luna o estrellas estaban presentes en el cielo. La única luz que iluminaba las fronteras eran los faros de los vehículos. La camioneta que habían robado cuando todo comenzó, reposaba en la oscuridad ayudándoles a planear sus movimientos. Dejaron las que pertenecían a Vera, temiendo que esta tuviera un rastreador y dieran con ellos.

Sobre esta se encontraba Ann Rous, su corto cabello era recogido por una media cola, cuyo adorno era una pequeña flor de girasol. Con sus labios sostenía una galleta de vainilla. Su pecho pegado al tejado del vehículo, mientras que sus ojos apreciaban todo con mayor claridad, gracias al visor nocturno de sus binoculares.

Que también eran cortesía del saqueo a la BEL.

Habían tenido que vagar por la ciudad esos cuatro días, debido a los guardias no devana de buscarles, movilizándose por todos los lados del país. Así que prepararse para dejar Estados Unidos se volvió una tarea más difícil, más cuando los infectados eran cada vez más notorios en las calles de la ciudad, eran más salvajes y peligrosos, en pocos días lograron llevar al país al pánico comenzando su destrucción, junto con la del resto del mundo.

Ann se sorprendió cuando a través de los visores, apreció la destrucción de aquella alcabala en la frontera, destinada a detenerlo si se les ocurría intentar cruzarlas. Pero ese escuadrón había sido reducido a cenizas y no por ellos. Las paredes de muchos de los camiones tenían marcas de grandes garras, aprecio como aquellos soldados ahora caminaban cual infectados, en busca de alimento.

Ella se terminó de comer la galleta de un bocado, entonces se sentó en el borde de la camioneta y se estiró lo suficiente, para entrar por la ventana que estaba abierta. Aterrizo sobre los asientos traseros, apreciando como en el puesto del copiloto se encontraba Cesar, con una radio en la mano y la escopeta reposando frente a ellos. Por otro lado Bruno se quejó, pues uno de los pies de Ann, había aterrizado en su costilla.

Ella se disculpó.

—¿Vector y Vera no han regresado? —Cuestionó al no verlos en el lugar— Me pregunto por qué tardaron tanto.

—Quién sabe—Respondió el chico de ojos achinados— Oye mano, préstame la radio.

—No —Cortó en seco el grandulón— Vector me dejo a cargo a mí –Agregó con recelo, mientras atraía la radio a él– Además capaz de la doy y la radio explota.

La mirada confundida de sus dos compañeros cayó sobre él. Cesar hice un ademán con la mano para de este modo restarle importancia. Volvieron a dirigir su mirada al frente.

Ella volvió a mirar al frente con los binoculares, entonces encontró el motivo de por qué el híbrido no había regresado. Nuevamente había decidido encargarse del trabajo él solo y no le consultaba a los demás, pues Vector se encontraba detrás de uno de los carros, en su pecho colgaba el fusil AK-103. Maldiciendo para sus adentros que aquellos no vivos estuvieran uniformados. Eran personas que alguna vez fueron soltados los cuales custodiaban el paso de las fronteras. Tenía chalecos antibalas, uniformes de camuflaje, botas militares y cascos.

Se movió a una increíble velocidad y sin pensarlo mucho le arranco la cabeza a un grupo de ellos. La sangre brotó como un chorro de agua hacia arriba. Las manos del cazador se comenzaron a teñir de ese color carmín. Sus en un tono carmín amenazante resaltaba en la oscuridad. Llegó a la espalda de uno de los soldados, colocó su Colt.45 en la nuca del zombi y sin previa abajo apretó el gatillo. La sangre salió disparada manchando el rostro y parte del cuello de Vector.

El sonido atrajo a varios infectados, los cuales apenas se giraban sus cabezas caían al suelo, los cuellos estaban rotos, y sus nucas eran atravesadas por una bala. Luego de unos minutos solo había un par de blindados de pies. Vector se detuvo frente a uno de los que ya estaban muertos y lo detallo.

【✜ Escapando De La Muerte ✜】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora