Cap.19 │ ¡Solo les queda obedecer!

105 3 0
                                    

Tahití era uno de los cafés favoritos para los dos, solíamos ir ahí cuando nos conocimos, era un lugar donde pasarla bien, hasta cierto punto discreto, así que nos pareció buena idea vernos en aquel lugar lo más rápido posible

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tahití era uno de los cafés favoritos para los dos, solíamos ir ahí cuando nos conocimos, era un lugar donde pasarla bien, hasta cierto punto discreto, así que nos pareció buena idea vernos en aquel lugar lo más rápido posible. Primero llegué yo, unos minutos después lo hizo Sabrina, llevaba una mirada de extrañeza y preocupación, algo muy distinto a la Sabrina de siempre, la situación no estaba para mostrarse como la puta dueña del lugar, no, esto era serio, varias cosas estaban en juego, y la verdad, para ese entonces, solo cosas descabelladas pasaban por mi cabeza.

— Abel, ¿Dime qué sucede? — chilló Sabrina.
— Rodrigo llamo hace un rato, no dijo mucho el desgraciado, solamente sus putas exigencias — respondí gruñendo —, está demente si cree que vamos a caer en ese chantaje.
— ¿Pero qué fue lo que está exigiendo? — volvió a preguntar.
— En síntesis, quiere tenerme de esclavo solamente para probar su poder sobre mí, y también...
— ¿Y también qué...? — Interrumpió Sabrina con un tono de preocupación.
— ... Quiere acostarse contigo. — Dije.
— ¡¿Qué?! — Sabrina gritó, haciendo que los demás comensales del lugar voltearan a vernos.
— Yo sé... Esta demente ese tipo, no sé qué mierda le pasa.
— Yo no voy a acostarme con ese imbécil que jamás me gustó... Lo rechacé varias veces y aún insiste.

Aquella última parte me dejó extrañado y sorprendido, jamás había sospechado que Rodrigo había estado tras Sabrina, de pronto empecé un poco a entender sus motivos.

— ¿Lo rechazaste? ¿Cuándo demonios sucedió eso? — Pregunté extrañado.
— Eso pasó hace años, meses después de que te fueras, yo llevaba tiempo de casada con Fernando, te voy a contar todo...

Su historia me tomó por sorpresa, puesto que Rodrigo jamás había mencionado aquello en todas las veces que hablamos mientras que estaba en Bélgica.

Sabrina al parecer llevaba casada unos meses cuando Rodrigo una noche, luego de una fiesta empezó a insinuarse a Sabrina, las cosas no salieron como el esperaba y al parecer ese resentimiento no se ha ido.

Cuando le pregunté los motivos de esas acciones, Sabrina me comenta que Rodrigo se había enterado de aquella noche en la que estuvimos juntos por última vez antes que me fuera, supuse entonces que eso le hizo pensar que quizá él también tendría una oportunidad con ella, el rechazo al parecer lo marcó, lo cual me hizo pensar que todo esto más allá de ser descubiertos es parte de su venganza contra ella por haberlo rechazado aquella vez, y conmigo por envidia quizá, todo estaba empezando a tener más sentido.

— Sabrina, ¿Por qué jamás me contaste esto? — pregunté.
— No creí que fuera importante, yo ni siquiera pensaba en tener algo contigo, pero no sé, la tentación fue más grande, tú siempre fuiste compatible conmigo en ese aspecto, en ese gusto por las emociones fuertes, por el morbo y el peligro — Respondía mientras bebía un sorbo del café que nos habían servido —, cuando regresaste todas esas cosas volvieron, sabía que no debía, pero... Carajo, extrañaba esa sensación de peligro que me daba el hacerlo contigo, jamás imaginé que esto traería todo este lío, eres un imán para los problemas Abel.
—¿Disculpa? Yo intenté no acercarme a ti, y tú empezaste con tus escenas y cosas... — Respondí.
— No te hagas la víctima, que estás en el mismo problema que yo... O se te olvida que estás con la rubia antipática de Carolina. —
— Yo lo sé... Ambos estamos jodidos.

Prometo Guardar Nuestro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora