Capítulo 18

1K 132 66
                                    

𝙱𝚊𝚜𝚝𝚊𝚛𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚌𝚒𝚞𝚍𝚊𝚍 𝚈𝚒

☾︎☼︎ ☼︎ ☼︎☽︎

Mañana de invierno, un horario congelado con sus paisajes blancos. El sol apenas se mostraba entre las nubes, pero eso no era impedimento para salir a jugar.

—No te quites la bufanda, Xincheng. —Abrigó tanto como pudo al pequeño, parecía una estrella por tener lo brazos y piernas rectas—. No sé si estas molesto o triste... —pensó por uno segundos— dibujaré ojitos en tu venda para saber tu estado de ánimo.

Eso molestó al menor, negó con la cabeza y hundió su carita en el hombro de su papá.

—No te enojes, era solo una broma. —Sujetó al bebé con un brazo mientras que con el otro cargaba la pequeña cesta que había preparado.

El plan de hoy era salir al amplio jardín que construyeron con Song Lan. Los árboles estaban congelados, las flores cubiertas por la nieve y el hielo que colgaba de las ramas. De igual modo, eso no fue impedimento para que no disfrutaran de un día al aire libre. Xue Yang le ofreció caramelos y galletas a Xincheng junto a su biberón lleno de chocolate caliente.

—Termina y podremos jugar con la nieve. —Todo parecía calmado, XinXin estaba sentado bebiendo de su leche mientras Xue jugaba con la nueve alrededor. Pero...

—Al fin te encontramos, maldito bastardo. —Los pelos se pusieron de punta al oír esa voz.

Sintió que todo pasaba lento, logró escuchar la tensión de la cuerda de un arco, lista para disparar. Sus reflejos fueron rápidos, alejó a Xincheng del lugar que justo cayó la flecha.

—Deja de esconderte, creí que eras un cultivador temido. —Y lo es cuando se enfurece.

Rápidamente, cargó a Xincheng y lo llevó dentro de casa, los cultivadores enemigos lo tomaron como una amenaza, empuñaron sus espadas y arcos para comenzar a atacar.

—Xincheng, no hagas ruido, regresaré pronto. —En un ataúd, ahí escondió al pequeño ciego que estaba confundido—. Dejaré a Shuanghua para que te proteja.

La espada escarchada ya conocía su trabajo. Sacó a Jiangzai de su manga y salió sin temor alguno. Los discípulos de cada secta intentaron asesinarlo, pero su misión falló al saber que se enfrentaban a un cultivador demoniaco poderoso. Conociendo el pasado de este joven, los líderes temieron por la vida de sus cultivadores y tuvieron que acudir al ataque para destruirlo.

—Eres un mocoso callejero, entrégate y no destruiremos nada. —Amenazó uno de los líderes.

—Lo material no me importa, prefiero tener las valiosas vidas que simples pedazos de madera. —Era correcto, si dabas tu vida por una casa, no le brindas el suficiente valor a los que lo construyeron.

—Mocoso insolente. —Intentaron apuñalar en distintas direcciones, pero fracasaron.

—Son un montón de inútiles. Cuando estén mejor preparados, vengan y me darán tiempo para prepararles algo de beber. —Burló al ver rendidos a sus contrincantes, pero habló demasiado pronto como para declararse ganador.

—Hablas muchos en una pelea. —El destello morado llamó su atención, quedó paralizado cuando el látigo golpeó su espalda baja.

—Líder Jiang... —una voz cortada por la falta de aire.

—Creí que estabas muerto, pero veo que incluso tienes otro brazo. —No hacia mucho esfuerzo para hablar, conociendo a Jiang Cheng, se sentía campante en la batalla; presumiendo su fuerza y valentía.

𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚 𝐃𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚 - 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐗𝐮𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora