CAPITULO IV.

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Catalina Angel había llegado a la puerta de Ecomoda por Betty, está subió contenta a su carro y se dirigieron hasta un centro comercial que quedaba a unos 20 minutos de la zona industrial donde se encontraba la empresa.

-Betty, estuve haciendo unos planes mentales, mire, primero seria bueno pasar por la peluquería, vamos a pasar una tarde de chicas, ¡Me encanta! ¿Qué le parece?

-Lo que a usted le parezca mejor doña Catalina, yo no soy experta en esto -Ríe- pero usted sí, yo me dejaré guiar por usted.

-Esa es la actitud Betty, mire, pasamos por la peluquería que aún está abierta, como solo tendremos las tardes libres tenemos poco tiempo, así que cada día podremos ir haciendo algo diferente, ¿Qué le parece?

-Me parece muy bien Doña Catalina - Decía Betty ilusionada y feliz.

Betty, dígame cata por favor, somos amigas ¿No? Y no aceptaré un "Es que la respeto mucho" por respuesta, el respeto no tiene nada que ver con que me diga solo por mi nombre , o ¿Sí?

-Tiene razón como siempre doñ... Cata, tiene razón.

La tarde no pudo estar más divertida con este par, al principio Betty estaba aterrada, ¡Por fin el capul se iría! Entraron a la peluquería favorita de Catalina, cuando la vieron entrar con aquella muchacha tan desaliñada les pareció curioso a los estilistas, Catalina les explicó que era una amiga suya y que estaban en la tarea de renovar su imagen, el estilista dio un grito de encanto, Betty y Cata rieron y este comenzó a decirles lo que a Beatriz le favorecía.

-Mire niña, déjeme decirle que hace tiempo no veía un cabello tan bonito, ¡Pero tan mal arreglado! Perdóneme niña, todo esto se lo digo para que vea cuan importante es el mantenimiento del cabello, pero si, hace mucho no vea un cabello crespo como el de usted, ¡Está divino! -Betty sentía emoción de lo que le decían, al principio quizo protestar y decir que no había necesidad alguna de mentirle, pero por primera vez en su vida no estaría tan a la defensiva en esto, tendría que olvidar su pasado.

El estilista comenzó por deshacerse de ese gran capul que tenía, así que lavo su cabellera y al momento de verla sin el todos asombrados se volteaban a ver, ¡Vaya!, eso era lo único que necesitaba Betty, ¡Pero sí es una niña tan linda!

Después de enseñarle unos trucos de secado y varios recogidos de cabello para que usara de hoy en adelante, Betty y Catalina salieron de la peluquería contentas y riendo, Catalina la vea maravillada, la estaba comenzando a ver cómo la hermana menor que nunca tuvo.

Así que ya con sus melenas relucientes porque Catalina aprovechó la oportunidad y se dio un tratamiento rápido, entraron a un spa. Para variar, el personal ya conocía a Catalina, la saludaron y le sonrieron a Betty de forma educada, Cata se acercó al mostrador y susurró al recepcionista algo, este tomó el teléfono y después de colgarlo las hicieron pasar a una sala pequeña con una mesa con materiales para depilación y una camilla donde le pidieron a Betty se recostara.

-¡Hola Cata! ¿Cómo estás belleza?

-Hola Amara, excelente, te traigo una nueva clienta, te aseguro que te será fiel, de eso me encargo yo - Dijo Catalina con una sonrisa.

-Perfecto, ¿Cómo te llamas mi niña?

-Beatriz... Betty -dijo un poco nerviosa.

-Mucho gusto Betty, soy Amara, te diré lo que  haremos contigo, depilación completa de rostro... y cuerpo, ¡Tranquila tranquila no me mires así! - Betty se aterró con eso último que dijo y ella sonrió divertida- No te pasara nada, créeme que después de esto te sentirás mas cómoda. Ahora, primero lo haremos en todo el rostro ¿Muy bien? Empecemos con esas cejas que desde que las vi me muero por depilarlas, quedarás preciosa, te lo garantizo.

Usted es la mujer que yo necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora