Cap. 26 | Todo empieza a complicarse

65 2 0
                                    

Setenta y dos horas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Setenta y dos horas. Solo teníamos setenta y dos horas para conseguir tal cantidad de dinero, algo que sabíamos que era imposible, no deseábamos acudir al banco, así que solo nos quedaba pedir favores, pero sabíamos que eso sería imposible, dado que tendríamos que contar lo que sucedía a la persona que nos prestara el dinero, y era seguro que aquello traería suspicacias, poniendo en peligro nuestra tranquilidad. No, aquello no debía conocerse.

Por otro lado, todo esto volvía a joder mi relación. Carolina empezaba a sospechar, o en todo caso, empezaba a sentir celos de Sabrina, no puedo culparla, las últimas semanas había estado más tiempo con Sabrina que con ella, y todo esto empezaba provocar celos y situaciones incómodas entre nosotros, no sabía como complacerla, el sexo no podía solucionar siempre cada problema que teníamos, aquello solo lograba que estuviéramos bien por un corto tiempo, luego todo volvía a sentirse incómodo, y la verdad con todo lo que estaba pasando no deseaba un problema más, sin embargo, no podía hacer nada, no podía decir nada, estaba atrapado en mi propia mentira.

Al día siguiente me encontré con Sabrina en una plaza, dado que queríamos estar en lugares públicos por temor a que algo sucediera, estábamos preocupados, por no decir desesperados.

— Nadie va a darnos ningún centavo Abel.— Dijo Sabrina.

— Lo sé. Yo tampoco puedo conseguir dinero, no sin contar que pasa, nos estamos quedando sin opciones —Respondí.

— ¡Maldito seas Rodrigo!—exclamó Sabrina golpeando su muslo.

—Vamos a deshacernos de ella, lo prometo. — Dije en voz baja.

—¿Qué dijiste? —Preguntó Sabrina—¿Quieres matar a alguien más? ¿Estás loco o qué?

Mire hacia otro lado por un instante, mi mente ya empezaba a maquinar como la vez anterior, no lo podía evitar, ocultar lo que sabíamos era lo que más me importaba. Y la verdad, en medio de tanto estrés, uno deja de pensar claramente.

—Sabes que lo que tuvimos fue algo que ambos deseábamos y sabíamos que algún día nos traería problemas, no puedo dejar que mi amistad con Fernando se vaya al demonio, y mucho menos quiero perder a Carolina, cuando todo esto acabe la llevaré a Bélgica conmigo y estaremos alejados de ustedes.

—Gracias por la consideración — Exclamó Sabrina con un tono sarcástico—. Abel, no quiero otro muerto en mi conciencia.

—Entonces dime, ¿Qué carajos vamos a hacer? —Pregunté.

Sabrina se quedó en silencio por un instante, lo cual me confirmó que no tenía idea de cómo salir de esta situación.

— No creo que tengamos otra opción, yo no quisiera llegar a eso, más aún con el tema del inspector ese que está con el caso de Rodrigo, ese tipo sospecha de mí, lo sé, pero la verdad tenemos poco tiempo, y no quiero que toda mi vida se vaya al demonio.— Sentencié.

Prometo Guardar Nuestro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora