Cap. 23 | Sospechas e Incertidumbre

66 3 0
                                    

La policía era en lo último que pensaba antes de ese fatídico evento; sin embargo, las cosas estaban dándose de manera que no deseaba, y ahora con todo esto, un sin fin de pensamientos cruzaban mi cabeza, no puedo mentir, luego de que los policías...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La policía era en lo último que pensaba antes de ese fatídico evento; sin embargo, las cosas estaban dándose de manera que no deseaba, y ahora con todo esto, un sin fin de pensamientos cruzaban mi cabeza, no puedo mentir, luego de que los policías se fueron, quedé totalmente aterrado, con un sentido de persecución que iba a terminar enloqueciéndome poco a poco.

Me encontré con Sabrina en el Tahití, no hubo tiempo para pedir el café cuando le conté a ella lo que estaba pasando.

— ¿Me puedes explicar cómo carajos se enteró la policía de esto? —Preguntó Sabrina totalmente asustada.

— Encontraron el cuerpo de Rodrigo a causa de un tipo que dio el aviso, no sé cómo sucedió, cuando pasó lo que pasó, yo no tenía en mi mente este escenario, solo me cegué por lo que sentía en ese momento. —Contesté mirando hacía todos lados.

— ¡Demonios! — Sabrina alzó la voz, lo que provocó que los comensales del lugar volteen a vernos —, ¿Y ahora qué haremos? Si se entera Fernando de esto somos hombres muertos.

— Tranquila Sabrina, que eso no va a suceder, la policía no sabrá de nosotros, no había nadie en ese lugar, el tipo que reportó la muerte de Rodrigo apareció días después, no creo que haya habido alguien lejos viendo todo. —Respondí.

— Entonces dime señor detective —Dijo Sabrina en un tono sarcástico—, ¿Cómo demonios llegaron un par de policías a la puerta de tu casa? — Sabrina volvió a preguntar.

— El policía dijo que encontraron mi número en el registro de llamadas de su teléfono, por eso llegaron a mí—expliqué—, recuerda que Rodrigo me tenía haciendo sus trabajos sucios por un tiempo, era lógico que hayan encontrado mi número en su teléfono.

Estuvimos en dicho café al rededor de cuarenta minutos, planeando que hacer en caso nos interrogaran, en caso nos busquen, para mí, todo esto era demasiado surrealista, cuando decidí regresar, jamás hubiera pensado que solo unos meses después estaría con los nervios de punta por haber matado a mi mejor amigo, el cual me chantajeaba por haber sido descubierto teniendo una aventura con la mujer de mi mejor amigo. Luego de eso fui a casa, pensando que podría relajarme un poco, no sé intentar no pensar haciendo cualquier cosa, pero las estaban empezando a ponerme más tensas.

Llegué a casa, y al entrar me encontré con Carolina con una expresión de sorpresa y espanto, tenía la mano derecha en la boca y la otra mano temblaba tanto que casi no podía sostener el control de la TV, cerré la puerta y en ese momento ella giró la mirada, me quede viéndola por un instante, se veía aterrada, triste, era una expresión muy fuerte, sus ojos empezaban a humedecerse, sentía que quería decirme algo, pero no podía descifrar que era, hasta que mi mirada se posó en la televisión.

"... La víctima en cuestión se llama Rodrigo Cartagena, y fue encontrado muerto en un barco que según fuentes él había rentado días antes. La víctima tenía heridas en el costado derecho producto de ser apuñalado por un objeto punzocortante, el cual la policía aún no encuentra, las causas de su desaparición vienen siendo investigadas."

Prometo Guardar Nuestro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora