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Luego de ese abrazo, Armando la soltó. Respiró profundo y dijo:
Beatriz, creo que a llegado la hora de que hablemos... de que hablemos francamente de nuestra situación. Es evidente que trabajar arduamente en la compañía a socavado poco a poco nuestro tiempo juntos, como pareja. Nos hemos descuidado tanto, llegando a este extremo Betty. Ya ni siquiera nos vemos, ni siquiera conversamos. De la confianza, ni hablar... yo me acerqué a Anne y usted muchísimo más a Ricardo...- decía Armando muy serio-

Lo sé y, me siento demasiado mal. He sido una cobarde. Guardé silencio para evitar un problema mayor, por evitar un ataque de celos suyo, por no perder mi empleo. Y vea en lo que terminó. Destrozándome. Destrozándonos. Socavando la confianza, el amor. ¡Y ahora... ahora se suma este embarazo!. Estoy deshecha doctor. No se que hacer.- decía Beatriz entre lágrimas-

¡Cómo cree que me siento yo! Beatriz ¡cómo podré mirar a la cara a Ricardo, sin querer partírsela a pedazos! Siento estallar, ¡se atrevió a meterse con usted él muy cretino! ¡Se atrevió a tocarla!pero va a tener que oírme ese imbecil. ¡Con mi mujer nadie se mete!- decía Armando entre dientes, mientras empuñaba las manos dejando blancas sus coyunturas ante la presión ejercida-

Y que me dice de su secretaria. ¡Yo los encontré infraganti en la oficina de ella! - dijo Betty evidentemente dolida-

Olvídese de ella Beatriz. Lo de Anne no tiene ninguna importancia. - dijo Armando intentando bajar el perfil a la situación-

¡Claro que la tiene! Eran evidentes sus coqueteos con usted, pero eso parecía no importarle. Y yo ahora estoy embarazada de usted. - dijo ella-

Beatriz, mi amor. En este momento eso es lo único importante por lo cual debemos luchar. No quiero herirla más, pero Ricardo tendrá que dar serias explicaciones por sus actos. No lo quiero nuevamente cerca de usted. ¡Usted es mía! ¿Comprende?  -dijo Armando aún fúrico saliendo del apartamento-

¡Doctor! ¡Doctor, espere! - dijo Beatriz sin poder detenerlo-

Armando había salido como alma que lleva  el diablo, por una explicación de Ricardo.

Al llegar hasta su apartamento, golpeó la puerta con fuerza. Ricardo abrió.

Armando, qué tal, ¿qué te trae por aquí? ¿Beatriz se encuentra mejor? - dijo él-

Esa última pregunta lo dejo confundido. ¿Ricardo había estado con Beatriz ese día?

Ricardo, no vengo a hacer vida social contigo. Quiero que me digas ¡como te atreviste! ¡Cómo tuviste las agallas de acercarte a mi mujer y osaste tocarla! ¡Cómo te atreviste a besarla! - decía Armando fúrico mientras lo agarraba fuertemente del saco-

¡Cálmate, Armando!
Esto es un serio mal entendido. Yo... yo no he hecho eso. - dijo Ricardo al verse evidentemente al descubierto-

¿Ahora me vas a decir que Beatriz es la que me miente? ¡Cretino! ¡Cobarde! ¡Poco hombre! - dijo Armando mientras le daba un puñetazo en el rostro-

Ante aquello. Ricardo cayó al piso. Con sangre en los labios.
¡Quieres saber la verdad! ¡Pues sí, la besé! ¡Yo... yo estoy enamorado de Beatriz! Y no solo quise besarla Armando... ¡Odio que ella esté contigo! ¡Eso querías oír! - dijo Ricardo al fin sincerando sus intenciones para con Betty-

¡Eres un bastardo!. ¡Una basura!. ¡Te creí mi amigo! ¡No quiero saber que te vuelvas a acercar a ella! Créeme que si lo haces, no habrá lugar donde puedas esconderte de mi. - dijo Armando aún. fúrico-

¡No se como esa mujer, ese ángel, esa diosa, pudo fijarse en alguien como tú! ¡Beatriz, es mucha mujer para ti! - dijo él aún tirado en el suelo-

La mujer que no soñé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora