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Kara estira perezosamente el brazo para alcanzar el cuerpo de su novia, pero sólo palpa el vacío a su lado, con demasiada voluntad abre un ojo, buscándola por la habitación y sin encontrarla, lanza un suspiro, decidiendo frotarse los ojos para acabar de desperezarse. Por la mañana la rubia es una bolita de mimos, necesita de Lena para acurrucarse con ella y empezar bien la mañana. Enfurruñada se levanta, dejando la calidez de las sábanas con mucho esfuerzo.

—¿Lena? —Pregunta con su voz rasposa y la garganta seca, saliendo al pasillo y guiándose con la poca consciencia que tiene en las mañanas.

—¡En la oficina! —Exclama Lena, quien suena demasiado despierta para ser las 7 de la mañana, "En la oficina cómo no" piensa Kara, frunciendo el ceño. Entra a la oficina con un puchero caprichoso, con los brazos alrededor de su propio cuerpo, en busca de calor.

—¿Qué haces aquí? —Cuestiona avanzando hacia la silla de su novia, quien no ha apartado la vista de su computadora.

—Tuve una idea, no podía esperar para trabajar en ella —Responde y luego se ve interrumpida cuando Kara gira su silla para acaparar su regazo, sentándose sobre sus piernas y rodeando su cuello para luego recostar la cabeza en su hombro. Lena, sorprendida por su comportamiento, rodea a su novia estrechándola más cerca, disfrutando su calor corporal y sonriendo levemente—¿Todo bien? —Pregunta, recargando el mentón sobre el cabello rubio de Kara, ella exclama un elocuente mmh, haciéndole soltar una leve carcajada a la pelinegra, que retumba en su pecho y Kara siente la vibración, sintiéndose demasiado cercana, obligándola a llevar su rostro hacia el contrario para rozar sus narices.

Se quedan en esa posición por otros quince minutos hasta que Kara vuelve a ser una persona y se endereza sobre el regazo de Lena, dejando muchos besos por su rostro.

—Te amo —Dice al besar su mejilla.

—Y yo a ti —Responde Lena, devolviéndole el beso.

—¿En qué trabajas? —Pregunta Kara al fin. La pelinegra les da la vuelta aún en la silla para mostrarle a su novia la pantalla de su computadora: Anti Sol Rojo. Y la rubia abre los ojos con sorpresa, es consciente de cuánto ha estado trabajando, muchos prototipos y le ha hecho bastantes pruebas, pero todos eran sólo eso: intentos. Este parece distinto.

—Tal vez lo haya resuelto —Dice con una sonrisa y Kara vuelve a abrir los ojos.

—¡No es cierto! —Exclama—¿Bromeas? No, no bromearías, oye te amo mucho, pero ¿quieres explicármelo, novia científica? —Pide con una sonrisa amplia.

—Te amo también y prepárate para explotar con mi ingenio —Dice Lena y Kara suelta una carcajada, echando la cabeza hacia atrás y la pelinegra observa ese gesto sonriente, pensando cuánto la ama.

—Has pasado mucho tiempo con Brainy —Dice Kara y Lena le responde con una sonrisa arrogante, hace el ademán de levantarse, pero la rubia no se mueve un milímetro, por lo cual se quedan en la misma posición.

—Bien, cuando el Sol Rojo apareció tus células absorbieron demasiada radiación, lo cual las dejó como en "pausa", impidiéndoles absorber el sol amarillo y por lo tanto recuperar tus poderes. Es como si aún creyeran estar bajo el sol rojo, presentan un daño significativo, pero podríamos intentar un tratamiento de regeneración celular exponiéndolas a algo como la radiación solar, pero no eso exactamente porque, aunque tu organismo sintetiza mucho mejor esa radiación desconozco hasta qué punto, así que será un derivado de eso, como sol líquido —Explica sin apartar la mirada de la rubia, quien tiene una expresión pensativa mientras la escucha, se inclina para borrar cualquier espacio entre sus cuerpos y besa sus labios con calma, dejándose ser en ellos.

El sol encerrado en una habitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora