«En lo prohibido está el placer, y el placer está en tu piel».
Juré no volver. Juré alejarme de ella, y de todos esos momentos que no debieron pasar. Pero pasó el tiempo, y creí estar listo, creí estar preparado para volver y llevar una vida normal...
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La ciudad no ha cambiado mucho, muchas calles están intactas, muchos lugares se ven igual a cuando lo deje, aún se percibe ese ambientes bohemio, aún recuerdo haber paseado por esos lugares, entrado a divertirme a algún bar que veo a través de la ventana del auto, pareciera que el tiempo se hubiera detenido en ese momento en el que abandone está ciudad, pareciera que me ha estado esperando todo este tiempo, no tiene sentido quizá, pero es cierto.
Llegue a mi apartamento y es como Déjà vu, me acomodo en el sofá y tomó un respiro luego de tanto ajetreo, el viaje fue agotador y creo que una ducha me caería bien, pero no estoy solo aquí, Rodrigo, quien fue quien me trajo aquí está aquí conmigo, entra con una de mis maletas.
— Trajiste mucho equipaje — Dice señalando las maletas —, ¿Piensas quedarte mucho tiempo?
— No lo sé, el tiempo que sea necesario. — Respondo.
— Bueno, ¿quieres que te espere para ir a casa de Fernando? — Preguntó.
— No descuida, sé que es la misma casa, así que yo iré después.
— Bueno hermano, no vemos después. — Dice Rodrigo mientras se despide de mí.
Rodrigo se va y me encuentro solo en mi apartamento, miro cara rincón y luego me dispongo a desempacar un poco, voy a la ducha y dejó que el agua caiga sobre mi cuerpo, es refrescante, parece que me renuevo, que me lleno de valor para lo que viene.
Termino la ducha y me miró en el espejo, me arreglo la barba y me observó un momento, "no soy el mismo tipo de hace seis años" me digo a mi mismo, y es verdad, quizá todo está en mi cabeza, quizá todo está olvidado y podemos seguir con nuestras vidas como antes, total, han pasado tantos años, seguro han tenido una buena vida de casados y no ha recordado las cosas que pasaron, nada la incómoda y podemos ser unidos de nuevo.
Me visto para la ocasión, unos jeans negros, una camiseta con un estampado de Run-DMC, aquellas Adidas Yeezy color blanco, algunos accesorios, los pendientes, me veo bien, tomo mis llaves y me subo al taxi que había pedido previamente.
La noche siempre ha sido un momento del día donde siempre me he sentido que puedo ser yo mismo, miro la ciudad y me preparo para ver a mi hermano luego de mucho tiempo, siento que pasaré muchas cosas ahora que he vuelto a mi ciudad, por primera vez desde que deje Bruselas pienso de manera positiva y siento que nada podría salir mal.
— Ya llegamos señor. — me dice el taxista.
— Gracias, que tenga buena noche. — Respondo mientras que veo el teléfono.
La casa sigue siendo grande, Fernando definitivamente lo ha logrado, hizo una gran carrera y eso le permitió estos lujos, una casa grande de estilo minimalista, tres pisos, cinco habitaciones, tres baños, piscina, todo de primera, es la mejor casa de este vecindario de lujo en la zona más cara de Miraflores, tocó la puerta y una voz sale del intercomunicador.
