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Cariño, tú sabes que en cualquier lugar soy feliz,si te tengo a mi lado. -dijo Armando-

Tengo ganas de salir un momento a caminar. Quiero tomar algo de aire.
- dijo Beatriz-

Abríguese eso si, el día está raro y al parecer lloverá. -dijo Armando-

Y salieron a caminar por las calles de Bogota. Pero una llamada interrumpió aquel paseo.

Era Roberto, su padre, diciéndole que gracias a las estrategias de mercadeo y a la fama de Ecomoda, habían hecho una alianza con una empresa francesa. Y qué tal alianza se firmaría hoy. Que para eso había viajado desde Paris, el presidente de la compañía: Ricardo Collet.

De solo escuchar ese nombre, a Armando, se le descompuso el estomago. Le cambió la expresión facial.

¿A, si? Que bien papá. -dijo Armando entre dientes-

Necesito que estés presente. Aún sigues siendo accionista de esta compañía. - dijo Roberto colgando el teléfono-

Armando, suspiro profundo. Intentando mostrar un rostro más amable.

Cariño ¿pasó algo malo? -dijo Beatriz al ver el rostro descompuesto de Armando-

No, es solo que mi padre llamó y debo ir a Ecomoda. Se firmará un contrato importante con una firma francesa. - dijo Armando-

¿Firma francesa? Pero que lejos a llegado el prestigio de Ecomoda. -dijo Betty-

Si quieres te acompaño y así veo a las del cuartel. Ya que deben estar por salir de la oficina. - dijo Betty-

Armando, accedió, pensando en que Beatriz, estaría demasiado ocupada hablando con las del cuartel.

Por lo que después de regresar al apartamento y cambiarse, salieron raudos a Ecomoda.

Al llegar, Ricardo Collet, ya se encontraba en la sala de juntas, reunido con los demás accionistas. Punto a favor para Armando, ya que Betty, no lo vería.

Armando ingresó a la sala, ante la mirada atenta de los presentes, excusándose por su retraso.

Después de una larga charla, en la cual no sólo hubieron palabras, sino también miradas matadoras. Se firmó la alianza. Todos celebraron con una copa de champaña en la mano.

Mientras Betty conversaba animadamente con las del cuartel. Todo estaba tranquilo, el ambiente estaba agradable, hasta que salieron de esa sala.

Beatriz estaba sentada conversando con Aura Maria, cuando lo vio salir.

Ricardo Collet, un hombre alto, apuesto, de tez blanca y ojos verdes. Ese hombre que durante su estadía en Paris, la había besado, provocando dudas y confusiones. Estaba ante sus ojos. Betty sintió un nudo en el estómago. Y extrañamente le brillaron los ojos al verlo.

¡Beatriz! No pensé encontrarte aquí. -dijo Ricardo con los ojos brillos a de felicidad abrazándola-

Ri...Ricardo ¿qué hace usted acá? -dijo nerviosa Beatriz, sintiendo el calor de su abrazo-

Mientras al oído Ricardo, le susurró:
Te he extrañado Beatriz, ansío tus labios.

Armando al ver la escena, carraspeó fuerte. Logrando que Betty, lo suelte.

La mujer que no soñé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora