¿𝙼𝚞𝚎𝚛𝚝𝚘?
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—¡Es Xue Yang! —exclamó con miedo uno de los cultivadores.
—¿Dónde? —imitó Xue Yang, riendo después de ver sus expresiones.
—Maldito bastardo, te atreves a burlarte de nosotros. —Sacó su espada y atacó sin previo aviso. El entrenamiento de este chico era pésimo, no tenía puntería y agilidad mucho menos.
—Qué malo eres, ni siquiera sirves para sostener una espada. —Xue Yang hizo una mueca, su oponente no era digno de ver a su espada en acción.
—¡¿Cómo te atreves?! —regañó el cultivador— No puedes hablarnos así, somos discípulos del clan Jiang, tan solo espera que te reportemos.
—Eso lo explica todo. —Viendo que el cultivador disparó una señal, supo que estaba jodido, si llegaba el líder del clan seguro moriría. Tomó la leña con suma rapidez, escapó entre los árboles y no paraba de burlarse de ese par.
—¡No dejes que se escape!
Xue Yang lanzaba las ramas hacia los mediocres, eran pésimos en sus movimientos que varias ramitas golpearon los feos rostros, o eso pensaba el delincuente. Tan pronto los perdió, bajó la aceleración de su correr y triunfante buscó su camino, donde Song Lan posiblemente lo esté esperando. Pero sin duda esta no era su noche, bajó un instante la mirada y chocó con un cuerpo mucho más grande que el suyo. La luz de la luna le brindó claridad, notando las prendas blancas del cultivador, seria expresión y brillante espada.
—Lan Wangji. —Suspiró, estaba acabado, aún recuerda la pelea que tuvo con uno de los hermanos jade. No negaba que era superior si se trata de fuerza, pero tampoco es tan débil como para dejarse caer—. No quiero tener problemas, retírate. —Soltó la lengua, evitó al mayor dispuesto a seguir con su camino, pero Bichen lo detuvo.
El filo de la estada apuntaba a la misma herida que le hizo en ciudad Yi. Tragó en seco, no podía actuar repentinamente o lo mataría. Analizó el área, los movimientos, la distancia, buscó la manera de escapar y la halló. De un golpe, desvió la espada e intentó alejarse lo suficiente, eso le daría tiempo de sacar a Jiangzai y concentrarse en los ataques. El segundo maestro era rápido, no dejaría que huya sin importar cuánto tiempo le tome atraparlo, solo deseaba cumplir su misión y destruir al delincuente. Listo para el ataque, Jiangzai y Bichen reflejaron la ira de sus maestros en cada choque, el sonido del metal atrajo a los demás cultivadores, quienes apoyaban a gritos a Lan Zhan. Como era de esperarse, la espada de Xue Yang fue arrebatada y solo tenía sus manos para defenderse.
—¡Xue Yang! —fijando el punto en su pecho, Lan Zhan empujó el filo.
Sonidos ahogados, la sangre fluye por el cuerpo pequeño y los gritos de victoria. Ninguno se escuchó, sólo un amplio silencio junto a las expresiones confundidas de los cultivadores.
—Te dije que no ocasiones problemas.
—¡Song Zichen! —al darse cuenta de su alegre expresión, cerró la boca y dijo las mismas tonterías—. Tardaste mucho, casi muero.
—Song Lan. —Lan Wangji no lograba entender, este taoísta había matado a Xue Yang, o eso le dijo Wei Ying.
Otro combate, Fuxue era manejada con habilidad para que no dañaran al delincuente. Los discípulos murmuraban detrás de los árboles, comentando sobre el extraño comportamiento de Song Lan. Probablemente lo tiene como marioneta, pensó uno, pero no había resentimientos en ese cultivador. "Tal vez amenazó al taoísta." Tampoco, Song Lan no se dejaría controlar por un bastardo como ese, su temperamento no lo permitía.
La lucha parecía no tener fin, es por eso que Xue Yang tomó al mayor del brazo y corrieron como si su vida dependiera de ello. Los cultivadores fueron tras ellos, lanzando hechizos y espadas, pero la astucia del delincuente nuevamente los salva. Encontraron un escondite en la cueva de una montaña, nadie notó que desaparecieron gracias a la amplia vegetación.
—Ah, eso estuvo cerca. —Entre jadeos dijo Xue Yang.
Zichen no parecía estar agitado, miraba fijamente el arco de la cueva, teniendo un extraño presentimiento.
—¿Qué te sucede? No nos encontrarán. —No obtuvo respuesta— Zichen...
El crujir de una rama lo calló, alguien estaba aquí.
—Silencio. —Comunicó Song Lan.
La tierra se removió y los arbustos comenzaron a moverse, Fuxue estaba lista para atacar cuando de pronto... Un joven de pequeña cintura salió de su escondite, su coleta de caballo y cinta roja evitaron que Song Lan ataque, pues se trataba de Wei Wuxian.
—Los encontré. —Sonrió, confundiendo a ambos.
—Wei Wuxian, ahora estamos acabados. —Que chico tan dramático, pensó el taoísta.
—Me sorprende que Song Lan te haya salvado de los ataques de Lan Zhan, por un instante pensé que pusiste más clavos.
—Ah... ¿Quién dice que no fue así? —mocoso orgulloso, te aprovechas de la situación—. Song Zichen es muy débil, no pudo resistirse y es un cadáver otra...
Una mano tapó su boca, el cultivador errante escribió en el suelo "Debemos irnos" y se llevó a Xue Yang de la mano cual niño pequeño. Wei Wuxian, por otro lado, conocía al amigo de su tío, no pudo caer tan fácil en los juegos de Xue Yang, pero había algo en sus ojos que le recordó a un compañero muy cercano. La inexpresividad pudo ser capaz de expresar las intenciones, solo espera que las cosas no terminen como hace trece años.
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Olviden lo que les dije hace unos días, resulta que tengo el don de acabar en un dos por tres haha.
Espero les esté gustando.
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𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚 𝐃𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚 - 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐗𝐮𝐞
RomanceDespués de la muerte de Xiao Xingchen las cosas fueron distintas para ambos jóvenes. El mudo taoísta Song Lan y el delincuente Xue Yang, unen sus caminos por el gran amor que tenían por el ciego daozhang. El comienzo era complicado, el resentimiento...