Kara no había contado el tiempo, pero sabía que llevaba demasiado en ese bar, el cantinero la miraba con reproche, trabajaba ahí, ¿esperaba no ver borrachos solitarios? Demonios. Se levanta con pesar, tambaleando y enfocando con dificultad la salida.
Comienza a caminar por las aceras desiertas, mareada. Un grupo se acerca a ella, riendo y bebiendo. Cuando pasan a su lado alguien la reconoce—¡Pero si es Kara Danvers! —Sam Arias la mira con una sonrisa en el rostro —¿Necesitas ayuda, señorita borracha? —dice mientras le sujeta el hombro con cuidado y Kara intenta encontrarle sentido a su cara.
—¡Sam! —logra pronunciar alargando la A. Se conocieron una noche como aquella, bebieron juntas y luego se fueron por distintos caminos, si le preguntaran a Kara diría que se encontró con Sam en la calle de las prostitutas, pero no lo recuerda bien. Como sea, parecía que la morena buscaba algo más con la rubia esa noche, llevársela a la cama, por ejemplo. Pero la chica Danvers era una borracha extraña, en un momento podía estar riéndose de un vídeo de gatitos y al siguiente al borde de las lágrimas, Sam no podía (ni quería) lidiar con los problemas de una chica ebria hasta los pies. Por eso, desde aquella noche se encontraban ocasionalmente para beber y luego se despedían, se diría que casi eran amigas.
—Es bueno verte, pero por hoy he acabado, trabajo, ya sabes —explica arrastrando las palabras y haciendo un gesto con la mano, como despreciando el trabajo.
—Bueno, ven aquí, te pediré un taxi, casi no te mantienes en pie ¿Mucho tequila? —le pregunta, levantando una ceja y atrayéndola hacía ella.
—Hueles bien —dice Kara, ajena a todo lo demás, incluso a sí misma.
—Tú hueles a bar, no es agradable —responde la otra sonriéndole como suele hacer, con el teléfono en mano marcando el número del taxi.
Quince minutos después, Kara está en el ascensor camino a su apartamento y al dar un paso afuera casi se le cae el alma a los pies. Alex también está ahí, sentada fuera sobre el tapete de entrada y la cabeza recargada en la puerta. Ella la mira y luego a su muñeca, donde obviamente no tiene un reloj —¿Se supone que nos veríamos hoy? —pregunta—No lo recuerdo —agrega, acercándose para abrir la puerta.
—No, hermanita, esperaba sorprenderte: noche de películas —obviamente no tenían nada planeado, lo recordaría. Alex se levanta y sacude su pantalón—La llave de emergencia ya no está aquí, por cierto —la analiza con la mirada, notando algo pero sin saber exactamente qué.
—Olvidé la mía el otro día, luego olvidé reponerla —se encoge de hombros y ambas entran al apartamento —¿No deberías estar con tu prometida? Es algo tarde —.
—Sí que es algo tarde, pero quería saber dónde estaba mi hermana pequeña, casi no sales por las noches —Alex se había sentado en la barra de la cocina.
—Bueno, hoy salí —Kara en cambio estaba sirviéndose un vaso de agua, la borrachera se le había bajado al ver a Alex fuera de su casa.
—¿Bebiste? —La rubia asiente, dándole un sorbo a su vaso.
—Salí a celebrar —Alex arquea una ceja, interrogándola. Kara hace lo mismo mentalmente, definitivamente no celebraba nada esa noche—Cat me dio un reportaje importante, sobre Lena Luthor, ¿la conoces? —intenta desviar el tema.
—Saliste tú sola a celebrar, ¿por qué no nos llamaste? Nos habríamos reunido en el bar, ¡es una buena noticia! —Su hermana parecía confundida, la menor de ellas se apresura a pensar una mentira. No quería para nada preocupar a Alex, no necesitaba a su hermana inmiscuyéndose en su vida, la amaba muchísimo y por eso reconocía que ahora mismo tenía otras cosas por las cuales preocuparse.
—No, claro que no, estuve con Sam, mi amiga—casi suena convencida.
—Sam, ¿Qué Sam? —Kara frunce el ceño, hurgando en su memoria.
—Sam... ¿Smith? —Por Rao, ese no era su apellido.
—¿Como le cantante? Eres pésima mintiendo, Kara —La castaña le sonríe con burla.
—Bien, bien, no sé su apellido, pero es mi amiga, ¿de acuerdo? Hemos salido antes —La menor le responde la sonrisa—Como sea, ¿qué piensas de Lena Luthor? Aún no he investigado a profundidad —.
—Confío en ti... —le dice, mientras la acompaña para sentarse en el sofá—Y ¿cómo es que no has investigado sobre ella? Prácticamente está en cada canal de noticias, renombrará Luthor Corp —Alex toma el control y enciende la televisión, Kara le responde con "Ya sabes, no veo noticias". La primera imagen en ella es la cara de una mujer de ojos verdes, cejas fuertes y labios rojos, la noticia es: Lena Luthor, nueva CEO de Luthor Corp llega a Ciudad Nacional—¿Quién diría que es hermana de Lex? Es muy linda —.
—Le diré a Maggie sobre eso — advierte la rubia, también admirando el rostro en la televisión: sí, era muy linda—¿Por qué renombrará la compañía? —pregunta con curiosidad.
—Y yo qué sé, tú eres la reportera aquí —le responde Alex—Descúbrelo —.
La estadía de su hermana en casa no se extiende mucho más, eran las dos de la mañana y Kara le hizo prometer que tendría cuidado de regreso a su apartamento, pues ya no podía cuidarla desde los aires.
El día siguiente sería ajetreado, por lo cual, Kara se echa en la cama y suspira. La visita de Alex había agotado todas sus reservas de estabilidad mental, pudo haberla descubierto con las defensas bajas, más borracha. Y acabar sabiendo sobre sus constantes borracheras, bebía hasta la inconciencia sólo porque le dolía demasiado quedarse despierta por las noches pensando en las vidas que no estaba salvando porque sus poderes se habían esfumado. Y ella no hacía nada para recuperarlos, se había rendido y odiaba recordarlo, lo que era antes de ese maldito Sol Rojo.
ESTÁS LEYENDO
El sol encerrado en una habitación
FanfictionKara Danvers no la está pasando bien, nada bien. La vida le importa mucho menos que antes y apenas tiene fuerzas para salir de la cama o para fingir estar bien frente a su hermana y amigos. Lena Luthor es nueva en la ciudad. Kara debe entrevistar a...