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—Deberás detenerte en algún momento —Señala Kara con el ceño fruncido.

—No quieres probarme —Responde Lena detrás de su computadora.

—Hablo en serio —Dice la rubia con la voz dura—Has trabajado demasiado —Añade en un vago intento de convencerla para detenerse.

—No tenemos tiempo, Kara —Alega ella sin levantar la vista de la computadora y la rubia odia que haga eso.

—Eso no quiere decir que debas sobre esforzarte —Responde exasperada—Llevas aquí desde las siete de la mañana, Lena—.

—Y me quedaré hasta encontrar la respuesta —Dice la pelinegra, Kara pone los ojos en blanco, cómo detesta su necedad invencible—Deberías ir a tu apartamento y cenar —Añade Lena.

—Sólo me voy a ir cuando te lleve conmigo —Responde Kara, tirándose en uno de los bancos del laboratorio de la DEO.

—Por última vez: no me voy a ir —Dice Lena, levantándose para revisar el aparato sobre la mesa, en el cual lleva trabajando los últimos cuatro días y por el cual apenas ha ido a su apartamento para ducharse despegándose de su trabajo lo menos posible, se acerca para ajustar algo y Kara desvía la mirada, mordiéndose la lengua para evitar quejarse como una niña, su novia es realmente exasperante cuando quiere serlo.

—Iré por la cena —Dice Kara y Lena nota enseguida el enfado en su voz, al fin levanta la vista para encontrarse con el ceño fruncido de su novia, quien enseguida desvía la mirada y se levanta para salir. La pelinegra suspira, quitando las manos del dispositivo frente a ella y estira la mano para tomar a Kara por la muñeca, deteniéndola.

—Iremos por la cena —Dice Lena obteniendo sólo un asentimiento de parte de la rubia, la cual retoma el camino deteniéndose en las escaleras para esperar a su novia, quien recoge el laboratorio superficialmente, conteniendo las ganas de quedarse ahí más tiempo. Ve suspirar a Kara sabiendo que lo hace para mantener la calma.

El camino al apartamento de Lena es extrañamente silencioso, la rubia mantiene durante todo el viaje la vista en la ventana y eso nunca pasa, porque ama ver a Lena conducir. La pelinegra en cambio repasa sus últimos avances, regañándose a sí misma al hacerlo porque claramente Kara está enojada con ella, pero no sabe cómo confrontarla. Hasta el momento nunca habían discutido. Cuando la rubia baja del auto cierra tan fuerte la puerta que hasta a Lena le duele.

—¿Estás enojada conmigo? —Pregunta la pelinegra cuando entran al elevador y se arrepiente enseguida al ver la furia en la mirada de su novia, si tuviera poderes se habría quedado sin cara.

—Sí —Responde con fuerza Kara para después quitarse los lentes y frotarse la cara con las manos, en un gesto de frustración, mientras Lena se queda tan quieta como puede sin querer desatar la ira de su novia—Eres una idiota —Afirma después de lanzar un suspiro y la ojiverde quiere protestar pero Kara aún no termina—Eres tan necia, no puedes sólo descuidarte a ti misma por intentar cuidarme a mí, eso no está bien en ningún aspecto, has dado lo mejor de ti y yo lo sé, nadie va a reclamarte por tomarte un descanso, porque sabemos cuánto has trabajado, Lena. Yo también me preocupo por ti y no me ayudas cuando pasas todo el día pegada a tu computadora, no quiero que enfermes o comas mal o no duermas, ¿bien? —Acaba de decir mientras el elevador se abre, dejándolas salir. Al hacerlo Lena detiene su andar envolviéndola en un abrazo necesitado, está agotada no puede negarlo y agradece tener a alguien como Kara para pararle los pies cuando está excediéndose, porque a veces ni ella es capaz de notarlo.

—Tienes razón —Dice la pelinegra, apoyada en el hombro de la ojiazul, quien envuelve su cintura.

—Te detesto —Bufa Kara, pero su enojo está disminuyendo, después de todo ama los abrazos.

—Lo tengo bien merecido —Dice Lena cerrando con pereza los ojos.

—No te odio, no podría hacerlo —Se apresura a decir la rubia—Pero te amo tanto que me es mucho más fácil odiarte cuando estás siendo incoherente —Reprocha.

—También te amo —Responde Lena a cada segundo más adormilada—Cárgame —Pide caprichosamente y Kara suelta una carcajada leve.

—Sólo si prometes tomar descansos en el trabajo —Dice la rubia.

—Prometido —Lena probablemente va a arrepentirse de prometer eso porque no sabe cuándo detenerse.

—Y comer bien todas tus comidas —Agrega Kara, escuchando el quejido de su novia como respuesta—Tomaré eso como un sí y ahora si nos partimos la cara de camino a tu apartamento no será mi culpa —Dice la rubia, entregándole la bolsa con comida a Lena, quien ahora está realmente confundida porque en lo absoluto esperaba que su novia realmente fuera a hacerlo. Y luego lo siente, Kara la levanta con relativa facilidad, pues a pesar de no tener poderes sigue siendo más fuerte de lo normal. Siente sus manos sujetarla por la parte interna de los muslos, un lugar donde nunca antes habían estado, enreda las manos en su cuello automáticamente y siente el sonrojo cubrirle la cara.

La rubia abre con habilidad la puerta sin necesidad de soltar a Lena y luego la lleva hasta el sofá casi sin tropezar, la deja con cuidado, sonriéndole. La pelinegra no puede evitar esconder el rostro entre sus manos mientras Kara desempaca y sirve la comida.

—¿Por qué tienes esa cara? —Pregunta la ojiazul al entregarle su plato rebosante de comida.

—Porque no esperaba ser cargada hasta mi apartamento —Alega Lena, haciendo reír a Kara.

—Tú me lo pediste —Protesta cubriéndose la boca, pues está llena de comida.

—Pero no esperaba que lo cumplieras —Dice la pelinegra aún avergonzada.

—Yo cumplo mis tratos —Responde Kara encogiéndose de hombros y Lena le lanza una mirada divertida—Si sirve de algo eres suave —Admite la rubia, facilitándole al sonrojo apoderarse del rostro de su novia.

—¿Por qué eso serviría de algo? —Se queja Lena evitando la mirada de Kara.

—Bueno, es algo que me gusta de ti —Responde con simpleza acentuando el color de las mejillas contrarias.

Oh, de verdad no estás ayudando —Dice Lena encogiéndose más en su lugar y levanta la mirada para enfrentarse a su novia, quien la mira con adoración—Deja de mirarme así —Se queja al borde del colapso, abandonando su plato en la mesa de café y usando sus manos como escudo, escuchando las carcajadas alegres de Kara, quien también deja su plato para acercarse a Lena y apartar sus manos para poder repartir besos en todo su rostro.

—Bien, la próxima vez que me pidas cargarte toma en cuenta que sí voy a hacerlo —Dice Kara con diversión en la voz y Lena se inclina para besarla.

Acaban de comer entre conversaciones casuales, no queriendo entrar en los temas importantes, pues están tomando un descanso y eso está bien se convence Lena, a quien se le hace más fácil distraerse con la presencia de Kara. Después de cenar la rubia convence a Lena de dejarla lavar los platos y ella no tarda en ceder, retirándose para tomar una ducha. Pasa un largo tiempo relajándose bajo el agua caliente, destensando los músculos y liberando su mente, permitiéndole vagar por todos los resultados posibles de su experimento. Cierra los ojos y suspira antes de salir de la ducha.

Enfundada en su pijama más cómodo sale en busca de Kara, encontrándola a mitad del pasillo con una toalla en las manos secándose el cabello. Había mandado a amueblar el resto de las habitaciones del ático, incluyendo la habitación de invitados y el otro baño, de donde la rubia acababa de salir. La observa entornar los ojos antes de ponerse los lentes y sonreírle. Después de perder sus poderes Kara se descubrió a sí misma necesitándolos verdaderamente, no sólo para controlar su visión amplificada.

—Hola —Dice Lena con una sonrisa tímida.

—Hola —Responde Kara aún secando su cabello rubio—¿Lista para dormir? —Pregunta y la pelinegra asiente.

En algún punto entre irse a la cama y quedarse dormidas ambas habían acabado besándose. Ahora Kara estaba en el regazo de Lena quien jugaba con el borde de su sudadera de pijama, si levantase las manos no habría nada que le evitara quitársela y ambas lo saben.

Kara se aparta para recuperar el aliento, apoyando su frente contra la de Lena, quien está a punto de decirle que es hora de dormirse.

Pero Kara levanta las manos. 

El sol encerrado en una habitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora