|Miedo a la verdad|

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Pov: ___.

Mi cuello dolia un poco por la posición incomoda en la que me había quedado mucho tiempo, tras estar pensando en mi situación con Jin. Realmente es lamentable que las cosas entre nosotros vayan de mal en peor y es donde me doy cuenta que tal vez lo que sentimos el uno por el otro, no es suficiente para destruir esa barrera que nos separa cada día mas. Eso me pone triste porque nuestros caminos se encontraron en un momento equivocado.

- Jin.. - suspiro pesadamente, dejando escapar el oxígeno que mis labios retuvieron. Quiero que la tensión abandone cada músculo de mi cuerpo, pero solo crece mas y mas, apretando mi pecho.

Algo cansada, miro mi reloj de mano y me levantó al notar que ya son pasada las seis de la tarde. Mi hora de salida. Agarro mi suéter que hace colgado en el respaldo del asiento y me lo pongo, coloco la cinta de mi bolso sobre mi hombro, guardo mi móvil y antes de salir apago la luz de la oficina, para después cerrar la puerta a mis espaldas.

Aun puedo notar a varios de mis compañeros en su zona de trabajo, por lo que me despido con una leve reverencia mientras caminó. Tras pasar frente a la oficina de Hoseok, no puedo evitar pensar en Jin y en que si estará ahí dentro, que si podría detenerme para verlo y saber como esta, pero tal vez lo mejor sea no entrometerme, además, yo fui la que pidió tiempo y él simplemente me lo esta dando, ya que me lo hizo saber esta mañana.

Trago el nudo en mi garganta y prosigo a entrar al elevador. Finalmente, recargo mi cabeza en la pared metálica de éste, dejando que la tristeza me consuma un poco mas. Saco el móvil de mi bolso y comienzo a textearle un mensaje a Hoseok, despidiéndome y disculpandome por no hacerlo personalmente, después vuelvo el aparato a mi bolso. Las puertas se abren, dejando ver el loving de la empresa frente mio, salgo y mientras caminó él guardia se despide de mi e hago lo mismo, sin embargo; antes de cruzar las puertas, ella aparece frente a mi.

Yonji, esta frente a mi y a pesar de que unas gafas cubren sus ojos y esa bufanda cubriendo su cabello como gran parte de su rostro, puedo reconocerla. Nunca podría olvidar el rostro de la mujer que destruyo mi vida y me arrebato lo que mas amaba.

El odio, la furia y resentimiento yacen en mi interior. Quiero huir, pero mis pies no responden, a pesar de que no se atrevería a agredirme frente a todos, tengo miedo, mucho miedo. Pronto, se quita las gafas y es así como después de tanto tiempo nuestras miradas se encuentran.

- Nos volvemos a ver -

Su sonrisa maliciosa se extiende al ver el temor en mi rostro, ella es tan despreciable.

No digo nada, ni siquiera tengo la mínima intención de responderle, así que reacciono e intento marcharme lo mas rápido que pueda, pero esa mujer me agrarra fuertemente del bolso, deteniendome.

- Sueltame - le digo entre dientes, empujando bruscamente sus asquerosas manos lejos de mi, logrando que mi bolso caiga al suelo y sea pateado por ella.

- Tan repugnante e idiota como siempre - escupe con cierto desprecio en su tono, pero no es algo que me importa - Vaya, que sorpresa encontrarte aqui. No me digas que ahora trabajas para el bastardo de Hoseok - ríe cínicamente, provocándome.

No estoy dispuesta a soportar sus insultos, que apresurada me hinco recogiendo las cosas que se esparcieron fuera del bolso.

- ¿Que? ¿Ya no te duele que haya matado a tu bastardo? - se carcajea - Si hubieras escuchado como lloraba antes de ahogar... - sin darse cuenta, le solté una bofetada con todas mis fuerzas.

- ¡Maldita, callate! - le grité, empujándola y dándole otra bofetada - ¡Vas a pagar lo que hiciste! ¡Voy a refundirte en la cárcel! - me abalance contra ella con la intención de matarla con mis propias manos, hacerla pagar por lo que le hizo a mi bebé.

Tardes Negras |Kim Seok Jin| {𝓣𝓮𝓻𝓬𝓮𝓻 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora