Especial: ¡Feliz cumpleaños, Yang Yang!

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Dedicado a: xhinnnata

—¿Quién eres tú? —preguntó un inusual visitante que anda de visita en Yilling.

—Eh... soy tu tío, ahora dame dinero. —Respondió el joven travieso de los Túmulos Funerarios.

—¿Mi tío? —claramente confundido, el viajero cuestionó nuevamente, pero, a punto de acceder, salió la persona que menos quería Xue Yang.

—No le hagas caso, cada que viene alguien nuevo, este diablillo pide dinero haciéndose pasar por familiares.

Xue Yang chasqueó la lengua, molesto, cruzando de brazos y regresando al palacio que era su hogar. Cansado de que sus víctimas no cayeran en su trampa por culpa de ese guardia, pero ese aburrimiento desaparecía cuando escuchaba el tintineo del cascabel, característico de su clan; el Patriarca Yilling ha llegado.

—¡Xian-ge! —exclamó contentó, lanzándose a los brazos de su amado.

—Yang Yang, ¿me extrañaste?

—¿Y cómo no hacerlo? —contestó— ese vigilante tuyo no deja que me divierta, algún día le daré un golpe.

La ternura y agresividad era algo que Wei Ying amaba de su esposo, pues ver una carita adorable lanzando amenazas de muerte, no es algo que veas en todas las personas. Es por eso, que Wei Ying no llegó con las manos vacías, ya que, hoy era una fecha importante para su marido.

—Mira lo que te traje, son regalos traídos de Yummeng, quiero que los abras.

Inmediatamente, los ojos del pequeño diablillo brillaron por la ilusión, dando brincos hasta al salón principal, donde tres regalos estaban en la mesa bien acomodados con un pastel a lado. Emocionado por lo que habría en las cajas, el papel regalo cayó al suelo en varios pedazos, para luego ver el primer obsequio.

—¿Un collar de amatista? —observaba con detenimiento la pieza incrustada en el collar.

—Es para que la energía resentida no te afecte, menos en caso de que use a Chenqing.

Luego, el segundo obsequio, un hanfu negro de finas telas, bordado rojo y bordes blancos. Un traje digno de la realeza.

—A-Xian, no debiste molestarte. —Xue Yang puede ser un cara dura, pero cuando de Wei Wuxian se trata, nunca despreciaría el esfuerzo que hizo durante todos estos años.

Finalmente, el tercer obsequio, el regalo que tenía un significado importante para él y la posición que tenía ahora en el clan Wei. Un hermoso cascabel con detalles rojos, teniendo el escudo de la secta.

—Xian-ge... es mucho lo que me diste, —volteó a verlo— ¿por qué tantos regalos?

Se atrevía a preguntar el porqué de los regalos. Wei Ying simplemente se dispuso a sonreír, acariciando la mejilla de su amado y contar la historia que perduró en las tierras de Yilling.

(. . .)

—¡No me gusta cómo te trata! —exclamó molesto, indignado por la actitud que toma el Jade en contra de su enamorado.

—Déjalo así, Lan Zhan no sabe lo dice. —Excusó Wei Ying—. No debes preocuparte, yo quiero verte feliz donde perteneces; con Xiao Xingchen.

𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚 𝐃𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚 - 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐗𝐮𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora