𝙲𝚑𝚘𝚌𝚘𝚕𝚊𝚝𝚎 𝚌𝚊𝚕𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎
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Días después de la boda, las risas del pequeño Xincheng regresaron a casa del ataúd. Xue Yang se entretenía con el pequeño ciego, ya sea cultivando en el huerto o mostrándole algunas técnicas junto a Jiangzai. Ver su enternecedora sonrisa era todo para él, podría decirse que es la única razón por la que se queda encerrado.
—Está por anochecer y Zichen aún no llega. —Con la expresión preocupada, observada la ventana empañada.
El invierno había llegado, hoy cosechó los últimos vegetales para guardarlos en casa. La nieve comenzó a caer en esa puesta de sol, las nubes se encargaron de cubrir toda mancha brillante en el cielo, cambiándolas por las tinieblas y copitos helados.
—Si no llega en cinco minutos, no habrá cena para él. —La preocupación se convirtió en enojo, su pareja no había tardado tanto para llegar a casa. El cultivador errante era alguien puntual y de palabra, si decía que haría algo le avisa antes de salir a trabajar.
Fue coincidencia que, luego de advertir con ello, el taoísta de negro haya entrado cubierto por una capa de nieve; su rostro pálido y nariz roja por el frío infernal.
—¿Dónde estabas? —sonaba enojado, pero Song Lan no tenía por qué temer.
—La nieve bloqueó mi camino. —Firme respondió.
—Siendo la primera vez, no puedo desconfiar de ti. —Sacudió la nieve que llevaba su esposo, quitó la capa negra y sostuvo sus manos para calentarlas.
—Traje esto para esta noche. —De su túnica, la figura cuadrada envuelta en papel blanco fue lo que sacó. Xue Yang observó con curiosidad, recibió aquello y quitó su envoltura.
—Chocolate... —ese brillo que mostró era el que Song Lan deseaba ver— ¿deseas que lo prepare?
El mayor asintió.
—Muy bien... busca a XinXin y prepara la fogata.
El cálido ambiente en medio del invierno, Xincheng gateaba hasta los brazos de su padre, arrastrando consigo el muñeco de paja que le creó su otro papá. El empalagoso aroma del chocolate fresco le dio un toque hogareño al lugar, los cuencos llenos de leche, listos para beber del caliente líquido. El abrazador calor de la fogata los acogió y resguardó del frío, sobre todo al pequeño bebé ciego.
—Ya te había dicho que eres un goloso, es tu tercer cuento de chocolate, Song Xincheng. —Ahora Xue Yang estaba irreconocible, su personalidad cambió a la de una madre sobreprotectora—. Coseré tu boca si sigues así. —Bueno... sigue siendo un sádico.
—No te enojes con Xincheng, es su primera vez tomando chocolate. —Y como siempre, tenemos a nuestro padre defensor.
—Lo dejaré pasar por esta vez, no quiero que se enferme. —Cargó a XinXin en brazos, arrullando suavemente para que se quedara dormido.
—Aún no puedo creer que el temido Xue Yang cuide de un bebé como Xincheng.
—Tú eres el único que verá algo así, —sus mejillas rojas lo delataron— el resto no merece amor por mi parte.
—¿Ni siquiera yo? —un puchero formó, ¿eso es posible en Song Lan?
—Creo que se te subió el azúcar, mi querido mudo, vamos a descansar antes de que hagas algo extraño. —Cogió de la mano a su marido, ayudándolo a levantarse e ir a su habitación.
Notaron que Xincheng se quedó dormido cuando emitió pequeños ronquidos. Xue Yang dejó al menor en su nueva cuna y arropó con más mantitas para que no le pase el frío.
Por otro lado, Song Lan no se despegaba del delincuente, teniendo los brazos alrededor de su cintura y apoyando su rostro en su hombro.
—Lección de vida, no darte azúcar en exceso. —Dejó que el empalagoso momento se apodere de él. Plantó cortos y tibios besos en la mejilla del taoísta, mimando cada rincón de su fisonomía.
—Te amo. —Fue lo que dijo con la mirada, esa que tenía un brillo singular en sus negros ojos.
—Lo dices cada segundo del día... —exhaló— también te amo, Zichen.
Tal vez... Un presentimiento negativo nació en Song Lan.
Uno que estruja su corazón y tiene la necesidad de decir...
Te amo, Xue Chengmei.
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Bien, creo que este capítulo fue muy suave y empalagoso, pero hay que amortiguar el golpe de alguna manera.
Un detalle que creo fallé es sobre la personalidad de Xue Yang, siento que no es bastante bueno y que lo hice muy mansito... bueno, cosas de la historia, tampoco es un inútil haha.
Bueno, lectores, los invito a seguir con el siguiente capítulo, hoy se publicarán 3.
Nos vemos uwu
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𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚 𝐃𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚 - 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐗𝐮𝐞
RomanceDespués de la muerte de Xiao Xingchen las cosas fueron distintas para ambos jóvenes. El mudo taoísta Song Lan y el delincuente Xue Yang, unen sus caminos por el gran amor que tenían por el ciego daozhang. El comienzo era complicado, el resentimiento...