Capítulo 22

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𝙰𝚕𝚖𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚟𝚒𝚎𝚜𝚊

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El día había llegado, pues hace una semana ya lo tenían amenazado con su ejecución. Entre las rejas, vio a los cuatro líderes de las sectas más importantes, teniendo detrás a los imbéciles que lo habían acusado. Logró escuchar los comentarios retrógradas e ignorantes de esos viejos, sintiendo ira y deseos de asesinarlos, pero nada se podía hacer.

—Evita tensar el cuello, eso puede dificultar para que te la corten de un tajo. —No sabía si Su She lo animaba o se burlaba, pero decidió no prestarle atención.

—Creí que Song Lan vendría por mí...

—Dijiste que murió en la emboscada, dudo que como fantasma pueda hacer algo.

Probablemente, pero ya no podía lamentarse y sólo pidió por su desafortunada alma, que estaba a punto de ser llevada al infierno. El tiempo pasa lento cuando esperas algo, pero olvidar que hoy será la última vez que verás la luz del sol, sin siquiera poder despedirte de tu familia. Es por eso, que los guardias llegaron para llevárselo al campo de ejecución junto a Su She. Sintió las miradas juzgantes, visualizó al líder de cada clan, teniendo como impresión los preocupados ojos de Lan Xichen y Jin Ling, la ira desbordante en los ojos del líder Jiang y, la más confusa, la neutra expresión de Nie Huaisang.

—¿Qué pensará el líder Nie sabiendo que él es el asesino de su hermano? —Xue Yang se sentía inferior, su ego desapareció completamente.

Jiang Cheng no quiso que le dieran vuelta al asunto y ordenó al verdugo que preparara la espada para concluir con esto.

—Chengmei. —Llamó Su She —. Recuerda que te dije que no tensaras el cuello.

—Eres un idiota. —Respondió casi en susurros.

—Relájate, a donde yo iré tú no podrás venir.

—Que me hayas curado las heridas, no quiere decir que te irás al cielo, imbécil. —Cerró fuertemente los ojos, escuchaba la cuchilla de la espada ser afilada junto a los gritos del público.

"Chin chin", la espada terminó de ser afilada. Los dos cultivadores estaban de rodillas, con las manos atadas y la cabeza baja. Su She no dejaba de hablar, hasta que una curiosa oración salió de su boca.

—No tengas esa cara larga, tu esposo vino a verte. —Tan pronto lo mencionó, su mirada giró hacia el bosque, viendo la silueta de un hombre alto y túnicas negras. No contuvo la felicidad, forzó sus pies atados levantarse para llevarlo con el joven que tanto había esperado — ¡Song Lan!

Sus piernas obedecieron y se levantaron.

—Xue Yang... ¡Xue Yang!

El público se quedó estático presenciando el encuentro.

—¡Daozhang, daozhang!

Tan cerca y tan lejos...

—¡Mátenlo!

Como enero y diciembre...

—¡XUE YANG! —el grito de advertencia llegó demasiado tarde. Esa espada atravesó la herida de su corazón que creyó cicatrizada. A unos cuantos pasos estaba su amado, pero la muerte creó una lejanía entre ellos. Song Lan corrió para evitar su caída, los cultivadores quedaron sorprendidos al ver que, la distante nieve comenzó a llorar sobre el cadáver del delincuente.

𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚 𝐃𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚 - 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐗𝐮𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora