CAPITULO XIV

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Alejandra siempre había sido una mujer hermosa, sabía el encanto que tenía sobre loa hombres y siempre lo utilizo a su favor para tener al galán que quisiese, era una mujer fina, de buen gusto y buenos modales. Sin duda alguna cuando conoció a Armando Mendoza deseo a ese hombre, a pesar de nunca haberse involucrado con un cliente o socio no lo pensó dos veces con este hombre, así como ella era iman para los hombres él lo era para las mujeres. Así que Alejandra utilizó sus tácticas y deseaba deshacerse de Beatriz cuando antes, no es que le cayera mal, al contrario, le pareció una chica bastante bonita y profesional, se notaba la confianza entre asistente y jefe pero ella no vio algo más allá, así que cuando Armando le dijo que había convencido a Beatriz de que los acompañara por unos tragos le peso, por eso el insistente coqueteo con Armando. Le estaba dando batalla, él no estaba sediento y Alejandra no estaba acostumbrada a eso, ¿La cereza del pastel? La relación íntima que compartían jefe y asistente de la cual armando hablaba muy orgulloso.

Alejandra sentía que la vergüenza la inundaba, ella era pasional pero era decente, así que debía ofrecer una disculpa.

-Beatriz... yo, de verdad se me cae la cara de vergüenza, yo no tenia ni idea, ¡Es que soy tonta! les ofrezco una disculpa a los dos, yo no quiero que piensen que me comporto de esta manera... yo creía que... bueno, ya no importa, mejor me retiro, espero que pasen buena noche y olviden el mal trago que seguro les hice pasar, espero no ocasionar problemas, Beatriz de verdad, una disculpa.

Betty la veía con un temple serio y una sonrisa amable, lo único que quería era salir corriendo con Armando, la había hecho su novia hace un instante y le había prometido la mejor de las noches.

-Srita. Alejandra, no hay ninguna problema, de hecho, nadie sabe de nuestra relación -Ríe y mira con timidez a Armando mientras el la mantenía aún por la cintura - Yo creo en sus palabras y de verdad, no ha pasado nada.

-Beatriz es usted una dama. Será menor que me vaya, espero que este tropiezo no malinterprete la forma de mirar nuestro trato de negocios.

-Alejandra no te apures, no hay ningún problema, como dice mi Betty, aquí no ha pasado nada y estamos muy contentos por comenzar a trabajar con ustedes.

Se despiden de mano, Alejandra no quería pasar pena nuevamente, Beatriz si que es afortunada pensó. Así que salió del hotel y dejó a la pareja aún en el bar, Armando se puso frente a betty y ella lo miraba curiosa.

-¿Qué pasa doctora? -Pregunta Armando curioso.

-Mmm... lo que sucede es que hace unos minutos un señor bastante imprudente me proclamo por su novia y yo no escuché una propuesta antes de eso -Decía Betty acercándose a Armando acariciando su corbata.

-¿Ahh si? -Betty asentía de manera coqueta - ¿Y se puede saber donde está ese señor que le dijo eso?

-Se ha ido, solo me ha dicho que me espera la mejor noche de mi vida a su lado. Quizás este ya en su habitación, así que iré a buscarlo.

-Ahh no señora, yo me la llevo, de aquí solita no se va y le dice a ese señor que usted es pero mi novia -Betty reía, le estaba gustando este juego- Mi amor, vámonos ya, necesito estar contigo, a solas.

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-A ver mi vida, déjeme quitarle ese vestido que toda la noche me estuvo provocando...

La pareja está ya en su habitación, entraron riendo y disfrutando de la compañía del otro, Beatriz se había sacado los tacones y Armando se estaba aflojando la corbata, miro a Beatriz que comenzó a caminar descalza y la abrazo por atrás.

Usted es la mujer que yo necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora