𝙻𝚒𝚎𝚗𝚣𝚘 𝚗𝚘𝚌𝚝𝚞𝚛𝚗𝚘
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—Maestro Wei, ¿qué hace usted acá? —preguntó Xue Yang.
—Vine a comer y beber gratis. —Burló con su simpática sonrisa.
—Se supone que nadie está enterado, los demás clanes... —un "shh" evitó que continuara.
—Ningún clan sabe donde estás. El líder del clan Lan cree que estamos en una misión, pero...
—Vino a comer y beber, típico de Wei Wuxian. —Reprochó Xue Yang.
—Aish, era una broma. Claro que vine a ver cómo el ser más despiadado se casaba con el frío taoísta Song Lan.
Cogió la peineta que estaba en la mesita y cepilló suavemente el cabello del menor. Su propósito era acompañar al causante de sus pesadillas, y no por miedo hacia él, sino por los constantes sueños donde las cosas no acababan de la mejor manera.
—Deja que Lan Zhan y yo seamos testigos de esta boda. —Las palabras sorprendieron al delincuente, pues no todos tienen como testigos a dos figuras importantes de la cultivación.
—¿Esta no es otra de tus bromas? —cuestionó para asegurarse que no era otra broma.
—No tendría por qué bromear con algo así.
En lo que ambos discutían, en otra habitación se encontraba Song Lan y el respetado Lan Wangji. Su plática era inigualable.
—. . .
—. . .
Bueno, creo que, siendo hombres de pocas palabras, sus miradas decían todo lo que el otro deseaba transmitir.
Las horas pasaron volando, el sol estaba por ocultarse y los invitados esperaban que el novio entrara por el pasillo junto al testigo. Song Lan estaba nervioso, no podía creer que estaba por casarse con el hombre que alguna vez juró destruir, pero que ahora sería su fiel compañero el resto de su vida. Lan Zhan colocó una mano en el hombro del cultivador, transmitiéndole paz y confianza, pues nada iba a salir mal. Tan pronto el reloj marcó las seis, la silueta de un joven de mediana estatura atrajo la atención de todos. El velo rojo cubría todo su rostro, estaba sosteniendo el brazo del cultivador demoníaco y, por debajo del velo, derramaba lágrimas por la inmensa alegría que comenzaba a sentir. En frente, estaba su prometido esperando con una impecable postura, Xingchen sonreía y aplaudía al ver a sus padres tan emocionados por la boda. No hay nada que pueda arruinarlo.
Wei Ying dejó al joven cultivador en el altar y comenzaron con el ritual. Los pueblerinos murmuraban y comentaban sobre ambos jóvenes, teniendo una imagen pulcra e impecable en cada uno, ya que en estos últimos meses ayudaron bastante en el pueblo. Wei Wuxian y Lan Zhan miraban tranquilamente, pero ese presentimiento no abandonaba el corazón de Wei Ying, pues cada uno de estos momentos los había visto en un sueño, fue por eso que llegó a ciudad Yi.
En todo caso, no puede hacer comentarios al respecto, porque estaría alterando la felicidad que se construyó en casa del ataúd, pero no advertirles sería como clavarles una estaca en el corazón. En fin, solo queda estar alerta de cualquier acto de otros clanes, así podría salvarlos y abogar por ellos. Finalmente, decidió esfumar cualquier pensamiento negativo, pues la pareja ya estaba haciendo las tres reverencias.
La primera reverencia fue ante el cielo y la tierra.
La segunda ante los padres, que en este caso, eran Wei Ying y Lan Zhan.
Y la tercera... entre los novios.
Lentamente, comenzaron a levantarse, dejando caer lágrimas pequeñas que se deslizaban en sus mejillas. Por fin se miraron cara a cara, Song Lan retiró el velo y tomó el mentón de su ahora esposo. Acercó los labios, juntándolos en un efímero y único beso. No importaba que los aplausos sean pocos, lo que importaba era su unión y destino como pareja. Zichen no podía dejar de mirarlo, era tan bello el rostro pálido de su marido mezclado con el brillo de las estrellas que comenzaron a salir. Uno de los aldeanos anunció el banquete que esperaba ser servido. Los invitados fueron por un plato de comida y otros a darles los buenos deseos a la pareja, incluyendo algunos regalos.
—Wei Ying, ¿qué es esto? —preguntó Xue Yang, sosteniendo la cajita que le había entregado el cultivador.
—Les servirá en su luna de miel. —Le dedicó un guiño y se despidieron de la pareja para dejarlos solos.
Uno a uno, los invitados se despidieron y agradecieron por todo. Song Lan le pidió a Wei Ying que cuidara a Xingchen por esta noche, pues no quería aturdirlo con el ruido que iban a provocar. Cerró las puertas, tomó una bocada de aire y exhaló cuando se sintió listo. Abrió la puerta de la habitación y encontró a Xue Yang sentado al borde de la cama con el rostro cubierto por la fina tela roja. Caminó lentamente, tomó el velo sutilmente, revelando la sumisa expresión de su esposo.
—Song-gege... —en un susurro dijo Xue Yang.
Era tan delicado que temía romperlo, no importa si habían hecho esto un montón de veces, pero esta vez era como el pétalo de una rosa. El dedo pulgar rozó con los belfos inferiores, eran suaves y pequeños, seguro su sabor era dulce y adictivo. Buscó la mano de su pareja, lo llevó al otro extremo de la cama e hizo que se sentara sobre su abdomen. Aún llevaban las prendas de matrimonio, pero Song Lan se encargó de deshacerse de ellas. El torso desnudo y los botones rosados que presumía Xue ante su pareja, provocaron una erección bajó las prendas del taoísta. Moviendo las caderas con agilidad, Xue Yang rogaba por ser tomado una vez más; pedía que Zichen abriera sus piernas y le hiciera el amor como si nunca lo hubiera hecho. Y así fue.
—¡Song Zichen daozhang! —exclamó junto al gemido agudo que había dejado escapar. Song Lan metía y sacaba la polla erecta que no bajaba todavía.
—A-Yang... —dijo con la voz ronca, explorando cada rincón de su cuello y clavículas.
—Hm... ¿Sabes que por fin encontramos la felicidad que perdimos? —rodeó la cintura del mayor con sus piernas— Sabes... que ahora estamos libres de tanta tragedia.
Abrazó el brillante cuerpo, a causa del sudor que caía de su frente. Escondió el rostro entre su cuello y susurró en su oído:
—Lo sé, Chengmei... lo sé...
Una maravillosa velada, las manos se mantuvieron entrelazadas y el dulce amor había cubierto ese amargo sentimiento que remordía el dañado corazón de cada uno. Esa noche se selló algo, el inicio de una nueva historia cual perdurará por los siguientes siglos, pues un justo y valiente taoísta se enamoró de un intrépido y peligroso asesino. Increíble, ¿no es así?
¿Este es el fin?
¿O la pluma está comenzando a escribir la historia de un final incompleto?
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Amén por ustedes chicos hahaha
Quise hacer una maratón de capítulos, que en este caso consta de tres el día de hoy. Volveré dentro de unas semanas con la continuación, y lamento haberlos dejado con intriga jeje.
Espero les esté gustado, la verdad aún pienso que adelanté muchos hechos y estoy creando que va de acuerdo con la personalidad de los personajes, pero... supongo que el amor ablanda al corazón más duro haha.
En fin, mis queridas lectoras, las veré pronto y beban una buena taza de té. Bye bye uwu
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𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚 𝐃𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚 - 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐗𝐮𝐞
RomanceDespués de la muerte de Xiao Xingchen las cosas fueron distintas para ambos jóvenes. El mudo taoísta Song Lan y el delincuente Xue Yang, unen sus caminos por el gran amor que tenían por el ciego daozhang. El comienzo era complicado, el resentimiento...