Extra 1

940 101 20
                                    

𝙰𝚖𝚒𝚐𝚘 𝚂𝚞 𝚂𝚑𝚎

☾︎☼︎ ☼︎ ☼︎☽︎

—¿Crees que por tocar este instrumento tu clan es superior?

Ahí estaba, nuestro menos querido Su She, siendo molestado por su compañero de maldades.

—Solo sabes decir estupideces, tú ni las campanas sabes tocar. —Estaba indignado por las palabras de Xue, pero no podía decirle mucho, tan solo tenía quince años y no sabe lo que dice.

—Bueno, mejor hagamos el trabajo. —Sacó el sello de su túnica y lo preparó para continuar con el trabajo—. Haz algo o te acusaré con A-Yao.

—Agarras mucha confianza como para llamarlo así. —En un tono de llamada de atención Su She le dijo.

—¿Y eso qué? —contestó— Con que me dé mis dulces y un poco de dinero todo perfecto.

Sin duda las ocurrencias de este chico alegraban sus días. No importa si le sacaba canas verdes o acusaba seguido con Guangyao, sus simples bromas le bastaban para soportarlo.

Una noche, cuando llegó a la junta que tenía con el líder Jin, notó que el menor no rondaba con su navaja en mano, menos se escuchaban sus burlas en ningún rincón de la torre Koi. Consternado, preguntó al líder si le había pasado algo, por lo que Guangyao respondió:

—Escapó con el amuleto, pero ese mocoso me las pagará. —Sabemos que la expresión del líder era de temer, pues aunque no necesite fruncir el ceño, con esa amable sonrisa disimulaba los atroces planes que tenía.

Con aquella preocupación, decidió no decir nada y continuar con su trabajo. Fue así como pasaron los días, meses e incluso años. No supo más de adolescente, causante de sus risas. Hasta que un día se le fue informado que necesitaba ayuda en una ciudad remota, según el aviso, decía que estaba en aprietos con Lan Wangji. Sin pensarlo dos veces, acató la orden de su amo y se teletransportó a ciudad Yi. Al verlo desangrado, tocó su hombro y poder marcharse, pero Bichen hizo imposible aquello. En sus manos sólo estaba el sello, cosa que dejó de importarle cuando no estaba su compañero. Con la mirada baja y la expresión entristecida, informó todo lo que pasó al líder Jin, pero a éste solo le importaba el poder del amuleto.

—Lo siento, A-Yang.

Desde entonces, intentó saber o buscar indicio del menor, mas lo único que escuchaba era que fue asesinado por el taoísta Song Lan. Ni siquiera encontró su cadáver, era un misterio todo aquello.

—Xue Yang esta rondando por el bosque, cerca de Gusu. —Escuchó a los cultivadores gritar y buscando sus espadas. Alzó la vista cuando escuchó ese nombre, intentó preguntar sobre él, pero nadie le dirigía la palabra.

Desde que Jin Guangyao fue asesinado, las demás sectas decidieron encarcelarlo en Yummeng, teniendo la total confianza en Jiang Cheng. Su sentencia en aquel entonces, no estaba del todo definida, pero meses después supo del destino que le espera.

—Este es mi último talismán, gastarlo con sabiduría sin ser impulsivos.

El plan era escapar días antes de su ejecución, recolectar información y así huir con profundos secretos. Sin embargo, ese plan fue interrumpido por la llegada de un nuevo prisionero, uno al cual conocía bastante bien.

—Creí que nunca volvería a verte.

—Exageras, copia barata. —A pesar de los años, este mocoso nunca cambió.

Siendo testigo de los constantes abusos, lamentó cada noche no poder ayudarlo, pero Xue no tenía rencor alguno con el mayor. Teniendo esa enorme confianza, le contaba todo lo que había hecho en estos últimos años, dejando sorprendido al cultivador que lo escuchaba atento.

—Jamás creí que te casarías, tienes la mente de un niño.

—Tampoco lo había pensado, pero se siente mal recibir amor sin nada a cambio.

Podía morir en paz sabiendo que Xue Yang viviría fuera de pecado, pues él era consciente que ambos irían en cualquier momento al infierno por lo crímenes cometidos. En otras palabras, hundirse con su amo en ese lugar.

—¿Amas a ese taoísta? —la pregunta era clave.

—Claro que si... —nostálgico sonrió— a ese mudo tonto lo adoro.

Xue Yang construyó algo que él no logró, siendo difícil de creer que un homicida tenga esposo e hijo. En cuanto a él, solo le queda pedir por su condenada alma.

El día menos esperado llegó, observó el escenario que se le presentaba e intentó animar al menor, pero su dolor era profundo y simplemente dejó de bromear. O al menos, no antes de ver al taoísta Song Lan llegar con esa expresión afligida. Presenció la felicidad de su amigo, el llanto de la pareja que era interprete en las historias de Xue Yang. Fue por eso, que decidió saldar sus deudas pegando aquel talismán y permitir que escapen. Desafortunadamente, él no podrá escuchar el "gracias" de su compañero de travesuras.

—Fuiste un hijo de puta desde el primer momento en que te conocí, pero tu humor pudo disipar todo aquello. Ahora puedo descansar en paz sabiendo que tú vives en total armonía con tu esposo. Me hubiera gustado presenciar tu boda y las alegrías que te traía estar casado, pero ahora sólo puedo disculparme por las incontables fallas que tuve hacia ti. Es por eso, que ruego por tu perdón y dejar que esta alma reencarne en una mejor vida, una donde también sea amado y valorado por quien es.

Tal vez sea solo un personaje secundario.

Pero mi historia no fue valorada ni contada por ninguno.

Deseo verte en otra vida y ser alguien noble...

Como lo fue mi joven yo.

__________________________

Primer extra entregado.

¿Les soy honesta? Desde que empecé esta historia, estuve defendiendo a muchos de estos personajes, incluso buscándole una historia al personaje menos querido.

En fin, me declaro fan de Su She, aquí tiene a su fan #1 hahaha.

Bueno, vamos con el siguiente extra.

𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚 𝐃𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚 - 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐗𝐮𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora