El sol encerrado en una habitación

22

Alex estaba cenando con Kara en su apartamento, les hacía falta una verdadera noche de hermanas Danvers, pues desde que Kara había comenzado su relación con Lena y la otra pareja esperaba buenas noticias de la adopción no habían pasado mucho tiempo juntas. Estaban cubiertas con la misma manta, el Mago de Oz se reproducía de fondo mientras la mayor de ellas le contaba a su hermana cómo estaban las cosas en la DEO, era un alivio poder hablar con ella de nuevo sobre su trabajo sin miedo a hacerle daño o a desatar su impotencia.

—Y así es como atrapamos otro marciano blanco —Concluye Alex, orgullosa—Brainy se las ingenió para esquivar sus golpes mientras le mandaba un haiku a Nia, porque él es así —Bromea la castaña, provocando la carcajada de su hermana menor.

—Les está yendo bien, ¿no es así? —Indica Kara, sonriente, pues Nia se merece lo mejor y Brainy es un chico atento, cariñoso aunque algo raro, pero eso no es su culpa.

—Bueno... creo que aún no se tocan mucho pero tan bien como les puede ir, se ven felices —Responde Alex—¿Y tú con Lena? —Pregunta levantando una ceja, sugestivamente.

—No me mires así, Alex —Dice la menor, escondiéndose detrás de sus manos—Nos va bien, Lena trabaja en recuperar mis poderes —Confiesa.

—Oh, al fin te lo dijo, ¿qué te parece? ¿estás bien? —Pregunta con su usual preocupación.

—Ella es la mejor persona que conozco, Alex y me conmueve su esfuerzo, aunque no sé si funcione, ¿sabes? Ustedes lo intentaron todo y no quiero ilusionarme, pero es como si no pudiera evitarlo, de sólo pensar en volar la esperanza vuelve... No lo sé —Concluye con la cara llena de duda.

—Oye, es normal, han sido parte de ti todo este tiempo, es normal ilusionarse, sólo pon de vez en cuando los pies en la tierra y de cualquier forma ¿nosotros qué sabemos? Hace seis meses no contábamos con la ayuda de tu novia genio, tal vez nos sorprenda —La calma Alex sonriéndole.

—Tienes razón —Reflexiona Kara, en voz baja.

—Siempre la tengo, ¿no es así? —Bromea, pero el sonido de su celular las saca de su conversación, es raro, pues Maggie sabe dónde está Alex y prometió dejarles la noche libre de su presencia. Por lo tanto, la hermana mayor se levanta y examina un número desconocido en su pantalla—¿Hola? Sí, Alex Danvers, sí así es, ¿HABLA EN SERIO? No, sí, ehm, sí estaremos ahí cuanto antes, bien, sí, de acuerdo, gracias, hasta pronto —La Danvers mayor la voltea a ver, estupefacta.

—Alex, ¿qué pasa? ¡¿qué pasa?! —Pregunta la rubia, asustándose cada vez más.

—Nos darán un bebé, el parto se adelantó —Dice en un susurro aún sin asimilar la noticia.

—¡No es cierto! Debes estar bromeando... ¡Por Rao! Alex eso es fantástico ¿Qué haces todavía aquí? Llamaré a Maggie porque claramente acabas de colapsar —Dice Kara a la velocidad de la luz.

—Nos darán un bebé —Repite, entre susurros, mientras al fondo apenas escucha a su hermana comunicarle la noticia a su novia.

—Ya viene, le he dicho que has dejado de funcionar pero que haré lo posible por repararte antes de su llegada... Alex, ¿Qué pasa? —Pregunta Kara, dejándose caer a su lado y arrastrándola entre sus brazos.

—Un bebé, Kara, no lo esperábamos tan pronto, Dios, no hemos comprado nada, es un imprevisto, la madre decidió apresuradamente, por eso nos eligió, pero no estamos preparadas ¿y si sale todo mal? —Pregunta con claro nerviosismo.

—Oye, oye, disminuye la velocidad, Alex, calma, mira: no quiero decir que pase pero aún puede cambiar la decisión, eso pasa cuando se toman apresuradamente y si no cambia, no pasa nada, tienes un montón de personas quienes estaremos encantados de ayudarte, míralo así: Yo soy su supertía, te ayudaré a hacer las compras y Lena me ayudará a mí, porque me ama. Brainy y Nia amarán hacer cualquier cosa para ayudar, aunque sea pintar la guardería, ¿Sabías que Winn de mi grupo de AA es un gran sastre? Le encantará hacer ropita de bebé, mamá vendrá de Midvale tan pronto como pueda y traerá comida para todos, tenlo por seguro y si eso no basta tienes a tu lado a una mujer genial, quien te ama y quien estará contigo en cada paso, ¿no es así? —Dice finalmente la rubia, levantando la vista para encontrar a Maggie en el marco de la puerta, con los ojos llorosos y una sonrisa inigualable.