Después de aquel desayuno y de su franca conversación, Armando llegó a la conclusión de que al menos viajarían unos días a Suiza. Ambos estuvieron de acuerdo. Después de todo, hace bastante que Armando, no veía a su hermana. Tres años para ser exactos. En el que su relación, se basó solo en llamadas telefónicas. Era hora de verse personalmente, por lo que tomó el teléfono y la contactó.
¿Aló, Camila? -dijo Armando-
¡Armando! ¿Cómo estás hermanito?
- contestó Camila-Te he extrañado tanto...ansío verte. Hay muchas cosas que debo contarte ¿sabes?. Pero estaba pensando que sería mejor decírtelas en persona. Estoy planeando un viaje a Ginebra, para verte. -dijo Armando-
¿En serio hermano, dejarás el trabajo botado y vendrás? - dijo Camila-
Camila ¿acaso papá no te dijo nada sobre mi y Ecomoda? - preguntó extrañado Armando-
Tú sabes el poco contacto que tengo con ellos desde que me enviaron a Suiza. ¿Hay algo de lo que me deba enterar? -dijo Camila algo ansiosa-
Bueno hermanita, ya no trabajo allí. Pero en este momento eso es lo menos importante. Linda ¿podrás recibirnos? -dijo Armando-
¿Recibirnos? ¿Acaso me presentaras a tu conquista de turno? - preguntó entre risas Camila, conociendo la fama de mujeriego de su hermano-
Camila, por favor, no es eso. Y contéstame por favor si podrás ¿si?
- dijo Armando-Pero claro. Tu siempre tienes las puertas abiertas de mi hogar. ¿Y cuando planeas viajar? - inquirió Camila-
Mañana. Debo resolver algunos asuntos mientras ¿Te parece muy pronto? -dijo Armando-
Me parece perfecto, así tengo tiempo de prepararme para recibirlos. ¡Ay, Armando, muero por saber quien es! -decía Camila-
Camila, tu no cambias. Ya te enterarás, y te aseguro que la noticia te encantará. -dijo Armando-
Te amo con el alma hermanito. Cuídate mucho y te espero acá. Te envío besos. -dijo Camila-
Te amo, linda. Besos. -dijo Armando y colgó-
¿Amor, era tu hermana? -preguntó Beatriz saliendo de la habitación-
Si. Nos recibirá en Ginebra, mi amor. -dijo Armando-
¿Le contaste de mi...de nosotros? -dijo con nerviosismo Betty-
Contar, contar no. Es que prefiero que le demos la sorpresa cuando lleguemos allá ¿no le parece? -dijo Armando-
Mm... ¿si? -dijo Beatriz-
Ya le quiero ver la cara de asombro a Camila, mi amor. Pienso que no va a poder creer que una mujer le haya robado completamente el corazón a su adorado hermano. -decía Armando-
Es que es de no creer. A veces ni yo creo que esto sea real. Y lo digo por tu extenso prontuario con mujeres de todo tipo. De esa vida que tanto conocí. -dijo Beatriz entre risas-
Viajaremos mañana. Así, tendremos tiempo de contarle a sus padres nuestra decisión., ya que sé que para usted es importante. -dijo Armando-
Es mejor que lo hagamos ya mismo entonces, así tengo tiempo de armar las maletas. -dijo Betty -
Y yo de reservar los boletos para el vuelo, amor. -dijo Armando-
Eran las cinco de la tarde en Colombia y ellos se disponían a partir a la casa de los Pinzón Galarza.
En el trayecto, Beatriz, se mostraba algo nerviosa. Claro, no por dejar a sus padres otra vez, sino más bien, porque solo había oído hablar de Camila, las veces en que Armando la contactó, cuando aún era la asistente de él en Ecomoda.
Armando ¿puedo preguntarte algo? -inquirió Beatriz-
Dime, cariño. -respondió Armando-
Yo solo he escuchado de pasada acerca de tu hermana Camila. ¿Podrías contarme más de ella? Después de todo llegaremos a su casa y me parece una descortesía no saber quién será nuestro anfitrión ¿no te parece? - dijo Beatriz-
¡Ay, amor! Definitivamente soy muy despalomado. Creí haberle contado sobre ella. Bueno pero ya que no es así. Le contaré.
Me imagino que escucho que mis padres la exiliaron a Suiza, porque mantuvo una relación con alguien que no era de nuestro estatus socioeconómico y quedó embarazada de él. Quitándome lo único sagrado que tenía, alejándome de mi hermana. -dijo Armando-Bueno si, eso se lo escuché a las del cuartel, en una plática al almuerzo en "El Corrientazo". -dijo Beatriz-
Camila, es presiona, tiene el pelo castaño, tiene mi color de piel, ojos marrones, pelo castaño, un poco más alta que usted. De carácter dócil, alegre, extrovertida. - describía Armando entusiasmado-
¿Me quiere dar a entender que es la versión opuesta a lo que es usted? -dijo Beatriz-
¿Lo dice porque usted me conoció siendo un neurótico y gritón? -inquirió Armando-
Si. - contestó Beatriz con una leve sonrisa-
Después de un trayecto de una hora, llegaron a la casa de sus suegros. Julia los recibió feliz.
Betica, no pensé verlos tan pronto. -dijo Julia-
Papá, Mamá, tengo algo que contarles. Mañana viajamos a Suiza. Así es que veníamos a despedirnos. -dijo Beatriz-
¿Suiza? ¿Cómo así Betty? - dijo Hermes-
Viajaremos a ver a la hermana de Armando. Y nos quedaremos unos días. - respondió Beatriz-
¿Otra vez se nos va de Colombia, mi amor? -dijo con cierto pesar Julia-
Mamá, por favor, no se ponga mal, tampoco es tan lejos. -dijo Beatriz-
Bueno mi nena linda, debe cuidarse mucho. Acuérdese Betty el diablo es puerco y por allá también ronda. -dijo Hermes-
No resta más sino desearles buen viaje. Y usted doctor Mendoza, cuide mucho de mi niña. - dijo Julia-
Doña Julia, de eso no tenga dudas. -respondió Armando-
Ahora debemos irnos. Nos queda por armar las maletas para el viaje. Los quiero mucho papás. -dijo Betty abrazándolos a modo de despedida-
Ellos la abrazaron igualmente. Despidiéndose y cerrando la puerta al salir.
Rumbo al apartamento, Beatriz pensaba en lo intensos que eran sus padres, pero más aún en el destino que les esperaba, Ginebra. Una nueva aventura los aguardaba.
Al llegar al apartamento Armando se contactó con la agencia de viajes reservando pasajes para el viernes a las 10 de la mañana, hora Colombia; arribando a Ginebra pasado las once de la noche. Sería un vuelo de cerca de 13 horas.
Mientras Beatriz, preparaba las maletas para viajar. Debía llevar ropa abrigados, ya que estaban en invierno.
A eso de las once de la noche, quedó todo listo.¿Terminaste cariño? -preguntó Armando-
Si, por fin. Fue todo un reto encontrar ropa que me quede bien. -contestó riendo Betty-
A Armando, ese comentario le provocó ternura. El vientre de Beatriz, había crecido algo más en estos días. Haciendo que sus medidas cambiaran.
De todas formas para mi usted se ve divina, Beatriz. -dijo Armando-
Estoy agotada. Me daré una ducha, mi amor. -dijo Beatriz-
Y yo, después de usted, amor. -dijo Armando-
Finalmente ambos se ducharon y se colocaron pijama. Estaban exhaustos. Acostándose ambos en la cama, quedando profundamente dormidos.
A eso de las seis y media, ya se estaban alistando. Salieron raudos al aeropuerto. Y después de confirmar el vuelo, los tiquetes y demás trámites, abordaron el avión. Sería un vuelo largo de unas trece horas. Beatriz viajaba a lo incierto, mientras Armando, vería luego de muchísimo tiempo a su hermana y sobrino.
Ambos se sentían felices. Se tomaron de la mano y debido al poco descanso el día anterior, se quedaron profundos.Suiza, los esperaba.
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La mujer que no soñé
FanfictionEsta es una historia basada en la novela del escritor Fernando Gaitán (Q.E.P.D.). La historia se desarrolla igual, con la diferencia de que Armando se niega a ejecutar el plan de Mario en cuanto a enamorar a Beatriz. ¿Podrá Betty conseguir el amor...