La noche anterior había sido una locura, un viaje de casi medio día para luego llegar a reencontrarse con un pasado que quería enterrar, pero parece que las cosas estaban enterradas, o al menos eso pensaba yo. Desperté, me di una ducha, eran casi medio día, pero aun así siempre es buen momento para preparar café, la mañana podría haber estado tranquila hasta que el timbre del sonó, con el ánimo y el cuerpo agotado me dispuse a abrir la puerta, mi sorpresa fue grande al ver a Sabrina parada frente a mí con ese bello enterizo blanco.
— ¿Sabrina? ¿Qué haces aquí? — Pregunté.
— Hola Abel, yo estoy muy bien... gracias. — Dijo Sabrina.
Sabrina entro a mi apartamento con cara de pocos amigos, algo extraño porque pensé que anoche todo estaba bien entre nosotros, incluso conversamos amenamente, era muy extraña su actitud y, sobre todo, era extraño el hecho que este en mi apartamento, definitivamente las cosas no pintaban bien.
— Ok Sabrina, ya estás aquí, dime... ¿quieres café o alguna otra cosa? — pregunté mientras me preparaba una taza de café — me has tomado por sorpresa, cuéntame, ¿qué pasa?
— ¿Estás seguro que no sabes porque estoy aquí? — Sabrina se me acercó — Yo soy la que debería preguntarte, ¿Qué haces aquí?
— No puedo creer que estés preguntando eso, tu bien sabes que estoy aquí de vivista a petición de mi mejor amigo, tu marido — el tono de mi voz cambió —, quien estuvo insistiendo por mucho tiempo que volviera para andar como en los viejos tiempos.
— ¿Como en los viejos tiempos? ¿Te estas oyendo?... Tú sabes muy bien lo que sucedió hace años.
— Yo lo sé, no se me olvida lo que pasó. — Dije.
— Cuando te fuiste prometiste irte por el bien de tu amistad, y por mi relación con él. — Contestó Sabrina mientras caminaba por la sala.
— ¿y ahora te importa tu relación? — pregunte — No te importó en aquel entonces, ¿o lo olvidaste? — Pregunté mientras me acerqué a ella.
— Aquello fue solo una calentura pasajera.
— ¿Ahora le llamas "una calentura pasajera"? — Sonreí sarcásticamente — Si me fui fue porque no quería que esto siguiera creciendo entre nosotros, ya habíamos llegado muy lejos, y lo sabes muy bien. Aún recuerdo las caricias, las veces que nos vimos a escondidas, aquella noche de la despedida de soltero, ¿ya olvidaste las cosas que nos dijimos?... ahora ya sabes que, si me fui, fue por mi mejor amigo, no merecía lo que hacíamos por eso me fui, porque tú y yo sabemos que tan intenso fueron esos días.
— Lo sé, pero ahora vuelves y parece que no se te ha pasado nada — dijo Sabrina con un tono de voz muy sarcástico.
— ¿A qué demonios te refieres? — Pregunté extrañado.
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Prometo Guardar Nuestro Secreto
Romance«En lo prohibido está el placer, y el placer está en tu piel». Juré no volver. Juré alejarme de ella, y de todos esos momentos que no debieron pasar. Pero pasó el tiempo, y creí estar listo, creí estar preparado para volver y llevar una vida normal...