CAPITULO VII.

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-Doctor... Doctor... ¿Quiere pasar? ¿O prefiere estar aquí afuera? -Armando no contestaba, solo la veía con cara suplicante- Doctor me esta asustando, dígame si se sien...

-Termine con Marcela, Beatriz...

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Cuatro horas antes

-Hasta que llegas Armando... - Dice Marcela parada cerca del marco de la puerta de la recámara de Armando.

Armando no había visto a Betty en la oficina después de la charla que tuvo con Marcela, el tenía demasiado trabajo, entre estar en producción y una comida de negocios no regreso a Ecomoda y se dirigió directamente a su apartamento sin saber lo que le esperaba y que su relación con Marcela tendría fin en ese momento.

-Marcela, es mi apartamento, puedo llegar a la hora que quiera, además, son las 7:00 de la tarde, y he tenido mucho trabajo- Decía Armando mientras se sacaba el saco y lo dejaba sobre el sofá de la sala. Marcela lo seguía amenazante.

-Ya no te creo Armando, ya no -Armando la miro serio- Pero se que podemos arreglar lo nuestro mi amor, odio pelear por todo, odio que te molestes conmigo, porque te amo, te amo mas que mi vida Armando - Armando la miraba culpable- Y yo se que has tenido tus aventuras, pero, siempre vuelves a mi , significa que también me amas mi amor, estamos a nada de casarnos, es lo que más deseo en esta vida. Mira, que te parece si te preparo la cena ¿Ah? Nos tomamos unas copas de vino -Marcela se acerca seductoramente a Armando- nos metemos a la tina y después... me haces el amor como antes.

Armando se retira, no puede verla más a los ojos, lo que está apunto de decirle le va a romper el corazón, y él se siente terriblemente mal. No es un hombre malo, siempre ha querido lo mejor para Marcela y sabe que su relación con él no lo es. Marcela comienza a llorar lentamente, ella lo sabe, Armando ya no la desea.

-Armando... tú ya no me amas ¿Verdad?

Armando estaba frío como el hielo, sabía que se lo tenía que decir, pero no esperaba a que ella se lo preguntara.

-Armando, contéstame por favor.

-Marcela...

-¡Dímelo! Al menos necesito saber una verdad sobre todo esto.

-No...

Marcela sentía que su mundo se acababa, no podía ser, el hombre de sus sueños no la amaba, esto tenía que ser una broma de muy mal gusto, ella no lo aceptaría, no aún, ella lo ama, es injusto.

-¿Quién es?

-¿Quién es quien, Marcela?

-La otra, no me digas que no me estás dejando por otra mujer.

-No Marcela, no hay nadie.

-Claro que debe de haber alguien Armando,¿Qué modelo es? Dímelo ¡Dímelo maldita sea! -Marcela lo quiere golpear, Armando lo detiene.

-¡Cálmate Marcela! no hay nadie ya te lo dije, ninguna modelo, ninguna mujer, simplemente... lo nuestro se acabó Marcela, no se en que momento se acabó el amor, yo... yo no quisiera hacerte más daño ni con mi indiferencia ni con mis actos, te quiero mucho, pero ya no en esa forma, ya no te amo Marcela, lo siento mucho.

Marcela está perpleja, está llorando viendo a Armando con una mirada vacía, en su cabeza se había formado una nube negra y todo le daba vueltas, estaba mareada, la rabia y el coraje la hacían sentirse de esa manera, pero decidió darse la vuelta y respirar, se controlaría y le haría una pregunta totalmente ridícula.

Usted es la mujer que yo necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora