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La cantidad de culpa sobre la espalda de Lena y con la cual cargaba cada día no era siquiera calculable y a ella se le daban bien los cálculos. ¿Cómo le permitió a Lex hacerlo? ¿Por qué no lo detuvo? La respuesta está en el fondo de su mente, aunque no quiera escucharla: "porque tú no eres él, ni tan inteligente, ni tan audaz" Resuenan las palabras como un eco con la voz inconfundible de su madre.

Su visita sirvió sólo para acentuar el sentimiento de insuficiencia en Lena y tal vez ese era el objetivo. ¿Qué iba a hacer Lilian si no era humillar a Lena? Lanzaba palabras como cuchillos, pero Lena había aprendido bien, con esa máscara de indiferencia resistió cada comentario mordaz acerca de su carrera. De su proyecto: "¿Aliens? Lena, ¿no aprendiste nada de tu hermano? Esos seres sólo quieren ocupar este mundo y no les corresponde, huyendo como cucarachas de sus planetas en ruinas y ¿qué vas a hacer tú, Lena? Encubrirlos, darles la oportunidad de esconder su verdadero rostro, mentirnos en la cara. El futuro de esta compañía está en tus manos y no va por buen camino, te lo digo como tu madre, como la persona que más te ama".

"Tú no me amas" Recuerda haber dicho y algo como: "Ellos también merecen tener una vida, madre, tanto como nosotros".

"No son como nosotros, Lena y cuando te des cuenta será muy tarde" Dijo su madre, desde esa postura inalcanzable para luego irse. Lena se quedó en su lugar, igual a todas las veces anteriores enfrentándose a su madre, se sentía inútil, pequeña e impotente.

La puerta del auto se abre, dejando ver la figura esbelta de Lena, con su rostro impasible, caminando erguida. Las puertas de L-Corp responden a su paso, va directamente a su laboratorio, cuando las luces se encienden dejan ver la multitud de prototipos en los que ha trabajado y con facilidad los descarta de la pantalla. En el fondo de sus archivos, bajo mucha seguridad, la encuentra: su investigación sobre Krypton.

Cuando amanece, Lena sigue frente a su escritorio, recopilando aún más datos importantes, no ha dormido nada y tampoco le importa. Es su alarma usual quien le quita la concentración. Se frota los ojos, suelta un suspiro y abandona el laboratorio.

El edificio de la DEO aún está vacío, por lo cual Lena espera dentro de su auto hasta observar una conocida motocicleta estacionarse a unos pasos, la mujer en ella se quita el casco y ve entonces a quien estaba buscando: Alex Danvers. La observa con sorpresa al notarla acercándose a ella, porque definitivamente no debería estar ahí. "Kara y su gran bocota" piensa Alex, pero se equivoca.

—¿Qué haces aquí, Lena? —Pregunta con rudeza.

—Soy una Luthor: te investigue, la DEO, ¿eh? Una asociación secreta, te queda bien, Alex —Responde con simpleza—¿Por qué tienes esa cara? No vengo a explotar el edificio, no soy Lex, vengo por Kara —Le dice y el rostro de Alex sólo empeora.

—¿Qué le pasa a mi hermana? —Esa pregunta suena más como amenaza y sus grandes zancadas acercándose a Lena lo corroboran. Levanta las manos en señal de paz ante la dura mirada de Alex.

—Necesito que la vigiles más, debes haberlo notado, ¿no? Ella no está precisamente bien, Alex y aunque no confíes en mí, necesito que lo hagas esta vez, por Kara —La castaña relaja su expresión, dispuesta a escucharla.

Así es como se ven envueltas en una conversación en donde Kara es el tema principal, Lena no confiesa saber quién es verdaderamente, sólo le da un recorrido por sus muchas observaciones acerca de las cosas fuera de lo normal y casi le ordena vigilarla, retenerla por las noches si es necesario. La rubia va a estar de mal humor, de muy mal humor, pero Lena necesita de alguien para cuidarla mientras ella no está, la lleve al trabajo, de alguna forma obligarla a afrontar su vida. Y cuando Alex pregunta dónde va a estar no obtiene respuesta.

El sol encerrado en una habitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora