CAPITULO XVIII.

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¿Por qué a mi? ¡¿Por qué a mi?! Se repetía Armando. Betty seguía encima de él, su instinto hizo taparle la boca a su novia con su mano, Betty tenía los ojos bien abiertos, sentía que temblaba de los nervios. Esas dos mujeres estaban tocando a la puerta, y Armando sabía muy bien quién pagaría las consecuencias.

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2 HORAS ANTES

Marcela había llegado a su apartamento, se sentía como leon enjaulado, estaba segura que Armando se había volado con alguien, su mente lo pensaba pero su corazón no lo quería contemplar ¿Y si era con Beatriz? No.

No podía ser con ella, si, ella cambió, pero conoce a Armando mejor que nadie, esa mujer no es para él. El teléfono de Marcela comenzó a sonar y sintió una punzada en su corazón ¿Sería Armando? Corrió inútilmente porque la persona que la esperaba del otro lado del teléfono era su mejor amiga.

-Marce, ¡¿Por qué no me avisaste que ya te ibas marce?! Te quería pedir que me llevaras a mi casa Marce, mi mercedes no tiene ni una gota de gas.

-Hola Patricia -Contestaba irónica- No tengo por que avisarte todos lo movimientos que hago, además no estoy de humor, ¿Dónde estás?

-En Ecomoda Marce...

-¿Qué? ¿Sigues en la empresa?

-Si, no me estás prestando atención Marce, no tengo gas, y tú crees que yo, Patricia Fernández ex de Mauricio Brightman ¿Se va a subir en una buseta?

-No seas ridícula Patricia, puedes tomar un taxi.

- ¡¿Y con que plata Marce?! -Gritaba Patricia desesperada.

-¡Ya Patricia!, mira... iré a buscarte.

-¿De verdad Marce? -Decía entusiasmada.

-Si, pero me ayudarás con algo.

Marcela salió con desespero, tenía que comprobar que Armando le decía la verdad, ya debería de estar por llegar a su apartamento, pero, ¿Con que motivo iría? Habían terminado rotundamente para su infortunio y no tenía nada más que hacer allá, ¡Sus cosas! Marcela tenía un par de pertenecías, no eran muchas, si acaso unos conjuntos y algunos artículos de aseo personal que podía vivir perfectamente sin ellos, pero si, ridícula, pero esa sería tu tajada. Además llevaría a Patricia con ella, si es qué hay alguna bandida allí su mejor amiga no dejará reparo al escándalo que armaría, pensó.

Llego a Ecomoda y Patricia ya estaba esperándola afuera.

-Gracias Marce, ese idiota del Wilson no hacía otra cosa que abrir la boca para comer. ¿En que necesitas ayuda Marce? ¿No me digas que para ir de compras? -Preguntaba Patricia emocionada.

-De compras... ¿Y tendrás muchas plata Patricia para ir de compras? -Decía Marcela sarcásticamente.

-Key Marce, key, no tienes que ser tan borde conmigo, ¿A donde vamos? Mi apartamento no es por este rumbo.

-Vamos a donde armando.

-¡Marce! ¿Ya están juntos de nuevo?

-Por supuesto que no Patricia, pero creo que tiene a su amante ahí. Llámame loca Patricia, pero tengo la corazonada que es Beatriz.

-!¿QUÉ?! -Patricia grito tan alto que Marcela dio gracias a Dios que estuvieran en un semáforo y no tuviera que haber frenando en seco por la avenida. Marce en definitiva si estás loca, ¿Por qué dices que es Betty?

Usted es la mujer que yo necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora