Tardes Negras |Kim Seok Jin| {𝓣𝓮𝓻𝓬𝓮𝓻 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸}

Esperanza.

- ____, espera - Hoseok la sujeta del brazo impidiendo su andar, ella le sonrie ocultando la tristeza en su rostro como si nada pasara.

- ¿Que sucede, Hoseok? - pregunta con ingenuidad.

- ¿Te irás sin averiguar lo que realmente pasa? - ella suspira, desganada.

Claro que no quiere irse, desearía tener el valor suficiente para enfrentar al pelinegro y saber lo que diría, pero el suceso antes de aquel beso, llega a su mente. Él realmente se veia feliz a lado de esa mujer, le estaba sonriendo, cosa que nunca habia hecho con ella. Probablemente esa sea una buena razón para alejarse, quizá él ya encontro a alguien mas.

- Todo esta claro - sus ojos tristes volvieron a mirar donde ellos hacian, percatandose ahora de la peligrosa distancia que los separaba - ¿No lo ves? - soltó una risa amarga sin dejar de mirar la desagradable escena - SeokJin ya encontro a alguien más y es feliz.. - dolía, su corazón dolía mucho - Yo no pienso arruinar aquello - un nudo se formo en su garganta.

- Tal vez estamos... - él muchacho ni siquiera pudo terminar sus palabras cuando vio como la mujer que estaba frente al pelinegro lo abrazo y éste correspondio - Equivocados.. - la última palabra se desvaneció con el viento, dejando decepción en su lugar.

Los protagonistas en ningún momento se percataron de las presencias ajenas, entonces, solo se marcharon en una camioneta negra.

- Tengo que irme, Hoseok - la forzada sonrisa y amabilidad de ___, golpeo al rubio en el corazón - Recordé que tengo algo pendiente que hacer - quería huir rápidamente del lugar de los hechos porque sabia que se romperia en cualquier momento. La última mirada y sonrisa falsa antes de retirarse.

- ____ - Hoseok, susurro.

- Te llamo después, cuídate - y así la castaña de un momento a otro se volvió un punto negro por la lejanía ante los ojos del chico.

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Los parques se convirtieron en un escenario cliché de algunas personas, como en la vida de ____, aunque eran buen lugar para llorar y saciar las penas del corazón. Una y otra vez la escena se repite en su cabeza, SeokJin acompañado de esa mujer tan bonita, cuerpo perfecto y una cabello tan negro como la de él. Debía reconocer que se miraban bien juntos, que cualquiera que desconoce sus vidas creería que conforman un excelente pareja o incluso matrimonio.

- ..Como dos gotas de agua.. - así, las lágrimas abrieron camino a sus mejillas y su corazón abrió paso al dolor.

Después de llorar tanto, la idea de ir a casa y continuar con su vida se volvió tan anhelada, pero solo se quedo estancada en aquella banca hasta anochecer. En lo alto, sobre ella, una pequeña luciérnaga sobrevolaba, acercándose para posar por encima de su hombro derecho.

La tenue luz del indefenso ser vivo, titilaba acompasando los inaudibles sollozos de la frágil mujer que lloraba bajo la penumbra de una noche fría, estrellada y llena de soledad. Miles de promesas se rompieron desde que Bae JinYoung había sido arrebatado de su corazón de una manera tan injusta, convirtiendo su existencia en miseria,  trayendo desgracias y tragedias.

El crujir de las hojas secas por el otoño siendo pisadas, resonó aun costado, obligándola a mirar al causante. SeokJin mantenía una expresión sombría en su rostro tanto como en sus ojos, un porte estático y prácticamente tranquilo mostrando, sabiendo que por dentro se moría de la angustia por saber nada de ____ minutos atrás, después de la llamada recibida por parte del rubio.

- Hoseok me llamo, preocupado - Hablo él pelinegro - Dijo que no contestabas las llamadas - ____ no lo escuchaba, o pretendía no hacerlo.

La pequeña luciérnaga en su hombro, escapo directo hacia SeokJin y se detuvo en sus oscuras hebras sin que éste se diera cuenta.