Fin de la escena.

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Por suerte, la bala no había herido gravemente a ____, solo un rasguño en su brazo izquierdo que ahora una de las enfermeras del hospital hacia curando, aunque cabe decir que tuvieron que colocarle un cabestrillo a consecuencia del la fuerte lesión que la caida le habia ocasionado, cuando el repentino y brusco movimiento que Hoseok hizo para evitar la bala.

- El doctor vendrá a revisarla mas tarde - la enfermera le dijo cuando acabo su tarea - Permiso - hizo una reverencia y salio de la habitación.

- Lamento que las cosas hayan llegado a este extremó - Hoseok se sentia culpable por la herida de la muchacha y quizá también por tanto sufrimiento.

- No es tu culpa. Quien iba saber que esa mujer pensaba escapar, por suerte esto no paso a mayores. Solo es un rasguño, nada grave - dijo tranquilamente, apoyando su mano sana por encima del contrario e intentando brindarle consuelo.

- ¿Nada grave?. Mira como te ha quedado el brazo. Lo lamento.. - 

- Solo intentaste protegerme - sonrió con un nudo en la garganta, porque dolía saber que alguien intento asesinarla, así como Bae - Al contrario, tengo que agradecerte. Si no fuera por ti, probablemente no estaria aqui.

Confeso acidamente, hiriendo al rubio, quien pronto le otorgó un cálido abrazo, que la muchacha recibio casi desesperada por culpa de las terribles sensaciones que estaban quemándole el corazón.

- Aun así, hubiera preferido que a mi me tocara esa maldita bala - susurro, ese comentario provoco un poco de enojo en la menor.

- No digas tonterías, Hoseok - soltó un golpe leve al hombro del muchacho - ¿Y luego quien rayos me iba hacer reír? - de algún modo, su corazón se sintió terrible al imaginar aquello, pues él rubio ya era una parte fundamental en su vida o mas bien el único. Entonces, sus pequeños orbes se llenaron de lágrimas. - Tonto.. - susurro abatida.

- Lo siento, soy tan mal amigo - la chica asintió, limpiando sus ojos y dándole la razón - Oh, cuidado - le dijo cuando se apartaron.

Después de que él doctor revisara a la menor y diera algunas indicaciones para el cuidado de su brazo. Ella y Hoseok ya se encontraban caminado hacia la salida del hospital, puesto que éste se había ofrecido a llevarla a casa porque ya era demasiado tarde. Sin embargo; no contaban con que SeokJin estuviera fuera esperando. 

El lugar se torno incomodo y tenso por la presencia del pelinegro, quien solamente tenia la mirada enfocada en la menor. 

- Puedes dejarme el resto a mi - dijo sin apartar la mirada de la muchacha - Yo la llevare a casa - Hoseok miro a la castaña con cierta preocupación. No quería dejarla con él porque las cosas podrian empeorar. Además, no estaria tranquilo saber que la dejo en manos del que creyo su amigo y por mas que quisiera, ya no confiaba tanto en él.

Y al ver que la muchacha no decía nada, intento hablar por ella.

- No deberías.. - pero SeokJin no lo dejo hablar.

- No te lo estoy preguntando - escupió fríamente con esa mirada sombría que sus ojos destilaban. - No quiero volver a repetirlo - advirtió demandante al ver que Hoseok no se movia.

La castaña no entendia lo que SeokJin pretendia hacer, se suponia que todo había quedado claro y que no quería verlo. Sentía coraje y rencor al verlo, que no soportaba mirar ahora mismo sus lindos ojos, ni su negra cabellera mesiendose al ritmo del ligero viento. Aunque siente sus mejillas calentarse al percatarse que ha llegado tan lejos con tan despiadada pero preciosa vista.

Sus ojos no logran soportar la penetrante mirada del pelinegro, por lo que incluso mirar las pequeñas hojas naranjas de los árboles es mucho mejor.

Tardes Negras |Kim Seok Jin| {𝓣𝓮𝓻𝓬𝓮𝓻 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora