•Confictos internos •

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México-Mexico.
08 de Agosto del 2021

El lugar estaba realmente oscuro y frío, sentía el ambiente pesado, a pesar de encontrarse sola. No sabía cuando tiempo había permanecido en la misma posicion desde que llegó a aquel lugar. Sus pies descalzos permanecían tocando el frío  suelo, mientras su cabeza estaba recargada en su rodilla.

Algo le decía que pronto se encendería de nuevo las luces de aquella habitación, era algo que había notado. Pues permanecían horas apagadas, intentando hacer que se sumiera en la desesperación, sabia que querían llevarla a su limite,ver qué tan fuerte era mentalmente. Luego se encendían de la nada, iluminando todo el interior de aquellas cuatro paredes blanco satén, aunque la verdad Lizabeth no sabía, si preferís que se quedarán apagadas, después de todo a ella el blanco la enloquecía más .

Uno de los problemas era que no habia logrado encontrar algún  patrón, que la orientadora un poco. Comenzó intentando contar los minutos, cosa que realmente le daba sueño y pereza, entonces entendió porque siempre decían que contarán ovejas para dormir. Ahora lo comprendia.

Luego intento saber si era tarde o no, por la comida que le daban, pues siempre se repetían tres tipos de comida, el problema es que tampoco llevaban un patrón. Entonces tampoco pudo saber por ese médio cuánto tiempo pasaba.

Tal vez ese era el objetivo de sus captores.

Y hablando de comida, está era asquerosa. Lizabeth, sabía que no podía esperarse un festín despues de todo estaba capturada. Pero al menos esperaba que tuviera aspecto de algo comestible, lo único que era apetecible en esas bandejas que le dejaban, era la fruta, que en su mayoría eran manzanas, durazno cortado en trozos o plátano.

Cuando las luces se encendían, sabía que podía significar dos cosas. Una nueva conversación con hombres que no dejaban ver sus rostros, debidos a las mascarillas y gorros, lo único que lograba distinguir era la voz y la tonalidad de los ojos de cada uno. Ellos se encargan de hacer algunos estudios médicos, cómo medir su peso, su tamaño y cosas que se haría en un chequeo normal.

Recuerda que cuando hicieron el primer chequeo la tuvieron que amarrar a un silla, pues no dejaba de moverse. Claro que era de esperarse, también iba a dejar que hicieran estudios con ella tan fácilmente.

Por otro lado, el segundo motivo era para darle algo de comer, y en lo personal refería lidiar con los hombres que con la comida, siempre había sido de las personas mal comer, que no comían cosas que no le gustaban, pero en esa ocasión para ella estaba justificado, el único problema es que sabía, que si no se alimentaba estaría débil y no podría escapar.

Tenía que escapar y regresar con su equipo.

Su ropa también había sido sustituida por una simple bata blanca que le llegaba a la mitad de los muslos. Su cabello estaba suelto, y como siempre con sus ondas naturales y flis que siempre la sacaba de sus casillas, esa era una de las principales razones por la que solía usar coleta.

Y eso era todo, no había nada más que resaltar.

Cuando las luces se encendieron de golpe, con un poderoso estruendo que alertaría a cualquier criatura,  Lizabeth levantaría un poco la mirada en la dirección de la puerta de metal a metros de ella. Cerca de ella había una cama que por algún motivo que desconocía no le daba confianza usar, tal vez porque le recordaba esos juegos de manicomio donde los pacientes estaban amarrados a estás.

El resto de la habitación estaba vacía, lo que provocaba el eco del lugar. No se habían molestado en hacer acogedora la habitación, después de todo no tenía que ser cómoda.

Tres hombres vestidos con pantalones y batas blancas ingresaron a la habitación, apreciando como esos ojos marrones llenos de fuerzas y determinación los miraban. Le sorprendía la fortaleza de ella, después de todo, muchos ya estarían llorando y gritando por ayuda, ella en ningun momento lloro, hasta ahora no había gritado o pataleado.

【✜ Escapando De La Muerte ✜】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora