𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚 𝐃𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚 - 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐗𝐮𝐞

Extra 2

𝚃𝚛𝚊𝚟𝚎𝚜𝚞𝚛𝚊𝚜

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Xue Yang, el chico revoltoso y famoso homicida que atemorizó clanes durante su adolescencia. Ahora, se convirtió en la pesadilla de Gusu Lan. ¿Será por su atemorizante personalidad? Pues...

—¡XUE YANG! —gritó el viejo Qiren, ya que el menor lanzó una pequeña bomba de humo en el salón de clase.

—Ja, ja, viejo Qiren, debería haber visto la expresión que puso. —Reía a carcajadas. Sin duda el chico era peor que Wei Wuxian.

—Joven amo Xue, le pediría que, por favor, evite molestar a mi tío en horas de clase. —Interfirió la amable voz de Xichen, logrando que Xue entre en razón.

—Lamento la interrupción, pero allá en el bosque es demasiado aburrido sin Song Lan. —Recostó su rostro en sus brazos, expresando cansancio y pesar.

—Descuide, el taoísta Song regresará pronto. —Nuevamente respondió el líder Lan.

Hoy tuvo mucha suerte, no fue castigado como la última vez que trajo arañas y las puso en las habitaciones de los superiores de Gusu. Tenía ciertas libertades por tener el respaldo de Wei Wuxian, pero siendo su esposo un hombre respetuoso y moderado, le tocaba sus castigos cuando se enteraba de lo ocurrido.

—Lan Qiren me dijo que molestaste nuevamente en su clase. —Song Lan dijo, estando calmado en un principio no había que temer, ¿verdad?

—Ese viejo no soporta nada, es una pérdida de tiempo molestarlo. —Removía la comida con sus palillos debido al desgano causado por la fatiga del día.

—No queremos ocasionar problemas, recuerda que aún nos buscan y no podemos delatar al clan Lan. —El taoísta generó paciencia desde que se casó con Yang, pues conoce como es su explosiva personalidad.

—Esta bien, prometo no repetirlo. —Dijo por decir, obvio que continuará—. En fin, ¿no deseas hacer otra cosa? —preguntó con una pícara sonrisa.

Conociendo las intenciones de su marido, aceptó con un "mn", para así convertirse en la bestia que tanto amaba Xue Yang.

Los platos aún estaban llenos, la habitación principal estaba vacía y solo se escuchaban los quejidos y gemidos de Chengmei. Dentro de la recamara, la pareja ambientó el lugar con besos, caricias y toqueteos. Song Lan retiraba como podía esas molestas prendas, sintiendo desesperación en la parte baja de su cuerpo.

—Espera... probemos esto. —Interrumpió Xue, sacando de la mesa de noche un pequeño incienso—. Wei Wuxian me lo prestó, me recomendó usarlo cuando tengamos sexo.

Por un segundo dudó, pero decirle no a su esposo significa abstinencia.

—Bien.

Con prisa, encendieron aquel incienso y continuaron con lo pendiente, pero repentinamente comenzaron a sentir mucho sueño. La intensidad de los besos bajó y ambos cayeron inconscientes a la cama.

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La ciudad Yi, el lugar de profundos recuerdos y testigo de las más dolorosas muertes. La casa del ataúd parecía no tener ningún cambio, como si estuvieran en la casa cuando Xiao Xingchen vivía. El ambiente era familiar, pareciera que está citando un día en específico.

—¿Dónde estamos? —preguntó Xue.

A los ojos de Song Lan, recuerda que vio esto en otro de sus sueños, como si ya lo hubiera vivido.