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El zumbido de su celular sobre la mesita de noche obliga a Lena a abrir los ojos, su calentador personal alias Kara Danvers la sujeta de la cintura, tiene el cabello rubio despeinado y se escurre por la almohada blanca, tiene el ceño levemente fruncido y Lena se obliga a recordar que su celular está sonando para no inclinarse y besar su frente. La rubia se queja al sentir el movimiento, pues la pelinegra debe estirarse para alcanzar el dispositivo, llega tarde para contestar pero no para ver su buzón de llamadas lleno de un solo nombre: Alex. Enseguida vuelve a llamar.

—Hola, no, ¡no! Está bien, sí, lo prometo, está... durmiendo, sí, eh no, Sam, sí esa Sam. A mi tampoco, no, está bien, no: está durmiendo, Alex la llevaré a CatCo venos ahí, bien, en Noonan's ¿qué? ¿hablamos de la misma Kara? Si la despierto ahora corro el riesgo de morir, es muy temprano, ¡bien! Tú ganas. Dios, las hermanas Danvers son lo peor, de acuerdo, adiós, sí, estaremos ahí —Y cuelga, la cantidad de preguntas hechas por Alex es insana, pero la entiende, después de todo la había llamado 30 veces y a Kara muchas más, su preocupación debía estar en el límite.

—¿Noonan's? —Pregunta con pereza la mujer a su lado—Tengo hambre —Agrega, arrastrando su cabeza por la almohada hasta llegar al cuello de Lena.

—Tú siempre tienes hambre, cariño —Le responde la pelinegra, acercándose por fin para dejar un beso en su frente, Kara sonríe ante el gesto—Pero es una reunión con Alex y presiento que me asesinará en cuanto me vea por no darle un informe completo sobre tu estado y tu ubicación —Le cuenta, obteniendo una carcajada de su parte, la cual se estampa contra la piel de Lena, nunca va a olvidar esa sensación.

—Suena como ella —Responde la rubia, volviendo a cerrar los ojos.

—Oye, bella durmiente, es una reunión urgente, lamento informarte, lo cual significa no más horas de sueño para ti —Indica Lena, obteniendo un puchero caprichoso de parte de Kara.

En su propio apartamento Alex deja de dar vueltas ansiosas y Maggie, quien la ve desde la cama podría asegurar que hay marcas permanentes en el suelo por los pasos intranquilos de su novia. La ve sentarse en el sofá y soltar todo el aire de golpe, sólo se preocupa así por su hermana pequeña.

—¿Todo bien, Danvers? —Interroga Maggie, levantándose y poniéndose una camiseta de Alex en el camino.

—Sí, Kara está con Lena, está bien —Contesta y pronuncia la última parte como si aún estuviera convenciéndose de ello.

—Genial, ¿Por qué no te contestaban? —Indaga sentándose junto a su novia en el sofá y acariciando su cabello en un gesto tranquilizador.

—Estaban durmiendo —Responde Alex, cerrando los ojos y apoyándose sobre el cuerpo de su prometida.

—¿Juntas? —Pregunta Maggie como si nada, pero por la forma en la cual Alex se incorpora del sillón de un salto adivina que no lo había pensado. Mierda, ahora volvió a preocupar a su novia y si la conoce bien (lo hace) está pensando en mil formas diferentes de asesinar a alguien.

No, ellas no están juntas —Responde desde ese modo superhermana suyo.

—¿Estás segura de eso? Porque se miran como si no hubiera nadie más en la habitación y también son ultra cariñosas la una con la otra y... —Maggie se maldice por seguir hablando, su novia ya está tomando el teléfono de la mesita de café para llamarlas e interrogarlas una vez más—¿Serás así con nuestros hijos? —Pregunta Maggie afligida—UN MOMENTO ¿eso me hace la mamá buena? Gracias, Alex, te amo —Se burla ante la mirada asesina de su novia, quien sujeta el teléfono contra su oreja con demasiada fuerza.

—De ninguna forma seré la mamá mala, sólo la mamá preocupada —Amenaza Alex y Maggie se encoge de hombros, sonriéndole con inocencia fingida.

El sol encerrado en una habitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora