La mujer que no soñé

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Era un nuevo día en Ecomoda. Armando llegaba puntual a la oficina. Pero algo perturbaba su día. Al entrar a su oficina... miró hacia la de Beatriz, ella ya no estaba. Su mente divagó, pensando que estaría haciendo su asistente.

En eso entra Calderón y al verle noto un dejo de tristeza en su rostro.

Armando no me diga que esta extrañando a vampirin -rió sarcástico ante su comentario.

¡No sea idiota Calderón! - se limitó a decir. Me preocupan las ventas. -mintió- Aún no pudiendo dilucidar qué era lo que sentía.

Ecomoda había sufrido un leve receso en cuanto a ventas, nada serio, pero en todo caso, esa sería suficiente excusa para sacarse a Mario de encima.

Y se limitó a trabajar ese día.

Mientras en Cartagena, despertaba Beatriz. Estaba de vacaciones, tenía licencia para despertar tarde si así lo deseaba -pensó-
- se dispuso a ducharse, hoy sería un día nuevo.

Salió del baño y se vistió con su mejor tenida. un vestido camisero de lino blanco. Que hacia match con el calor que se sentía en la costa. Apropiado para el clima. Unas sandalias. Y se dispuso a tomar desayuno.

Catalina la esperaba. Hoy irían a la peluquería. A Beatriz le urgía un cambio de peinado. Eso sería lo primero.

Y partieron a la peluquería. Betty estaba indecisa, pero dejó su temor atrás... jamás se había cortado el pelo más allá de las puntas. Pero debía verse distinta, se decidió por lo que para ella sería algo radical. Pidió un corte Bob.

Ademas Catalina aprovechó y le hicieron la cera. Sacándole el sobrante de ceja y bigote.

Salió renovada ese día... a pesar del dolor.

Le gustó su nuevo peinado. Sin duda le hacía lucir mejor ese vestido que traía.
- Pero se dijo: un día a la vez.

Catalina la observaba renovada.
Beatriz, se ve muy linda. La veo feliz.

Gracias doña Catalina- contestó Beatriz, ante ese cumplido-

Hoy tendré el gusto de presentarle a un amigo... almorzaremos con él.

Beatriz quedó sorprendida de tal invitación, pero sin duda aceptaría.

¿Que le depararía ese almuerzo?

Puntual a la 1 estaba Michel, en el Restaurante Candé.

Llegan ambas. Michel saluda a Catalina con un beso y abrazo apretado... hace tanto no se veían.

Michel, te presento a Beatriz Pinzón.

Hola Don Michel - dijo Beatriz- su timidez y falta de roce social pudieron más.

Michel la miró, le pareció bonita, nada fuera de lo común, pero sin duda tenía algo especial.

Hola Beatriz, un placer conocerla.- mencionó él-

Y en un acto de galantería, corrió la silla a ambas para que pudiesen sentarse.

Sin duda la plática estuvo amena. Michel se interesó por saber más de la invitada de Catalina. Ella llamó su atención... y al saber que estaría un mes, se decidió a conocerla más.

Después del almuerzo dieron un paseo por la playa. Beatriz se sentía feliz. Era la primera vez que contemplaba el mar, que sentía la arena entre los dedos. La brisa del mar elevaba su pelo.

Michel le dijo a Catalina que las invitaba en la noche, había un carnaval y quería que lo acompañasen.

¿Qué le parece Betty?- dijo Michel-