Capítulo 20

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Aviso: Lean hasta el final por favor, hay una pequeña sorpresa para ustedes uwu.

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𝙱𝚊𝚖𝚋𝚞́

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Quedó inconsciente después de aquel golpe. La imagen que le presentaba su mente era pura y pacífica, sólo el golpeteo de las hojas se escuchaba en el lugar, siendo un ambiente perfecto para los lamentos del delincuente.

—Los maldigo... los maldigo con toda mi alma. —Dijo entre dientes, apretando la mandíbula por el enojo contenido.

—Maldecirlos no sirve de nada —interrumpió la chica—, ellos quieren ver tu cabeza rodar por las atrocidades de tu pasado.

—Ja... claro, cómo no me di cuenta. —Respondió sarcástico—. Olvidé que esos tipos pueden juzgar lo que es correcto e incorrecto.

A-Qing no tuvo más que decir, apretó la vara de bambú que llevaba consigo junto a los labios. Ver en esta situación a un psicópata era inusual, llorando por personas que alguna vez juró destruir, pero ahí estaba, llorando por perderlo todo.

—Tonto, no perdiste nada. —Animó—. Debe haber una solución para que escapes y regreses con el mudo Song.

—Quién sabe lo que le estén haciendo a mi cuerpo en estos momentos. —Levantó la mirada, mostrando las lágrimas que salían a montones—. No quiero verlo cuando despierte.

—O sea que morir es una opción.

El silencio se presentó, dejando pensativo a Xue Yang. Pues morir suena fácil y es una manera de librarse de todos esos demonios que lo atormentaron durante su vida, pero... no contaba con que iba a enamorarse, casarse y tener una familia, menos si se traba de Song Lan. Era un dilema aquello, sacrificarse por amor, o ser egoísta y morir dejando a su familia con melancolía.

—Es incierto lo que puede pasar, prefiero averiguarlo y descubrir lo que me tienen preparado.

—Supongo que es bueno lo que dices, tal vez el destino tiene un mejor plan. —Las palabras de aliento motivaron al delincuente, quien estaba colgando de un hilo.

—Jamás creí decir esto, pero... —vaciló por unos segundos su respuesta— gracias, pequeña ciega.

—Ah... no cambias para nada. —Negó con una sonrisa, golpeando finalmente al mayor con su vara.

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—Qué chico tan desafortunado —la voz de un extraño dijo—, si no hubiera seguido ese camino de maldad pudo haber conseguido cosas inigualables.

—No lo dices por su talento en el cultivo, ¿crees que no vi lo que hiciste?

—Mejor haberlo hecho antes de que su cadáver sea comido por gusanos. —Fue suerte de Xue Yang no haber visto aquello. Tal y como dijo, prefiere no ver lo que hicieron con su cuerpo mientras estaba inconsciente.

—Déjalo, es asqueroso pensar que este tipo conquistó a un taoísta de rango alto como Song Lan. —Jaló a su compañero fuera de la celda, cerrándola y dejando el maltratado cuerpo del cultivador. Poco a poco, fue retorciéndose en el suelo, sintiendo la molestia de la poca luz.

—Ah... fue suerte no haber estado despierto. —Sacudió sus prendas, arregló el desastre y dio vueltas por la celda, vagando en sus pensamientos.

𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚 𝐃𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚 - 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐗𝐮𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora