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La tensión está presente en cada músculo del cuerpo de Kara. No pudo dormir casi nada después de la partida de Lena, ansiosa, preocupada y triste. Lloró hasta el cansancio, sintiéndose terriblemente mal, el alcohol empeorando la situación. Se echaba tanto de menos a sí misma, pero no quería reconocerlo. Odiaba ya no tener esa parte que había deseado ser desde niña, su mayor sueño: Ayudar a los demás, aprovechar sus poderes para el bien. Ahora ya no podía hacer nada, era inútil.

Sentada a la orilla de la cama se aferraba a las sabanas, el perezoso sol apenas asomándose por su ventana, Kara ya no tenía lágrimas, pero eso no la hacía sentir mejor. Con dificultad se levantó, masajeando su sien, la cabeza le retumbaba tanto por el llanto como por la bebida. Inició su día vaciando el nulo contenido de su estómago en el retrete, después tomó un ibuprofeno, deseando que aliviara su dolor. Se dio una ducha y al verse en el espejo hizo una mueca, sus ojos estaban hinchados, irritados y tenía grandes bolsas debajo de ellos.

Se arregló todo lo posible, se puso gotas para los ojos y corrector en las ojeras, cubriendo así su miserable noche. Su teléfono comenzó a sonar, obligándola a apresurarse, decidiendo que había hecho lo suficiente por sí misma. Era Lena.

—Buenos días, señorita Danvers —La escucha decir por el auricular, suena bien.

—Hola, Lena —Dice ella mucho menos animada.

—Iugh, en serio no eres una persona de mañanas —Comenta y le saca una leve sonrisa—¿Cómo va tu resaca? Ayer te veías pésimo —.

—Gracias, por eso eres mi mejor amiga —Dice con falso reproche en la voz.

—Sólo te digo la verdad, eso hacen las amigas —Responde y Kara puede percibir su sonrisa en el tono de su voz.

—Lo sé, siento como si me martillaran la cabeza, pero creo que sobreviviré —Bromea.

—Bien, porque no sé qué haría sin ti —Le devuelve Lena y Kara sonríe de nuevo, ahora más ampliamente.

Su tiempo en CatCo pasa borrosamente, va en piloto automático, entrega su reportaje y recibe los comentarios mordaces de Snapper sin responderle. Es tan desagradable. Almuerza con Nia, quien le cuenta algo sobre Brainy y Kara intenta darle un consejo, no lo recuerda bien. Lo único verdaderamente presente en sus pensamientos es Lena, bueno, Lena y su gala benéfica de esa noche. Está a punto de cancelar tres veces, pero se echa atrás, porque la necesita ahí, aunque no se lo haya dicho, no piensa fallarle. Ella se quedó con Kara aun cuando estaba siendo una basura, borracha, incoherente y apestaba a alcohol, a pesar de todo eso y desinteresadamente la cuidó. Es lo menos que puede hacer ahora.

Alex está en su apartamento cuando Kara llega del trabajo, le regala una sonrisa y la rubia hace el amago de devolvérsela. Casi lo logra.

—Por Rao, olvidé cancelar la noche de películas —Le dice como disculpa, la tradición Danvers no va a pasar esa noche—Lena me invitó a la gala de L-Corp y apuesto a que Cat aprovechará para encargarme un reportaje del evento, lo lamento, Alex —Su hermana estaba llevando más o menos mal la situación con Maggie, aún no tomaban una decisión y Kara sólo podía decirle que se tomara su tiempo. Pero su hermana era impaciente.

—¿Lena Luthor otra vez? —Pregunta Alex con algo de burla—Así empecé con Maggie... Ay, Dios, Maggie está matándome —Kara la corta antes de empezar con su parloteo habitual.

—Sí, Lena Luthor es mi mejor amiga y a mí no me gustan las chicas, Alex —Responde como si nada—No es que haya algo mal con que me gustaran las chicas, pero no me gustan —Dice, sonrojándose sin venir a cuento.

—Como digas, hermanita —Dice Alex, aún molestándola—Entonces, un evento elegante, ¿qué te vas a poner? —Pregunta, obligando a Kara a preguntarse lo mismo, ella no es precisamente elegante.

El sol encerrado en una habitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora